Terremoto en el Buesa Arena. El Baskonia ha comunicado este miércoles una noticia que ha dejado helado y ha cogido con el pie completamente cambiado a su masa social.
Por si no fueran suficientes los problemas derivados de las lesiones de Trent Forrest y Markus Howard, el nuevo contratiempo llega esta vez con la marcha inesperada de Luka Samanic de la capital alavesa.
Un auténtico shock que acontece en el peor momento y nadie podía vaticinar pese a que el interior croata ya ha dicho adiós a algún otro club en el pasado -como el Fenerbahce, sin ir mas lejos- teniendo contrato en vigor debido a su peculiar personalidad.
Samanic, que causó baja el pasado domingo en el encuentro liguero celebrado en Granada supuestamente por un proceso febril, ha rescindido su contrato de mutuo acuerdo con el Baskonia "por motivos personales".
En un escueto comunicado de cinco líneas, la entidad del Buesa Arena no ha dado más pistas acerca de las razones que han motivado este divorcio completamente insospechado que obliga a la dirección deportiva a mover ficha con la búsqueda de un recambio en un mercado escaso de gangas. Tan solo se limita a señalar que agradece "el compromiso y la profesionalidad" del balcánico durante su estancia en Vitoria y le desea suerte para sus futuros retos.
Samanic había protagonizado un inicio plagado de luces y sombras en la presente temporada. El cuatro-cinco nacido hace 25 años en Zagreb, aterrizado en Vitoria a finales del año pasado a la segunda intentona después de que en el mercado estival del 2024 no cuajara su incorporación, ha mostrado todas sus virtudes y también sus defectos durante los pocos meses que ha vestido la elástica azulgrana.
El Baskonia hizo efectiva el pasado verano la opción recogida en su contrato para que continuara un año más en el equipo, sobre todo tras el gran final de campaña en el que puso en serios aprietos a Walter Tavares en la serie de cuartos de final del play off por el título ante el Real Madrid.
La 'pintura', muy debilitada
Talentoso como pocos en ataque, donde sabe jugar de espaldas al aro y también atacar a sus pares con sus entradas desde fuera hacia dentro, pero con una tibieza desesperante en defensa y poco sólido en la pelea por el rebote, era un jugador que no dejaba indiferente a nadie. Se diría incluso que su lista de detractores es mayor que la de seguidores.
Lo que no se le escapa a nadie es que, en un juego interior bastante falto de centímetros, kilos y envergadura, su marcha abre un socavón de dimensiones siderales en el seno del Baskonia. Paolo Galbiati se queda únicamente en la pintura con los servicios de Khalifa Diop y Mamadi Diakite, por lo que urge la llegada de un recambio que permita al técnico italiano disponer de más alternativas en una posición crítica que ya demandaba alguna solución.
El mercado no ofrece grandes nombres pese a los cortes que se están registrando en la NBA y, de hecho, varios clubes como el Partizan, el Anadolu Efes o el Real Madrid buscan desesperadamente sin éxito algún pívot desde hace semanas.
En el caso del Baskonia, el problema añadido es que Samanic es un jugador comunitario FIBA, por lo que su hipotético sustituto debería gozar del mismo estatus o, en su defecto, ser cotonou con el fin de ayudar al equipo a cumplir la legislación vigente en la ACB. Por lo tanto, el abanico se reduce más todavía para la dirección deportiva encabezada por Xebi Pujol, con mucho trabajo en los despachos como lo demuestra recientemente el aterrizaje de Kobi Simmons para el timón en lugar del lesionado Forrest.
Contento en Vitoria
En una entrevista concedida a este periódico a finales de septiembre, Samanic dejó claro que estaba a gusto en Vitoria, por lo que su marcha causa una evidente extrañeza.
"He estado muy tranquilo este verano. He aprovechado para descansar y pasar tiempo con mi familia. Me gusta el Baskonia y después de la pasada temporada quería seguir aquí. Confiaba en que el club iba a querer seguir contando conmigo, pero tampoco me agobiaba la posibilidad de tener que buscar otro destino", reconoció el balcánico, que se está ganando a pulso su fama de nómada y no consigue estabilidad en un mismo lugar en los últimos tiempos.