La segunda tentativa de asalto del Baskonia al Palau Blaugrana, esta vez en la Euroliga, no tuvo el éxito de la primera. Los gasteiztarras fueron incapaces de responder a la energía, ritmo y acierto del Barça y acabaron cayendo por 91-68 en lo que fue la peor actuación del equipo en la era de Pablo Laso. Una velada para el olvido, sin lugar a dudas.

El encuentro, ya desde el comienzo, apuntaba a un desarrollo nada favorable para los intereses del Baskonia. Los locales arrancaron mucho más fuertes, casi enrabietados, y buen ejemplo de ello fue el 12-2 inicial que Laso tuvo que parar. Sus pupilos estaban siendo arrollados en defensa y, en el lado contrario, las pérdidas empezaban a ser un problema. 

Ese guión, en realidad, se mantuvo durante toda la noche. Aunque el Baskonia pudo acercarse en el marcador a base de pequeños arreones, el Barça, con solo pisar un poco el acelerador, pudo romper cualquiera de sus reacciones. Así se vio en el tercer cuarto y, sobre todo, en el último, cuando los gasteiztarras desaparecieron por completo de la cancha.

FORREST, EL MÁS ACERTADO

Trent Forrest fue el único que, al menos en la anotación, completó una actuación decente, con 17 puntos; y Markus Howard también dejó sus destellos, pero fueron contados. Al Baskonia le costó mucho encontrar a su estrella, que tuvo que hacer la guerra por su cuenta la gran mayoría de las veces que recibió el balón. 3/7 fue su registro en triples.

Otros como Luwawu-Cabarrot, Kamar Baldwin o Chima Moneke apenas aparecieron por el Palau y, cuando lo hicieron, fue de manera errática, sobre todo en defensa –y eso que el nigeriano acabó con la mayor valoración–. Lo mismo pasó con los pívots, Khalifa Diop y Donta Hall, muy superados en la pintura y nulos, al igual que el resto del equipo, en los ataques estáticos. El desorden fue absoluto en ambos lados.

Y ese escenario lo aprovecharon a la perfección blaugranas como Vesely, Punter y Anderson, con 17, 15 y 11 puntos respectivamente. Jabari Parker también tuvo momentos de protagonismo y, en defensa, la actuación fue coral, siendo Satoransky de los más destacados. 

Lo único positivo del encuentro, durante el que el Baskonia sufrió 17 pérdidas en campo del Barça, fue la reaparición de Tadas Sedekerskis. El alero lituano, después de tres semanas parado por lesión, necesita tiempo para ponerse al ritmo de sus compañeros, pero verle de nuevo sobre el parquet fue indudablemente una gran noticia.

Sorprendió, una vez más, que Laso no contara con Jaramaz, quien seguro tendrá bastantes minutos contra el Força Lleida, y el poco tiempo del que dispuso Rogkavopoulos, aunque también se le vio desconectado. Ndiaye, por el contrario, sí que dejó buenos detalles cuando el técnico gasteiztarra decidió meterle en el partido.