El mantel es un elemento imprescindible en todo hogar. Usado normalmente en la cocina, cubre la mesa, sostiene alimentos y platos, y también sirve como componente estético. Aun así, está expuesto a suciedad y manchas constantemente, de ahí la necesidad de lavarlo con regularidad por cuestiones de higiene. 

Tener un mantel limpio impide que las bacterias se acumulen, conserva en buen estado sus colores y refuerza el tejido y sus propiedades. Por eso mismo, tenerlos bien limpios es necesario para un ambiente sano en la cocina

La importancia de un mantel limpio

Aunque lavar los manteles en la lavadora parece una tarea sencilla, muchas personas cometen errores importantes. Uno de ellos es no tener en cuenta las etiquetas de cuidado, porque cada tipo de tejido —algodón, lino, poliéster— necesita un tratamiento muy concreto.

Mientras que el algodón soporta las altas temperaturas, el lino o los materiales sintéticos demandan ciclos más suaves para no sufrir daños como el encogimiento o la pérdida de color.

Un mantel limpio con utensilios encima Pexels

¿Cómo cuidar un mantel?

Antes de lavar el mantel, se aconseja sacudirlo con fuerza para eliminar restos sólidos de comida y otros elementos, así como tratar rápidamente las manchas más difíciles como salsas, vino o grasa. 

De no hacerlo, es bastante probable que el lavado no elimine por completo esta suciedad y las manchas se fijen todavía más en el tejido del mantel. Y, en consecuencia, retrasando todavía más el proceso.

Tratar las manchas y la suciedad del mantel a tiempo es prioritario antes de meterlo en la lavadora Freepik

  • Otro consejo útil

Dividir los manteles blancos de los de color es fundamental para un lavado eficiente. Con este paso, evitamos que el pigmento se transfiera. Asimismo, un programa de lavado con agua fría o templada era preferible a agua caliente. al igual que un centrifugado suave y un detergente delicado. 

Y no sobrecargar la lavadora es algo bastante evidente: si hay muchos manteles u otros objetos en su interior, el tambor puede llegara dañar las fibras 

  • Tras el lavado

Después del lavado, hay que extender los manteles en una superficie plana para evitar que se formen arrugas. Si lo secamos al aire libre a una temperatura intermedia y si que el sol directo los dañe, mejor que mejor. 

Tampoco podemos olvidar que es necesario plancharlos cuando todavía están un poco húmedos para alisarlos con facilidad. Y, de este modo, conservando la forma original del mantel. 

Consejos para evitar que se manchen

Para alargar la vida del tejido y ahorrar tanto tiempo como dinero, se puede usar un salvamantel, que actúe como una especie de barrera ante los derrames, o usar plásticos transparentes para que la suciedad no haga acto de presencia en ellos. 

Igualmente, comer con delicadeza y evitar alimentos propensos a crear salpicaduras, como salsas líquidas o bebidas oscuras es también de mucha ayuda. Las servilletas absorbentes o platos hondos son un recurso más que pueden ayudar a evitar pequeños contratiempos. 

Y respecto a los más pequeños, una buena educación en la mesa, respetando los modales y teniendo cuidado en todo momento, ses otra sugerencia muy útil para evitar sustos.