A este Baskonia no le gusta viajar. El conjunto gasteiztarra cerró su gira de cuatro partidos lejos del Buesa Arena con cuatro derrotas, la última en cancha de un Barcelona contra el que consiguió competir, pero realizando demasiadas concesiones.

Los vitorianos fueron superiores en una primera mitad en la que desaprovecharon los malos porcentajes de tiro de los culés y dejaron viva a su presa, que tras el descanso no perdonó los errores visitantes y le dio la vuelta al partido gracias el talento de Clyburn y Shengelia y la energía aportada por Brizuela en un tercer cuarto muy desfavorable para el Baskonia.

Galbiati, que descartó a Nowell entre sus tres extracomunitarios disponibles, de decantó por alinear de inicio a los otros dos, Simmons y Howard, junto a Diallo, Kurucs y Diop. Tal vez sintió algo de arrepentimiento el italiano cuando Simmons tuvo que sentarse con su segunda falta antes de que se cumplieran los dos minutos de juego, pero con Spagnolo y Villar turnándose en el puesto de base los alaveses aguantaron el tipo durante el primer cuarto, que se cerró con un empate a 19.

Los diez primeros minutos fueron un intercambio de golpes con muchas variantes y distintos protagonistas. Vesely y Diallo fueron quienes tiraron de sus equipos en el arranque y más tarde fue Willy Hernangómez quien asumió el protagonismo, tanto por su capacidad para generar puntos en la zona como por su fragilidad atrás, que fue aprovechada por Diakite y las penetraciones de los exteriores.

En el comienzo del segundo cuarto, con Simmons de regreso en la cancha, el Baskonia atacó con más criterio, defendió con solidez y logró poner tierra de por medio gracias a los puntos del propio base norteamericano y Luwawu-Cabarrot.

Sedekerskis y Howard se sumaron a la fiesta desde el triple y el conjunto azulgrana, a pesar de sus infantiles pérdidas y algunos errores groseros, aprovechó la falta de acierto en el tiro del Barcelona para encadenar un parcial de 4-14 y colocar el 32-41 en el electrónico, diferencia que pudo ser mayor de haber limitado las pérdidas. De hecho, la sensación al descanso, cuando el Barça logró reducir la diferencia hasta el 39-43, fue de oportunidad desaprovechada para haber construido un colchón importante para la segunda mitad.

Punto de inflexión

En el comienzo de la segunda parte, de hecho, el Baskonia echó en falta esos puntos que dejó escapar en la primera, ya que el Barcelona siguió ampliando el parcial abierto hasta el 17-4 para darle la vuelta al partido. Los vitorianos regresaron a cancha descentrados, cometiendo errores y sufriendo enormemente en las transiciones defensivas.

Entre Shengelia y Darío Brizuela, inédito en la primera parte y encargado de darle una inyección de energía y acierto exterior a su equipo en la segunda, le hicieron un traje al equipo de Galbiati, que se agarró unos minutos al partido a base de chispazos de Howard y Diakite, pero que terminó desplomándose y rindiéndose a la superioridad de su rival.

En ocho minutos el Barça anotó 28 puntos, 10 de Shengelia y 9 de Brizuela, frente a los 12 puntos de los vitorianos, que se vieron con un 67-55 en contra. El tiempo muerto de Galbiati permitió al equipo ordenar sus ideas y regresar mentalmente en el partido, aunque el 70-62 no iba a ser fácil de remontar.

Un triple de Luwawu-Cabarrot nada más comenzar el último cuarto dio esperanzas al Baskonia, que a pesar de la respuesta de Clyburn, un dolor de cabeza durante todo el encuentro, creyó en la remontada.

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Los visitantes incidieron por dentro por medio de un entonado Diakite, que aprovechó su mayor explosividad que los interiores locales para anotar ocho puntos seguidos para su equipo acercar a los alaveses a dos puntos con el 75-73. Sin embargo, se repitió la historia de la visita al Maccabi días atrás.

Errores puntuales en forma de pérdidas o una falta en ataque de Diallo y el mayor acierto individual de los locales, con dos triples mal defendidos de Cale y Punter decantaron la balanza del lado del Barça, que a 1:20 del final sentenció el choque (87-77). Fue la enésima mala transición defensiva del Baskonia, que facilitó que Clyburn, el mejor del partido en el global, machacara el aro a placer en dos ocasiones consecutivas.