Con el buen tiempo y la llegada del calor, hay un problema de estética que tarde o temprano aparece. Hablamos de las durezas, una reacción natural de la piel de los pies que surge por la presión constante con el calzado. Surgen, principalmente, por usar mucho tiempo unos determinados zapatos o no protegerse adecuadamente.
Y en estas fechas, en las que las altas temperaturas nos animan a usar un calzado que respire y carezca de calcetines o medias, es más importante que nunca vigilar este aspecto, de modo que los pies sufran lo menos posible. Así que vamos a entender mejor sus calves para saber cómo reaccionar.
Consecuencias de las durezas
Si bien al principio apenas causan dolor, no tratar las durezas a tiempo puede provocar lesiones como los callos, que dan una sensación de tener una piedra pegada en la planta del pie o en sus extremidades más cercanas.
Además del malestar, hay personas con ciertas enfermedades circulatorias que pueden acusar más el hecho de tener este problema. Más allá del apartado estético, es algo que se debe tener en cuenta por cuestiones de salud.
Eliminar las durezas de los pies
La cuenta de Instagram Ana Mandara (@anamandaracosmetica) ha compartido un vídeo en donde habla de qué son las durezas, cómo aparecen y qué hacer para terminar con ellas de la manera más efectiva posible.
Los zapatos apretados, de tacón, o hasta los que se usan sin calcetines, pueden generar rozaduras, haciendo que la piel cree durezas a modo de autodefensa. Asimismo, hay deportes de impacto como el running o el senderismo que implican directamente a los pies.
Por otro lado, hay trabajos o actividades que requieren usar herramientas pesadas o movimientos repetitivos con las manos. Como consecuencia, la piel termina hinchándose ligeramente para protegerse.
¿Cómo prevenirlas?
La hidratación es fundamental para tratar las durezas, según el perfil @anamandaracosmetica. Una piel seca tiende a endurecerse y agrietarse más que una que no lo está. Por lo tanto, se debe aplicar crema hidratante a diario para mantener la piel elástica.
Así las cosas, las mejores soluciones son las más fáciles: usar calzado cómodo, cuidar los pies al hacer ejercicios físicos, usar guantes en trabajos forzosos, etc. Con estos pequeños trucos, no sólo mantenemos la piel en buen estado, también respetamos la imagen.
Cuándo acudir al podólogo
Dejando a un lado cualquier remedio casero, lo más recomendable en estos casos es acudir a una clínica de dermatología para que un experto analice la gravedad del caso. Estos profesionales pueden ofrecer tratamientos como la quiropodia, basada en la limpieza de callos con herramientas especializadas.
Cabe mencionar que los productos químicos pueden llegar a ser agresivos para los pies, especialmente los que no llevan receta. En vez de ayudar y terminar con las durezas, pueden causar el efecto contrario: provocar quemaduras o dañar el tejido de la piel.