El Baskonia demostró ante el Olympiacos, líder de la Euroliga, que, cuando quiere, puede competir a un gran nivel. El conjunto azulgrana, en un vistoso duelo que fue ganando emoción exponencialmente con el paso de los minutos, compitió de tú a tú a base de compromiso y buen juego a un Olympiacos que sobrevivió gracias a su acierto exterior y se llevó el duelo en una cruel prórroga después de que la moneda al aire cayera de su lado.
Pablo Laso, en busca de intentar igualar la fuerza de Moustapha Fall por dentro, apostó por utilizar a Diop como pívot titular junto a Forrest, Baldwin, Luwawu-Cabarrot y Moneke, estrategia que no evitó que el corpulento interior del Olympiacos se erigiera como protagonista de los primeros compases del choque.
Él y un enérgico Moneke fueron los más destacados de un primer cuarto espeso en cuanto a anotación en el que las pérdidas lastraron al Baskonia y la falta de acierto en el tiro al Olympiacos. Dos rebotes ofensivos de Hall cuando Fall se sentó permitieron a los alaveses cerrar el parcial por delante con el 17-16.
El duelo se animó en la reanudación, cuando McKissic al contraataque y un de nuevo entonado Rogkavopoulos se encargaron de elevar el ritmo anotador con las segundas unidades sobre el parqué. Ambos conjuntos fueron intercambiándose golpes sin que ninguno de los dos se distanciara en el marcador y a los seis minutos ya llevaban tantos puntos como en todo el primer cuarto (33-33).
Esa mayor alegría en el juego se mantuvo con el regreso de los titulares a la cancha, el Baskonia se mostró agresivo en las penetraciones y en transición y también superó a su rival en el rebote, que fue el factor que decantó la balanza del lado local al descanso, aunque con todo aún abierto con el 42-40.
Diversos protagonistas
Al regreso de vestuarios, fue Luwawu-Cabarrot, discreto hasta entonces, quien dio un paso al frente y anotó tres triples y una acción de dos más uno en menos de cinco minutos con los que logró romper la barrera de los cinco puntos de distancia por primera vez y alcanzar un colchón de dobles dígitos con el 57-47.
Fue un tramo de gran baloncesto del Baskonia, que apretó los dientes en defensa y movió el balón con mucha inteligencia en las transiciones para encontrar a Luwawu-Cabarrot mientras Vezenkov intentaba mantener a flote a los visitantes y Bartzokas se desesperaba en la banda.
Acercó Williams-Goss al Olympiacos sacando faltas y acudiendo a la línea de tiros libres, pero Luwawu-Cabarrot, autor de 17 puntos únicamente en el tercer cuarto, se encargó de mantener la diferencia de diez tantos.
Cuando se sentó el alero galo, Rogkavopoulos se encargó de tomar su relevo en anotación con un tres más uno, aunque todo el trabajo se fue al traste en un hiriente último minuto en el que una antideportiva de Hall y la fortuna de McKissic en el triple sobre la bocina pusieron el 69-67 con el que se llegó al cuarto decisivo.
Cuando parecía que el partido no podía enloquecer más, apareció Samanic para ponerlo todo patas arriba con mucha energía y canastas de todos los colores.
Eso sí, tampoco se quedaron atrás Vezenkov y un Fournier letal desde la larga distancia. El interior croata pasó por encima de un perdido Milutinov y amplió la diferencia hasta los siete puntos con el 85-78, aunque aún quedaban cinco minutos por jugarse.
De nuevo cruz
El Olympiacos, demostrando por qué es uno de los favoritos a alzar el título este curso, no tiró la toalla y con sus mejores jugadores de la cita sobre el parqué (Williams-Goss, McKissic, Fournier, Vezenkov y Fall) logró reducir diferencias e igualar el choque a 38 segundos del final en un saque de fondo en el que McKissic se quedó solo (87-87).
Tras ello, Forrest, de menos a más, anotó dos tiros libres que, pese a una buena defensa azulgrana, fueron respondidos por Fall a 11 segundos del final. Cometió la falta que le quedaba el Olympiacos y con 3,8 segundos en el reloj se la jugó Moneke con un difícil tiro de seis metros que no entró.
Todo se tuvo que decidir, por lo tanto, en una prórroga en la que fueron los bases los que asumieron galones. Forrest y Baldwin, por un lado, y Williams-Goss, por el otro, tomaron responsabilidad en ataque a pesar de sus problemas de faltas, algo que derivó en la rigurosa eliminación de Baldwin a 1:39 del final con 97-97 en el marcador.
Fournier no perdonó desde la personal, respondió Hall y Williams-Goss puso el 99-101 a 33 segundos del final en un despiste defensivo. Siguió luchando el Baskonia, pero le faltó la fortuna.
El triple de Samanic no entró, Williams-Goss le dio otra oportunidad al fallar su segundo tiro libre y Moneke, en el último triple palmeado después por Luwawu-Cabarrot, tampoco logró forzar la segunda prórroga.