Aunque todavía hay algunas ligas domésticas como la ACB que siguen disputándose, el mercado de fichajes de la Euroliga lleva en plena ebullición desde que el Fenerbahce se proclamó campeón en la pasada Final Four. Los grandes nombres propios de la agencia libre de este verano ya están sellando jugosos contratos con sus nuevos clubes, mientras que los equipos más poderosos del continente no han perdido tiempo en pagar cláusulas de salida para arrebatar a sus principales estrellas a equipos más modestos.
En ese ajetreado baile de jugadores, sin embargo, no está entrando por el momento el Baskonia, que hizo sus deberes pronto con un jugador de proyección como Clément Frisch –Félix Fernández deslizó su fichaje en su intervención ante los medios de comunicación– y también con el acercamiento a Matteo Spagnolo, pero todo apunta a que deberá tener paciencia para realizar nuevas incorporaciones.
Como viene siendo habitual en los últimos veranos, los primeros en mover ficha en verano son los clubes con mayor presupuesto, que se enzarzan entre ellos en una subasta por hacerse con los servicios de los jugadores más apetecibles del mercado.
Con uno de los presupuestos más limitados de la máxima competición europea, al Baskonia le es imposible entrar en ese juego. Por ello, debe trabajar fuera del radar o esperar a que el mercado madure y los equipos punteros del torneo completen sus plantillas para poder intervenir y firmar en condiciones acordes a sus posibilidades a los jugadores que no han encontrado acomodo.
A ello hay que añadirle los imprevistos que puedan surgir en forma de salidas, ya que en cualquier momento puede llegar otro equipo con la billetera por delante y llevarse a una de las piezas angulares de la plantilla, obligando a la secretaría técnica a cubrir ese hueco a contrarreloj. Evidentemente, el Baskonia tiene ya una lista de alternativas en caso de perder a uno de los jugadores con los que cuenta para el próximo curso, pero esa incertidumbre estará presente y condicionará sus planes durante todo el verano.
Por si fuera poco, la reciente llegada a Vitoria-Gasteiz del nuevo secretario técnico Xevi Pujol, que tendrá plenos poderes a partir de ahora en la confección de la plantilla, ralentizará lógicamente la planificación este curso, algo a lo que tampoco ayuda el hecho de que la continuidad de Pablo Laso al frente del banquillo esté actualmente en el aire. Difícilmente se puede construir una plantilla si se desconoce quién va a ser el entrenador.
Fichajes en otra dimensión
No hay más que ver las cantidades que se están gastando en los primeros movimientos del mercado para darse cuenta de que el Baskonia tiene muy difícil entrar en la batalla con los grandes transatlánticos europeos, a quienes en muchas ocasiones no les importa tener grandes pérdidas a cambio de poder competir por el título.
Entre las operaciones más destacadas de estas semanas iniciales de la ventana de traspasos, a falta aún de que se vayan concretando en anuncios oficiales, cabe mencionar por ejemplo los 1,8 millones de euros por temporada que va a cobrar Theo Maledon en el Real Madrid, una cantidad fuera del alcance del Baskonia que, sin embargo, no está entre las más caras de las que han ido saliendo a la luz.
El base TJ Shorts, una de las revelaciones de este curso con el París Basketball, firmará con el Panathinaikos a cambio de 2,2 millones de euros por temporada, mientras que el ala-pívot Nikola Mirotic recalará en el AS Mónaco con un contrato de 2,4 millones de euros por año, uno de los más elevados de la competición. Los monegascos también apuntan a reforzarse con el fichaje de Isaia Cordinier por alrededor de 5 millones en tres años. Jabari Parker, por su parte, se encuentra cerca de firmar por el Partizan a cambio de 5 millones de euros por dos temporadas.
Tampoco se queda atrás el sueldo de Nikola Milutinov, que ha firmado su renovación con el Olympiacos a cambio de 7 millones de euros repartidos en tres temporadas. Eso sí, la renovación más cara ha sido la de Kendrick Nunn por el Panathinaikos. El vigente MVP de la Euroliga cobrará la astronómica cifra de 4 millones de euros en Atenas.
Por si fuera poco, nuevos integrantes de la competición con presupuestos ilimitados como el Hapoel Tel Aviv o el Dubái Basketball están también pujando fuerte y colaborando en la inflación. El cuadro israelí está cerca de firmar al pívot Dan Oturu por tres temporadas a cambio de un contrato de 2 millones de euros por año y al alero Elijah Bryant a cambio de 7,5 kilos repartidos en tres temporadas.
Todo ello por no mencionar los cinco millones por temporada que ha ofrecido a Vasilije Micic. El refuerzo estrella del Dubái Basketball, por su parte, será Dzanan Musa con un contrato de 10 millones de euros en tres campañas.
A todo esto hay que sumar los pagos de cláusulas de rescisión como los 500.000 euros que el Real Madrid pagará al Tenerife por la liberación de David Kramer o los 750.000 euros que le costará al Efes la liberación de Nick Weiler-Babb del Bayern. El Estrella Roja, por su parte, está dispuesto a pagar más de un millón de euros para poder fichar a Filip Petrusev procedente del Olympiacos.
Otras operaciones que tampoco serán baratas son el fichaje de Toko Shengelia por el Barcelona (también interesa Will Clyburn), las renovaciones de Carsen Edwards y PJ Dozier por el Bayern y el Efes respectivamente, el fichaje de Dylan Osetkowski por el Partizan, el de Justin Anderson por el Dubái, el de Marko Guduric por el Armani Milán, el de Neal Sako por el Valencia Basket, el de Tyson Ward por el Olympiacos o el posible aterrizaje de Derrick Alston Jr. en la Virtus Bolonia.
Mientras sus rivales invierten ingentes cantidades de dinero, el Baskonia espera pacientemente su oportunidad para lanzarse a un mercado de fichajes con cada vez menos oferta y mayor demanda.
![](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 880 495"%3E%3C/svg%3E)
