Italia aprueba una ley pionera para regular el uso de la IA
Esta medida fija límites estrictos al uso de 'deepfakes', el acceso de menores y la supervisión humana
Italia se ha convertido en el primer país de la Unión Europea en aprobar una ley nacional de inteligencia artificial. El Parlamento italiano ha dado luz verde a un proyecto de ley que regula el uso de la inteligencia artificial en sectores clave como la sanidad, la educación, la justicia y el empleo.
El texto se inspira en el Reglamento Europeo de IA, pero le añade un sello propio, muy marcado por la tradición humanista italiana y por la idea de que la tecnología debe estar siempre subordinada a la persona.
Las diferentes sanciones según su uso
La nueva normativa incorpora medidas de gran alcance. La persecución penal del uso malicioso de 'deepfakes' es uno de los temas más debatidos: si se hace daño al suplantar a una persona con un vídeo o imagen generados por IA, la condena podría ser de entre uno y cinco años de prisión.
Cuando estas conductas se llevan a cabo con la ayuda de sistemas algorítmicos, delitos como el robo de identidad o el fraude también se vuelven más severos. Simultáneamente, los menores de 14 años no podrán usar herramientas de inteligencia artificial por su propia cuenta, necesitarán un permiso parental explícito.
Debate abierto en el Estado español
El Anteproyecto de Ley español para el uso adecuado y la gobernanza de la inteligencia artificial se enfoca en definir infracciones, tipos y regímenes sancionadores, ocupando más de la mitad de su articulado. Por otro lado, Italia opta por una regulación con un enfoque humanista.
Esta diferencia la resume el jurista Pablo Sáez de Hurtado con precisión: la propuesta española responde a un "ethos sancionador y garantista". Sin embargo, indica un detalle interesante. El texto no incluye ninguna sanción que pueda ser aplicada a la administración pública, lo cual es un vacío que contrasta directamente con el enfoque de Italia, a pesar de que se describe una extensa gama de penalizaciones.
El anteproyecto también alerta sobre el peligro de que un modelo demasiado punitivo acabe sofocando la innovación técnica y científica, particularmente cuando el Reglamento europeo empieza a requerir su aplicación.
Además, el documento enfatiza la urgencia de actuar con rapidez frente al progreso de sistemas de inteligencia artificial cada vez más autónomos.
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