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Romper moldes a golpe de pompón

El Dancing Team del Baskonia normaliza la presencia masculina en un espacio históricamente femenino

En imágenes: Una jornada con el Dancing Team BaskoniaJorge Muñoz

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Es tiempo muerto en el Fernando Buesa Arena. Mientras Paolo Galbiati da instrucciones a sus pupilospara intentar remontar el partido, algunos aficionados aprovechan el impás para hacer una veloz visita al baño, abastecer sus reservas de palomitas y rellenar sus refrescos o, simplemente, distraerse con el móvil. 

Otros, sin embargo, solo pueden atender a la pista, que ahora se ha convertido en un escenario. Ya con las luces apagadas y dos focos apuntando al círculo central, empieza a sonar ‘Freed from desire’, de Gala Rizzato, y las bailarinas del Dancing Team del Baskonia acaparan todas las miradas. Ya no hay balón en el que fijarse, solo cuerpos coordinados al ritmo de la música, recordando que el baloncesto también se juega en las pausas, en lo que ocurre cuando el juego se detiene, pero el espectáculo no.  

Durante años, en ese escenario improvisado solo había mujeres.La animación, como tantas otras cosas, venía con esa etiqueta invisible y firmemente asumida. En el Baskonia, sin embargo, tal norma dejó de serlo.

En imágenes: Una jornada con el Dancing Team Baskonia

Hoy, entre las integrantes de su grupo de animación, conocido como Dancing Team, también bailan José Manuel Vásquez y Alexander González. Dos hombres sobre la pista no como excepción anecdótica, sino como claro ejemplo de que algo está cambiando. Pero el inicio no fue un camino de rosas para ninguno de los dos. 

“Fui con mucha ansiedad y miedo. Empecé con un Opening Game –partido con el que el club estrena la temporada– y ver el Buesa Arena lleno me generó más presión. Aun así, lo disfruté porque había compañeras que me motivaban a seguir y a no tener vergüenza. Fueron tres minutos intensos en pista”, cuenta Vásquez sobre su primera actuación como bailarín del Dancing Team del Baskonia en septiembre de 2024.  

Alexander González, el segundo componente masculino del actual equipo de baile, lleva menos tiempo. Ha sido uno de los fichajes para la vigente temporada y también recuerda su primera puesta en escena “con ansiedad”. Algo que, aunque ya han pasado varios meses desde su entrada al equipo, todavía siente. Confiesa que hay momentos en los que su cabeza le “traiciona”, pensando que se va a “equivocar”, y en los que le cuesta “un poco” ubicarse en las posiciones del Buesa Arena. Todo es “muy nuevo” para él.   

'Cheerleading' federado

Compuesto por dos chicos y ocho chicas actualmente, el Dancing Team del Baskonia lleva activo desde la temporada 1994-95. Mucho han cambiado las cosas desde entonces, tanto como para que hoy se reconozca el cheerleading como una especialidad deportiva adscrita a la Federación Española de Baile DeportivoSe incluyó en 2022 y, desde entonces, la FEBD regula el desarrollo oficial en sus diferentes aspectos.  

Por el grupo baskonista han pasado alrededor de 30 bailarinas y quien abrió la veda a la participación masculina fue Unax Reguero, si bien ya no sigue en el grupo. Lo hizo hace tres años, atravesando una puerta que abrió el club meses antes, animando a hombres a apuntarse a las pruebas. 

“Aunque fue difícil durante varias temporadas encontrar a alguien que diera el primer paso, una vez entró el primero, ya se hizo más habitual. Ese fue el punto de inflexión para que se apuntaran más chicos a los castings y accedieran al equipo con total normalidad”, explica José Antonio Fernández, encargado de gestionar el grupo de baile, que admite estar “muy contento con ello”. 

Vásquez conoció el grupo al ver un vídeo de una actuación. Inmediatamente, quiso hacer la prueba para formar parte del grupo, pero en el momento en el que se puso en contacto con la entrenadora, el casting estaba cerrado. Siete meses después, tuvo la oportunidad de mostrar sus aptitudes: “Como buen samaritano, esperé. El día que salieron las audiciones, me inscribí y aquí estoy”. 

A Alexander González le incitó a presentarse a la prueba de acceso su propio compañero: “Yo al principio no quería porque me daba miedo. Pensé que no me iban a coger, que no pasaría las pruebas porque serían muy profesionales”. Pero, sí lo cogieron. 

“Aunque fue difícil durante varias temporadas encontrar a alguien que diera el paso, una vez entró el primero, se hizo más habitual. Ese fue el punto de inflexión para que se apuntaran más chicos a los castings y accedieran al equipo con total normalidad”

José Antonio Fernández . Encargado del Dancing Team del Baskonia

"Somos todos iguales” 

Los primeros días de Vásquez en el Dancing Team no fueron sencillos. El hecho de que fueran “todo chicas” le costó; pero, con el tiempo, supo integrarse “bastante bien”. Gracias al apoyo de varias compañeras que también eran nuevas, empezó a sentirse “cómodo” y que “encajaba en ese grupo”. “Al paso de las semanas, ya estaba completamente integrado. "Todos somos iguales”, recalca quien siente que es “una más de ellas”. 

En imágenes: Una jornada con el Dancing Team Baskonia

Por su parte, aunque a González también le imponía bailar con mayoría de chicas, el apoyo de su compañero le facilitó la integración. “No noté mucha diferencia, ya que nos tratan por igual tanto a chicas como a chicos”, asegura el bailarín novel. 

“Yo al principio no quería hacer el casting porque me daba miedo. Pensaba que no me iban a coger, que no pasaría las pruebas porque serían muy profesionales”

Alexander González . Bailarín masculino del Dancing Team Baskonia

También ayudó en ese proceso que nunca tuviera miedo al qué dirán. Admite orgulloso que se siente fuerte por “poder bailar siendo chico en un equipo de chicas” cuando hay muchos que no lo hacen por temor al juicio ajeno. A González le han llegado a parar por la calle para alabarle y decirle que tiene “flow”, algo que le motiva mucho.  

Asimismo, pese a que pueda haber quien haga comentarios negativos hacia su persona, él no ha recibido ninguno. “Estoy aquí para disfrutar y no me voy a poner mal por unos mensajes absurdos de gente que no tiene nada que ver en mi vida”, manifiesta González.

En imágenes: Una jornada con el Dancing Team Baskonia

Vásquez, en cambio, sí que tuvo miedo al qué dirán: "Me cortaba bastante ser el único chico, pero pude dejar todo eso atrás y ahora me da igual”.  Para Vásquez, además, la respuesta del Buesa Arena a su presencia sobre la cancha fue “bastante acertada” desde el primer día: “Yo pensaba que me iban a ignorar un poco, pero la temporada pasada sí que hubo mucha gente que me apoyó mogollón. Hoy en día no tanto, pero siguen ahí y muy bien. Me han recibido bien”. 

Ninguno de los dos ha tenido que hacer frente a mensajes tóxicos en redes o en persona por ser hombres y formar parte de un equipo de baile.  

“Al paso de las semanas, ya estaba completamente integrado. Todos somos iguales”

José Manuel Vásquez . Bailarín masculino del Dancing Team Baskonia

Un soplo de aire fresco 

Las bailarinas, por su parte, se muestran encantadas por compartir escenario con dos chicos. Así lo explica Yara Martínez, quien es una más sobre la cancha y también ejerce como coordinadora del grupo. Ella lleva cuatro años como componente de este y considera que tener compañeros masculinos es “como un soplo de aire fresco” en el día a día. “Se han amoldado muy bien al estilo y no ponen pegas a nada”, agradece. 

A ella, eso sí, no le resulta extraño el hecho de bailar con Vásquez y González: “Las que venimos de una academia estamos acostumbradas a tener a hombres como compañeros”, aunque reconoce que sí es algo novedoso en el equipo de animación y que le ha hecho ilusión. “Ni siquiera hemos tenido que cambiar el funcionamiento del grupo, no nos ha afectado en absoluto negativamente”, agrega. 

En imágenes: Una jornada con el Dancing Team Baskonia

Así pues, los distintos protagonistas evidencian que la animación ha dejado de llevar una etiqueta implícita, al menos en el Baskonia. El baile ya no se asocia exclusivamente a lo femenino, ni la presencia de bailarines masculinos sobre la cancha se percibe como una rareza o una excepción. Simplemente ocurre. Con el paso de las temporadas, el Dancing Team ha integrado esa diversidad con naturalidad, sin necesidad de adaptar coreografías, discursos ni dinámicas internas. La normalidad se ha impuesto. 

Esa normalidad, alcanzada en un escenario tan expuesto como un pabellón lleno y con decenas de cámaras grabando, contrasta con la dificultad que aún existe en otros ámbitos para romper estereotipos similares. En el Buesa Arena, bailar es solo bailar; el género de quién lo hace ha dejado de ser relevante.