Como viene siendo habitual en los últimos veranos, el Baskonia deberá esperar a que el mercado madure para mover ficha, ya que los grandes transatlánticos de Europa acostumbran a ser los primeros que consiguen cerrar los traspasos de los jugadores más apetitosos.
Las cifras en las que se mueve el mercado en estas semanas iniciales, con operaciones como la reciente renovación de Milutinov con el Olympiacos a cambio de 7 millones de euros por tres temporadas o los 10 millones que percibirá en tres años Musa en el Dubái Basketball resultan inalcanzables para un Baskonia que acostumbra a trabajar fuera del radar.
Por ello, los nuevos fichajes posiblemente tarden en cerrarse, pero ahora mismo la prioridad es tomar decisiones en las que sí que tiene la sartén por el mango. Una de las más importantes y que posiblemente marcará las prioridades de la dirección deportiva a lo largo del verano concierne a Luka Samanic.
El interior croata llegó a Vitoria-Gasteiz el pasado mes de diciembre con un contrato hasta final de temporada con una opción por parte del club de ampliar su vinculación por un año más. Pues bien, aunque la decisión no tiene por qué ser inminente, el club, según ha podido saber este periódico, tiene como margen hasta finales de este mes de junio para ejecutar la cláusula con la que mantendría a Samanic una campaña más en nómina o, por el contrario, renunciar a él y permitir que se convierta en agente libre.
Posición clave
Tras la marcha de Chima Moneke, que se buscará un nuevo destino tras haber terminado contrato, el puesto de ala-pívot queda en estos momentos despoblado y sin un jugador específico para esa posición. Luka Samanic y Ousmane Ndiaye, dos de los jugadores que han ocupado ese puesto a lo largo de la campaña, se encuentran en la misma situación, ya que ambos terminan contrato este verano y el club tiene la opción de prorrogarlos un año más.
Otro jugador que también ha tenido minutos en esa posición es Tadas Sedekerskis, cuya polivalencia y fortaleza física le permiten jugar tanto en el puesto de alero como en el de ala-pívot. Si la dirección deportiva y Pablo Laso optan por reconvertir definitivamente al lituano al puesto de ala-pívot y dejar que Rogkavopoulos y Luwawu-Cabarrot se repartan los minutos en el tres, el rol de cuatro titular estaría cubierto por el capitán, pero si siguen contando con él como alero, en estos momentos no habría ningún ala-pívot en nómina.
Por ello, la de Samanic se perfila como una decisión estratégica para la planificación del resto de la plantilla. Se trata de un jugador de un perfil diferente al resto del equipo, un interior de 2,08 metros de altura con agilidad para moverse en la zona y postear, poderío físico y capacidad para abrirse y amenazar desde el perímetro.
Aunque la posición en la que más ha jugado es la de ala-pívot, puede ejercer como pívot en quintetos más pequeños y ofrecer un prestaciones diferentes a las de Diop y Hall, dos pívots de características similares entre sí que se encuentran más cómodos jugando desde encima del aro y no botando el balón.
Con el croata sobre el parqué ejerciendo como pívot, el equipo genera más espacios y tiene otro ritmo distinto en ataque, mientras que ejerciendo como ala-pívot el resultado es un quinteto más pesado y alto. En línea con el resto de la plantilla, Samanic ha tenido altibajos en su rendimiento y ha combinado choques en los que ha mostrado su enorme talento ofensivo con actuaciones discretas en las que desaparecía del parqué.
Su fragilidad en defensa, donde concede canastas con demasiada facilidad y tiene dificultades para cerrar el rebote, posiblemente sea el principal motivo por el que el Baskonia tenga dudas con su continuidad, ya que sus cualidades ofensivas son más que tangibles.
Sus 9,1 puntos, 3,2 rebotes y 8,6 créditos de valoración en la Euroliga disputando sólo 15 minutos por choque y su actuación en los cuartos de final de la ACB contra el Real Madrid, cuando sacó de la zona a Tavares con sus triples y promedió 15,5 puntos, 3,5 rebotes y 16 créditos de valoración en 17 minutos de juego, hablan del gran impacto que tiene en el juego cada vez que salta al parqué y de su potencial.
En caso de prescindir de él, la dirección deportiva debería explorar el mercado en busca de un interior de su perfil capaz de amenazar desde fuera, algo que se echó en falta en la primera mitad de la temporada.
También se tomará en breve una decisión sobre el futuro de Ousmane Ndiaye, que esta campaña ha demostrado estar aún verde para la ACB tanto en su primer tramo en Vitoria como durante su cesión en el Coviran Granada. Además, al haber cumplido ya los 21 años, no podrá ocupar plaza de cupo de formación como jugador inscrito en el filial y pasará a ser comunitario, algo que le supone perder papeletas de cara a su ampliación de contrato.