Si habitualmente ya es complicado encontrar jugadores formados en España con los que cubrir los cuatro cupos que exige la ACB a sus equipos para poder competir, el cambio de paradigma de los últimos años con los cada vez más alargados tentáculos de la liga universitaria de Estados Unidos está dificultando sobremanera esta tarea para clubes como el Baskonia.
La dirección deportiva azulgrana deberá trabajar de nuevo duro esta temporada para encontrar a un jugador que complemente a Tadas Sedekerskis, Khalifa Diop y Sander Raieste y ocupe el hueco dejado por Dani Díez, a quien la entidad ha decidido no renovar.
El club se las ha ingeniado en el pasado para generar sus propios cupos como en los actuales casos de Sedekerskis y Raieste o los recientes de Arturs Kurucs e Ilimane Diop, pero cada vez cuesta más formar jugadores que sean válidos para competir en la Euroliga y en la ACB y que no sean captados por la NCAA.
La liga universitaria estadounidense siempre ha supuesto un peligro para las canteras europeas, pero antes los clubes del viejo continente podían competir con ello ofreciendo a sus promesas un sueldo que estaba históricamente prohibido que percibieran en la NCAA al no considerarse una competición profesional.
Sin embargo, eso cambió por completo en la campaña 2021-22, cuando entró una nueva normativa que permite a los jugadores cobrar emolumentos indirectamente mediante contratos de patrocinio denominados NIL (siglas de nombre imagen y semejanza en inglés).
Con ello, al atractivo del mejor escaparate para dar el salto a la NBA se le sumaron contratos semejantes a los de las grandes estrellas de la Euroliga, lo cual convierte la tarea de retener a las mayores perlas europeas en todo una utopía. Cuesta imaginar que casos como el de Luka Doncic, que jugó como profesional en el Real Madrid antes de ser elegido en el draft de la NBA, vuelvan a repetirse en el contexto actual.
Nombres rumbo a la NCAA
Cada vez son más los jugadores que abandonan Europa para desarrollarse en la liga universitaria y este verano han sido el Real Madrid y el Barcelona los más perjudicados. El pívot senegalés de 17 años Ismaila Diagne y el escolta ruso de 18 años Egor Demin, las dos grandes promesas de la cantera blanca, han fichado por la Universidad de Gonzaga y por Brigham Young respectivamente. El base lituano de 18 años Kasparas Jakucionis, por su parte, ha dejado el Barça y ha firmado un contrato de 750.000 dólares brutos con la Universidad de Illinois, cifras impensables en la Euroliga para un jugador tan joven que ni siquiera ha entrado aún en la dinámica del primer equipo.
El Joventut de Badalona también pierde al joven pívot portugués Ruben Prey, que se va a la Universidad de Sant John’s tras haber disputado únicamente 19 encuentros de ACB con el conjunto catalán. En este caso, eso sí, el club verdinegro ha probado una estrategia diferente al permitir su salida en una cesión de un año que permitirá mantener bajo contrato a Prey y que regrese el verano que viene a Badalona.
Eso sí, el Baskonia exploró una fórmula similar cuando cedió a su canterano Sidy Cissoko al equipo de jóvenes talentos de la Liga de Desarrollo de la NBA (G-League Ignite) y el exterior francés no regresó nunca a Vitoria, ya que fue seleccionado en el draft el curso siguiente. Al menos sí que obtuvo una compensación económica por su adiós.
El mencionado G-League Ignite fue precisamente uno de los factores que empujó a la NCAA a cambiar su política y este verano ha desaparecido definitivamente tras verse eclipsado por la pujanza de los contratos universitarios.
El ala-pívot navarro Great Osobor, por ejemplo, cobrará el próximo curso dos millones de dólares por jugar en los Washington Huskies, convirtiéndose en el jugador mejor pagado de la historia de la NCAA. Un récord que, por la dinámica de estos últimos años y por los crecientes ingresos de la liga (1.300 millones de dólares facturados en 2023) no tardará en ser superado.
Quebradero de cabeza
Los mencionados no son los únicos jugadores que han cruzado el Atlántico en los últimos tiempos. En 2023 Aday Mara dejó el Zaragoza a cambio de un contrato cercano al millón de dólares con UCLA, donde ha jugado con el canterano del Madrid Jan Vide. Conrad Martínez y Dwayne Aristode se fueron del Joventut y Santiago Trouet cambió el Estudiantes por la Universidad de San Diego. Les precedieron Álvaro Folgueiras (Unicaja), Baba Miller e Izan Almansa (Real Madrid).
El rodillo de la NCAA no va a frenarse y obliga a los clubes de la ACB a replantearse su estrategia con la cantera, ya cada vez va a ser más difícil que todo el trabajo y dinero invertido en las categorías de formación se vea recompensado con la llegada de cupos de calidad al primer equipo. El dilema, desde luego, es difícil de resolver.