Matt Janning (Minnesota, 1988), uno de los héroes del último título liguero del Baskonia, ha decidido este verano poner fin a su agitada carrera deportiva a los 36 años tras una última etapa en el baloncesto japonés. Convertido en todo un nómada de la canasta tras militar en más de una decena de clubes, el escolta norteamericano encontró un pequeño refugio en Vitoria entre 2017 y 2020, en lo que fue su estancia más larga en el mismo equipo. Al poner el punto y final a su carrera, Janning no puede evitar acordarse de una ciudad a la que guarda especial cariño y a la que espera regresar en el futuro.

¿Cómo sienta la retirada después de tantos años como profesional?

Sienta bien. Obviamente, aún pienso que hay una parte de mí que puede jugar a un alto nivel. Quería seguir un par de años más, pero hay muchas otras cosas en las que poner el foco. Voy a empezar una nueva carrera como entrenador, a veces los tiempos lo son todo y era el momento adecuado para hacer la transición. Los mejores jugadores de la historia juegan 20 años, pero el jugador promedio se dedica profesionalmente sólo durante 3 o 4 años a esto. Tras haber jugado 13 años como profesional, tengo que mirar atrás y respetar lo que he conseguido. Ha sido maravilloso, cada parada en el camino ha merecido la pena con sus buenos y malos momentos, no cambiaría ninguno de los lugares en los que he estado en mi carrera. Ahora es el momento de pasar página.

¿Sabe ya entonces lo que va a hacer el curso que viene? 

Sí, he pasado esta última temporada hablando con entrenadores universitarios y de distintos clubes, informándome y planificando el próximo paso en mi carrera. Quería saber si podía encajar en el cargo de entrenador o si simplemente era un sueño imposible que no me iba a llevar a ninguna parte. Después de muchas conversaciones, he tenido una oferta para ser asistente en el extranjero y también para ser entrenador principal en un equipo de instituto cerca de mi hogar. Ha habido algunas propuestas, aún no puedo decir a dónde voy a ir, pero sí tengo claro que mi deseo es ser entrenador principal, ya sea en un equipo universitario, en la NBA o en el extranjero.

“No hay nada como jugar en el Buesa, cuando se llena no tiene nada que envidiar al resto de pabellones”

Para ello tendrá un largo camino por delante... 

Sí, soy consciente, hay mucho que aprender. Confío en que todo lo que he podido absorber de los grandes entrenadores que he tenido en Europa y allí en Vitoria me ayude. Intentaré aplicar una pequeña píldora de cada uno en mi manual de entrenador.

Matt Janning, durante su última etapa en los Kawasaki Brave Thunders de Japón Instagram

¿Con qué se queda de los que tuvo en el Baskonia? 

Pedro Martínez es un gran cerebro en lo táctico. Hay muchísimo que aprender de él tanto en los sistemas ofensivos como en los defensivos, con variantes durante el partido. De Perasovic me quedo con la parte ofensiva, las fantásticas jugadas que dibujaba para los tiradores y la libertad que te da para jugar en ataque. Era el primero en gritarte, pero al final jugabas liberado. Con Dusko me quedo con la disciplina, la estructura de sus entrenamientos, la claridad de ideas... También es importante ponerte en el papel del jugador para saber qué puedes hacer y qué no. Si Dusko me pedía dar 20 vueltas corriendo a la pista, yo lo hacía porque quería ser mejor, pero si se lo pido a un jugador joven ahora sin más explicación tal vez no lo haga. Hay que sacarles esa mentalidad competitiva. 

Encaja bien en el perfil, se nota que es alguien a quien le gusta hablar de baloncesto. 

Es verdad. En mi caso me he dedicado profesionalmente a esto durante 13 años, pero realmente desde los 3 años mi prioridad ha sido el baloncesto, se podría decir que llevo 33 años en las canchas. Es duro despedirse de ello y la transición fácil es pasar a ser entrenador. En cualquier caso, no es algo para todo el mundo y yo siempre durante mi carrera he intentado empaparme y aprender todo lo posible sobre lo que es ser entrenador. Ojalá ese esfuerzo y aprendizaje de sus frutos y me ayude a tener éxito en este segundo capítulo de mi vida.

¿Cuál ha sido la respuesta de los aficionados tras anunciar su retirada? 

La última temporada no he competido, así que muchos posiblemente ya pensaban que me había retirado. En cualquier caso, ha sido fantástico. Fue duro para mí hacer el vídeo que publiqué en redes sociales anunciando mi adiós. Había tantas cosas que quería decir y a tantas personas que mencionar... Grabé el vídeo como 12 veces y en todas ellas se me iba a los siete u ocho minutos. Si entiendes algo de redes sociales sabes que la gente pierde el interés a los diez segundos si no captas su atención, así que algo tan largo no iba a funcionar y lo tuve que recortar. Tras ello, he recibido mensajes de todo el mundo, posiblemente los seguidores de Vitoria han sido los más ruidosos, pero también me han escrito de Japón, Rusia, Siena, Turquía... Me sorprende que sigan mis pasos tanto tiempo después, fue emocionante sentir su apoyo.

¿Por qué cree que tiene tanto apoyo en Vitoria? 

No lo sé, posiblemente porque soy el perfil de jugador que encaja en la filosofía del Baskonia. Siempre ha sido un club experto en encontrar jugadores fuera del radar del resto y convertirlos en hombres importantes. Yo llegué a Vitoria con poca experiencia en la Euroliga y sin tener muy claro hacia dónde dirigir mi carrera, con un contrato muy corto que al final se convirtió en tres años. Mi primer año fue muy bueno con Pedro Martínez, el segundo tuve un gran comienzo con algunas lesiones al final y el tercero fue una montaña rusa, con el covid, mis problemas en el pie y el tramo final jugando a gran nivel y ganando la ACB. Por un lado, creo que la gente que sabe de baloncesto respeta lo que hice en el Baskonia, y por otro encajé bien en la mentalidad de Vitoria.

¿Cuál es esa mentalidad? 

Los aficionados de Vitoria entienden de baloncesto y saben que hoy en día es muy difícil que un jugador se quede durante toda su carrera allí. El club acostumbra a traer jugadores jóvenes, talento aún por pulir. Los desarrolla y luego continúan su carrera en otro lugar, pero los aficionados lo comprenden y no guardan rencor por ello, siguen sus trayectorias allí a donde van. Cuando me paro a recordar los jugadores con los que coincidí, pienso: ¿Cómo no ganamos la Euroliga? Poirier, Shengelia, Shields, Voigtmann, Vildoza... Todos ellos han tenido carreras fantásticas, pero claro, entonces éramos todos jóvenes y estábamos en otro punto de madurez diferente.

Janning, con el título de campeón de la ACB conseguido en el Baskonia ACB Photo/M. Pozo

Pese a lo que comenta, esa fue su etapa más larga en un club. ¿Es Vitoria un buen lugar? 

Sí, mi mujer y yo lo disfrutamos mucho. Mi primera hija se crió allí y mi segunda nació en Bilbao durante la pandemia. Siempre va a haber cosas que nos recuerden a Vitoria por mucho que pase el tiempo: los amigos que hicimos, el colegio, los parques... Y luego obviamente están las memorias de baloncesto. No hay nada como jugar en el Buesa Arena. Hay pabellones locos en la Euroliga como el del Fenerbahce, Olympiacos, Panathinaikos... Pero amigo, cuando el Baskonia está jugando bien, enfrente tiene un equipo grande y el pabellón está a reventar, el Buesa no tiene nada que envidiar a esas canchas, el ruido es increíble. Tengo muy buenos recuerdos de jugar allí.

¿Cuál es el mejor de ellos? 

Obviamente ganar la ACB. Da igual el covid, la burbuja o lo que digan, no hay un sentimiento como ganar un campeonato. La gente no es consciente del trabajo que hicimos con Dusko Ivanovic sin balones de baloncesto ni canastas. Nos tuvo haciendo jornadas salvajes de doble sesión de trabajo por videoconferencia en nuestras casas. Levantábamos pesas y pedaleábamos en bicicleta estática hasta que no podíamos más, pero cuando llegamos a Valencia jugamos fantásticamente, regresamos al ritmo de competición como si nada a pesar de no habernos visto las caras durante dos meses, fue increíble. Luego hay otros momentos individuales que no olvidaré nunca como el triple ganador contra el Alba Berlín, que llegó en un tramo muy duro de rendimiento para mí y me devolvió la confianza.

Momento del triple ganador que anotó Janning ante el Alba Berlín Josu Chavarri Erralde

¿Y el más duro de su carrera?

Las lesiones siempre son difíciles. Mi tercera temporada en Vitoria fue muy dura, estuve todo el año peleándome con una lesión de pie de la que me operé tras ganar la liga. Desgasta mucho sentir que sólo puedes dar el 75% o el 80% de ti y ver que no eres capaz de jugar como te gustaría, es muy frustrante. Después, también está el triple sobre la bocina en el sexto partido por el título de Italia que se me salió de dentro del aro y que nos habría proclamado campeones con el Siena, pero lo que más infeliz me ha hecho, como a cualquier otro deportista, son las lesiones.

Terminó su carrera en Japón. ¿Cómo es jugar allí? ¿Se cobra tanto como se dice? 

Sí, ahora hay muchos jugadores yendo a Japón a jugar, el mercado asiático está ofreciendo buenos contratos y te permite alargar tu carrera. Hay jugadores que están jugando tres o cuatro años más de lo que habrían aguantado en Europa. Es un estilo diferente y esperan que los jugadores importados como yo hagamos puntos y asumamos mucha responsabilidad, además de instruir a los jóvenes. No está al nivel de Europa, pero hay grandes jugadores y se juega con un estilo menos táctico y más caótico, parecido a la Liga de Desarrollo de la NBA, con mucha ida y vuelta y transiciones rápidas. Está creciendo y yo me lo pasé muy bien, fue divertido tener un rol diferente, más de playmaker. Ser tan protagonista en un equipo es el final perfecto para mi carrera. 

¿Ha tenido la oportunidad de ver partidos del Baskonia últimamente? 

Menos de lo que me habría gustado, pero sigo la Euroliga y la ACB, creo que algunas de las mejores ideas tácticas del mundo del baloncesto están en estas dos ligas y si quieres ser un buen entrenador tienes que ver baloncesto europeo y a equipos como el Baskonia, el Real Madrid y el Barcelona.

“La gente no es consciente del trabajo salvaje que hicimos con Dusko en la pandemia”

¿Qué le parece Markus Howard? De escolta a escolta. 

Evidentemente, es un jugador muy diferente a mí. Asume unos 15 o 20 tiros por partido y cuando entra en racha es muy divertido de ver. Está siendo un gran jugador para el Baskonia, tener a alguien así cambia el juego para todos, tanto para su equipo como para el rival. Atrae tanta atención que genera tiros liberados para sus compañeros y por ello es importante rodearlo de jugadores que puedan castigar esos tiros liberados. El objetivo tiene que ser construir un buen equipo alrededor de él para volver a estar en el play off de la Euroliga el año que viene.

¿Le gustaría cerrar con un mensaje de despedida para la afición del Baskonia? 

Sí, como he dicho, estoy muy agradecido por todo el apoyo incluso después de haberme ido hace ya cuatro años. Es emocionante ver que dejé un impacto el tiempo que estuve allí y que para algunos seguidores fui un modelo a seguir. Es una parte del juego que algunos no entienden, somos un referente para muchos niños y es bonito sentir que eso sigue allí a pesar del tiempo y de todos los jugadores que han pasado, la mayoría más talentosos que yo. No es mi última parada allí, espero estar pronto en Vitoria viendo un partido, ya sea como aficionado o haciendo un scouting.

O como entrenador...

Ya veremos, conlleva mucha presión entrenar en Vitoria, pero me encantaría.