El Baskonia lo intentó, pero no pudo alargar su temporada. El conjunto gasteiztarra, en un encuentro histórico en cuanto a anotación en play off por el enorme acierto ofensivo de ambos conjuntos, jugó un partido brillante en ataque, pero no logró cerrar filas atrás y terminó cediendo ante un Real Madrid que también supo manejarse en el vértigo.
Pablo Laso decidió ajustar su quinteto titular introduciendo a Nikos Rogkavopoulos en el tres y a Samanic como pívot junto a Forrest, Howard y Moneke, un cambio que le funcionó a las mil maravillas en el comienzo, especialmente por lo encendido que arrancó Samanic el partido. En un inicio que no tuvo nada que ver con el visto en Madrid, ambos conjuntos se intercambiaron golpes a un ritmo vertiginoso y con enorme acierto desde el triple.
El interior croata se encargó de alejar a Tavares de la pintura y encender al Buesa Arena con tres triples en sus tres primeros intentos, que sumados a otras dos buenas canastas supusieron que anotara 13 puntos en el primer cuarto. También estuvo fantástico Forrest con otros tres triples, mientras que Howard, Moneke y Baldwin se sumaron a la fiesta para un total de nueve en los diez primeros minutos.
Eso sí, el Madrid también vio el aro muy ancho y mantuvo el pulso anotador de los gasteiztarras. En sólo seis minutos y medio de juego, el festival del triple colocó el 25-23 en el marcador, que fue un 33-27 al término del primer cuarto más anotador de la historia del play off de la ACB.
La muñeca no se les enfrió a los gasteiztarras en el comienzo del segundo cuarto, ya que tres triples más de Baldwin, Rogkavopoulos y Sedekerskis (12/15 hasta entonces) establecieron por primera vez una renta de dobles dígitos con el 43-33. Dos malas posesiones permitieron al Real Madrid meterse de nuevo en el partido gracias a siete puntos seguidos de Musa, desaparecido hasta entonces en la eliminatoria (47-44).
Pese a ello, el Baskonia siguió centrado, se trabajó sus puntos por dentro con Forrest y Moneke y logró recuperar algo de ventaja, aunque Campazzo, con un tres más uno que fue muy protestado por el Buesa Arena y una gran bandeja, volvió a acercar a los suyos y dejó todo abierto al descanso con el 56-54.
Giro tras el descanso
El ritmo no bajó al regreso de vestuarios, cuando ambos equipos siguieron atacando y anotando con enorme fluidez, aunque esta vez el juego se volcó más por dentro que en los primeros diez minutos. Eso sí, los protagonistas fueron los mismos. Forrest, imperial durante toda la cita tanto en anotación como asistiendo a sus compañeros, siguió mostrando su repertorio de movimientos en penetración, mientras que Samanic, pese a sus lagunas atrás, volvió a aprovechar su mayor agilidad sobre Tavares.
La réplica la dieron Campazzo y Hezonja, que sacaron a relucir su calidad y lograron adelantar a su equipo por primera vez desde los compases iniciales. Algunos tiros libres errados y su falta de contundencia a la hora de cerrar el rebote castigaron a los locales, que esta vez estuvieron menos entonados que su rival desde el perímetro y vieron cómo el Madrid se iba poco a poco distanciando y conseguía una ventaja de siete puntos al término del tercer cuarto gracias a un triple sobre la bocina de Feliz (81-88).
Necesitaba el Baskonia cerrar filas atrás y seguir anotando a buen ritmo para tener opciones en el cuarto decisivo, pero según avanzaban los minutos la victoria se alejaba cada vez más. De hecho, el Real Madrid llegó a manejar una ventaja de once puntos con el 87-98, momento en el que Luwawu-Cabarrot, sin incidencia hasta el final del tercer cuarto, anotó seis puntos seguidos para dar esperanzas a los locales a cinco minutos del final (93-98).
Fue entonces cuando Chus Mateo devolvió a cancha a Campazzo y Tavares, que se encargaron junto a Llull de enfriar los ánimos azulgranas. El balear anotó un triple que hizo mucho daño, la diferencia volvió a los nueve puntos y Forrest, que se negó a entregar la cuchara en uno de sus mejores partidos del curso, redujo la distancia de nuevo a los cinco tantos. A 40 segundos del final, Howard tuvo un triple liberado en transición con el que pudo haber colocado el 106-108 y meter el miedo en el cuerpo al Madrid, pero su triple no entró y Tavares lo convirtió en el 103-110 desde la línea que selló el triunfo blanco y el fin de la temporada del Baskonia.