Con el verano a la vuelta de la esquina, el calor, los días largos y las altas temperaturas aumentan nuestras horas de exposición al sol. Suspiramos por pasar el mayor tiempo posible al aire libre, sin embargo el campo, el monte, la playa o la piscina se pueden convertir en una peligrosa trampa para nuestra piel si no tomamos las precauciones necesarias.

Permanecer mucho tiempo al sol sin la protección adecuada acabará pasándole factura a tu piel a corto plazo, en forma de quemaduras más o menos graves, y a largo plazo, en forma de arrugas, deshidratación, daño solar, manchas y falta de luminosidad.

Llevar ropa clara, usar sombrero o gorra, gafas de sol homologadas, hidratar el cuerpo por fuera y por dentro son los consejos básicos para hacer frente al sol. Y cómo no, la imprescindible crema de protección solar que nos evite las peligrosas quemaduras.

Seguro que todos las hemos sufrido en alguna ocasión, bien por un despiste a la hora de aplicarnos la crema, por haber pasado demasiadas horas al sol sin renovarla o por no haberla extendido correctamente.

La quemadura solar se produce cuando el grado de exposición al sol excede la capacidad que tiene la melanina para proteger la piel. En los casos más graves, junto con el enrojecimiento, la inflamación y el dolor habituales de una quemadura solar normal, se pueden producir ampollas, fiebre, escalofríos, cefalea grave y molestias estomacales.

Qué debemos hacer y qué no?

Ante quemaduras leves podemos aplicar compresas frías sobre la quemadura, dar una crema humectante para calmar las molestias, con vitamina C y E para reducir el daño celular o con cortisona para bajar la inflamación. Usar ropa holgada y de algodón y aumentar la ingesta de agua también ayudarán a calmar la quemazón.

Por el contrario, debemos evitar el uso de sustancias como la benzocaína, la lidocaína, la vaselina o el alcohol, así como productos en forma de aceite que pueden bloquear los poros y acabar causando una infección. No es aconsejable tocar las ampollas ni rascarse aunque sintamos picor. Volver a exponer la zona afectada al sol podría empeorar la quemadura.

En cuanto a los remedios caseros, los expertos aseguran que no debemos usar nunca productos cuya eficacia no esté probada científicamente como es el caso de la leche, el yogur, la avena, la pasta de dientes, la clara de huevo o la mantequilla.

En el caso del dentífrico, este resecará la quemadura cuando lo más conveniente es que esté bien hidratada y, por su parte, la clara de huevo o el yogur quedarán adheridos a la herida y la convertirán en un foco de infecciones.

Frente a estas opciones no recomendables, hay otras que sí pueden ayudarte a paliar las afecciones provocadas por los excesos del sol.

Siete remedios caseros para aliviar las quemaduras solares

Siete remedios caseros para aliviar las quemaduras solares- Vinagre. Es ácido acético y tiene una función antibiótica, ayuda a calmar el dolor y disminuye la inflamación. Hay que diluirlo en agua (una parte de vinagre por una de agua) y aplicarlo con compresas frías durante 15 minutos. Ayuda, además, a restablecer el PH de la piel calmando las quemaduras.

- Aloe vera. Los expertos recomiendan aplicarla a través de cremas de farmacia y no directamente, ya que podríamos poner en contacto la piel con los microorganismos de la planta. Tiene propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes y emolientes e incrementa el flujo sanguíneo de la zona del tejido dañado.

- Agua fría. Actúa enfriando la quemadura y reduciendo el dolor. Lo mejor es sumergir la zona o aplicar el agua fría con compresas. Si la aplicamos directamente del grifo, evitar que el chorro incida en la zona quemada. No aplicar nunca hielo, ya que el frío extremo puede lesionar aún más el tejido.

- Aceite de coco. Tiene propiedades antiinflamatorias y antibacterianas que previenen una posible infección en la zona afectada y que ayudan a calmar la irritación y el enrojecimiento.

- Pepino. Sus propiedades refrescantes, hidratantes y desinflamatorias ayudan a aliviar la piel irritada, enrojecida y quemada. Debe cortarse en rodajas y colocarlas en las zonas afectadas. Otro de sus beneficios es que hidrata y protege la piel.

- Tomate. Es una de las mejores maneras de aliviar el dolor y el escozor gracias a las propiedades hidratantes que contiene su pulpa. También tiene un importante efecto cicatrizante.

- Té verde. Sus propiedades harán que si colocas sobre la piel afectada compresas frías empapadas en esta infusión bajará la temperatura, la inflamación, la irritación y el enrojecimiento.

Los remedios naturales para tratar las quemaduras de sol solo deben usarse si la lesión es superficial. Si existe cualquier complicación, es imprescindible consultar al médico o al dermatólogo para tratarla de la forma más adecuada.