En junio, con un montón de buenos propósitos pero con la operación biquini casi sin estrenar, nos sorprende el verano, y en septiembre, cuando este toca a su fin, nos deja la sensación de que, lejos de haber adelgazado, incluso hemos ganado algún kilo.
Con el buen tiempo y las vacaciones, nuestra vida social se dispara. Una comidita por aquí, una cenita por allá, una copa si la sobremesa se alarga, una cervecita (y otra) en una terraza... y por lo general todo va a parar al mismo sitio. Puedes llamarlo como quieras: michelín, lorza, chicha o flotador.
Metidos en la rutina diaria y con la ropa ligera del verano, la lorza está allí, pero convivimos con ella en perfecta armonía. Sin embargo, cuando vuelve el tiempo fresco y hay que volver a embutirse en los vaqueros, llegan las prisas por acabar con el incómodo y antiestético michelín.
Lo cierto es que esa grasa que sobresale del pantalón en los laterales de la cintura, además de resultar antiestética, es poco saludable, ya que es grasa que se ha acumulado por el exceso de calorías no usadas por el organismo y que este la guarda por si la necesita en otro momento. Los hombres suelen acumularla en la tripa y en el torso (grasa androide o en forma de manzana), mientras que las mujeres lo hacen en caderas, glúteos y muslos (grasa ginoide o en forma de pera).
Si quieres decirle adiós al michelín y ponerte en forma después del verano, tu objetivo ha de ser perder grasa, es decir, debes comer menos y gastar más calorías. Ejercicio, dieta sana y unos hábitos de vida saludables serán tus mejores aliados a la hora de eliminar la grasa rebelde atrincherada en tu cintura. Aquí te dejamos diez consejos:
1- Comida sana. Lo importante no es hacer dieta, sino llevar una alimentación sana y equilibrada basada en el consumo de proteínas de calidad, grasas buenas y carbohidratos. Reduce el consumo de carne de cerdo y de cordero en favor de la carne de pollo, pavo y pescado blanco. La ternera y el pescado azul déjalos para dos días por semana.
2- Cinco veces al día. Trata de que entre una comida y otra no pasen más de cuatro horas. Esto servirá para activar tu metabolismo y evitar atracones. Cenar al menos dos horas antes de acostarte te permitirá hacer mejor la digestión.
3- Natural frente a envasado. Toma alimentos naturales (frutas, verduras...) frente a los envasados que llevan químicos y azúcar para su conservación y que acabarán aportándote más calorías.
4- Hábitos saludables. Evita la comida precocinada y la comida basura, así como el consumo de alcohol, tabaco y bebidas azucaradas. Huye del azúcar y de todos los alimentos que lo contengan.
5- Capricho. No caigas en las calorías vacías y haz caso a los expertos que dicen que cada diez comidas puedes darte un capricho. Si eres un poco flexible te costará menos cuidarte.
6- Cardio y musculación. Trabajar a la vez cardio (correr, nadar, caminar, bicicleta, aerobic...) y musculación (adaptada a tus necesidades) da como resultado un entrenamiento muy efectivo. Con el primero, nuestro cuerpo acudirá a las reservas de grasa para convertirlas en energía y por lo tanto las hará desaparecer. En cuanto a los músculos, estos tienen una función matabólica muy importante, ya que cuanta más masa muscular se tiene, más calorías se queman.
7- Cinco veces por semana. Para activar el cuerpo y que queme calorías y grasa es imprescindible al menos 30 minutos diarios de ejercicio cardiovascular. Lo ideal es llegar a 45 o 60 minutos 3 veces por semana y aún mejor si puedes extenderlo a 5 veces por semana.
8- Hidratación. Bebe dos litros de agua diarios, ya que tener el organismo depurado e hidratado te ayudará a reducir la retención de líquidos y hará que pierdas peso y se reduzca el michelín.
9- Paciencia. Cuando se trata de perder peso, las prisas no son buenas consejeras. Debes fijarte objetivos a largo plazo, puesto que no verás los resultados de un día para otro. Traza un plan, cambia los hábitos alimenticios, incluye una rutina de entrenamiento y adopta unos hábitos saludables.
10- Tratamientos específicos. Si la grasa es muy resistente y no hay forma de hacerla desaparecer, puedes recurrir a tratamientos específicos. Es el caso de técnicas como la presoterapia, que activa la circulación presionando en puntos clave, acelerando el metabolismo y eliminando líquidos retenidos; la criolipólisis, que combina la aplicación de frío y el proceso de succión externo para disolver la grasa que es expulsada por la orina; y la carboxiterapia, que reduce la grasa localizada aplicando infiltraciones subcutáneas de CO2 que estimulan el sistema linfático.
El final del verano y de las vacaciones significa para muchos la vuelta a la rutina, a un día a día más ordenado en cuanto a horarios, comidas y hábitos. Aprovecha este momento para empezar a cuidarte y para intentar recuperar el terreno que has perdido en la báscula.