Que el acceso a la vivienda es un problema, acrecentado en las grandes ciudades y en las poblaciones más turísticas, es un hecho. Y todo ello hace que salgan a la venta o se pongan en alquiler minipisos que antes eran la portería, un trastero, el cuarto de las escobas o cosas similares aprovechando que hay personas que no pueden aspirar a más y que necesitan un alojamiento.

14 metros en Lavapiés

Es el caso de un piso de 14 metros cuadrados que ha salido en alquiler en el céntrico y demandado barrio madrileño de Lavapiés. Eso sí, tras hacerse viral en diversas redes sociales el anuncio ha sido retirado del portal Idealista, aunque no se sabe si es porque se ha alquilado rápidamente (los pisos más baratos en Madrid vuelan) o porque el dueño ha huido de la oleada de críticas.

Y eso llamando “barato” a 700 euros al mes por 14 metros cuadrados (es lo que aparece en el catastro), por más que en el anuncio pusiera que cuenta con 30 metros. Ha sido la cuenta de Instagram Le Petit Patito la que ha subido un vídeo en el que captura las imágenes de ese auténtico zulo, una grabación que ha sido compartida por otros usuarios en la red social X, donde lleva más de un millón de visualizaciones.

Váter en la ducha, ducha en la cocina

En las imágenes se puede ver cómo para aprovechar el mínimo espacio que hay en el estudio, situado en una 3ª planta sin ascensor, en el espacio de la pequeña cocina se ha incluido un plato de ducha, dentro del cual está instalado el “baño completo”, un espejo, un lavabo y la taza del váter, con doble opción de cierre: mampara y cortina de ducha. Un 3x1 en toda regla, de ahí que la autora del vídeo, que habla irónicamente de un “aprovechamiento espacial sin parangón”, haya ilustrado el vídeo con la imagen de unas matrioskas rusas.

Por lo demás, tampoco es que la cocina tenga el mejor aspecto. “La nevera amarillea un poco, pero no pasa nada. Con un tutorial de La Ordenatriz podemos recuperar su color blanco original”, afirma la instagramer.

Colchón junto al techo

La cosa no mejora mirando el resto de la infravivienda. Un anticuado y pequeño sofá pegado a una mesa ofrece vistas a la ducha, y para acceder a la ‘habitación’ hay que subir unas escaleras sin ningún tipo de barandilla para agarrarse. Así se llega a un compartimento que se ha sacado aprovechando la altura del techo en el que como mucho puedes caber de rodillas, en el que hay un colchón (si duermes en la parte derecha tienes el techo más bajo, a pocos centímetros de la cabeza, garantía de golpes) y una mesilla.

Para acceder a ese lujo se exigía una fianza de dos meses más el mes en curso, es decir, 2.100 euros para entrar a vivir. "Corred, que vuela", dice la autora del vídeo en Instagram.