El Kosner Baskonia se conjura con su afición
Más de 1.500 seguidores azulgranas arropan a su equipo durante un emocionante entrenamiento a puertas abiertas del que se ausentaron Howard, Simmons y Nowell
Quizás la fortuna y los resultados, especialmente fuera de casa, no estén terminando de acompañar al Kosner Baskonia esta temporada, pero lo que está claro es que el equipo dirigido por Paolo Galbiati ha conseguido enganchar a su afición.
Buena prueba de ello ha sido la excelente respuesta que ha tenido la hinchada azulgrana al entrenamiento a puertas abiertas organizado por el club este viernes en el Fernando Buesa Arena, al que, pese al frío y la lluvia, acudieron más de 1.500 seguidores con el objetivo de dar un impulso a su equipo.
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Antes de que se abrieran las puertas 2 y 8 del pabellón a las 12.15 horas, una larga cola esperaba ya impaciente a poder ver de cerca a sus ídolos. Aficionados de todas las edades, pero sobre todo niños aprovechando la festividad navideña, se apelotonaron alrededor del pabellón con una sonrisa de oreja a oreja a la espera de poder conocer de cerca cómo trabajan sus ídolos a las órdenes de Paolo Galbiati.
Una vez se abrieron las puertas, los seguidores fueron poco a poco llenando las gradas de alrededor del parqué mientras los jugadores, que ya llevaban un tiempo ejercitándose a puerta cerrada anteriormente, no podían evitar desviar su mirada a los asientos e incluso enviar algún saludo a los asistentes.
Lo primero de lo que se dieron cuenta los aficionados nada más tomar asiento fue de la ausencia de tres importantes jugadores a los que seguro que tenían ganas de ver. Markus Howard, el recién renovado Kobi Simmons y Markquis Nowell se ausentaron de la sesión por enfermedad y su participación en el encuentro contra el San Pablo Burgos está en el aire.
Romper moldes a golpe de pompón
Eso, en cualquier caso, no afectó a la ilusión de los pequeños. El murmullo fue creciendo progresivamente hasta que el entrenamiento se convirtió en una fiesta, con los aficionados celebrando cada buena acción y vitoreando a los suyos.
Lo primero que pudieron presenciar los asistentes fueron unas posesiones de cinco contra cinco, en las que Galbiati mostró su energía habitual dando instrucciones constantemente.
Algo de táctica y contacto antes da pasar a una rueda de tiros de tres puntos con el equipo dividido en dos grupos compitiendo por llegar lo antes posible a las cifras marcadas por el técnico.
Por último, los mismos equipos compitieron lanzando desde medio campo, con aciertos primero para el canterano Juom Maker Bol y después para Khalifa Diop, Rafa Villar y Gytis Radzevicius, que fueron muy celebrados por la grada.
Discurso de Galbiati
Tras ello, la plantilla se fundió en una piña para dar por terminado el entrenamiento, pero no la fiesta baskonista. Paolo Galbiati, aunque se le hizo "muy difícil" en sus palabras, se animó con un discurso en castellano dirigido a los presentes.
"Feliz Navidad a todos. Muchas gracias por venir. Sois muy importantes para mí y para nuestro equipo. Espero daros buenos recuerdos, dando el 200% cada día para veros felices y disfrutando de grandes partidos, empezando por el de mañana. Es un partido muy importante para nosotros para estar en la Copa del Rey. Queremos ganar la Copa", aseguró el preparador italiano.
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Además, deseó a los aficionados "un 2026 lleno de salud, dinero y felicidad junto a la familia, que también es la del Baskonia". Timothé Luwawu-Cabarrot, ya en inglés, se sumó a los agradecimientos y a la felicitación del nuevo año y destacó que el equipo "está luchando, jugando bien y ganando partidos en casa gracias a la afición".
Aún quedaban las últimas sorpresas. Primero, el speaker del club anunció la existencia de tres tickets dorados bajo los asientos de la grada con premios como entradas VIP o una camiseta oficial del equipo que fueron entregadas por Spagnolo, Diakite y Diop a los tres niños agraciados, que no fueron los únicos en llevarse un bonito recuerdo de la sesión.
Simmons seguirá en el Kosner Baskonia hasta el final de temporada
Y es que, acto seguido, los jugadores repartieron artículos de la tienda oficial, entre ellos camisetas y bufandas, por la grada. Regalo de Olentzero que parecía dejar a todo el mundo satisfecho. A todos, menos a Paolo Galbiati, que decidió romper con el guión y llamar "a todos los niños" al centro de la pista.
Ante la incredulidad del personal, cientos de jóvenes rodearon al técnico italiano para gritar al unísono el grito de guerra del final de cada partido y entrenamiento: "Un, dos, tres, ¡Baskonia!" Un emotivo momento, que, lógicamente, derivó en que todos los niños se quedaran sobre el parqué para pedir autógrafos y fotografiarse por sus ídolos durante media hora más. Una jornada, en definitiva, de las que crean afición y que seguro que perdurará en la memoria de los txikis y supondrá una inyección de moral para el equipo.
