Nadie daba un duro por el Baskonia cuando Dusko Ivanovic llegó al banquillo con un balance de 1-4 en el casillero de la Euroliga, pero sí, cinco años después Vitoria vuelve a presumir de tener a su equipo entre los ocho mejores de Europa. Los azulgranas completaron en el día más señalado una de sus mejores actuaciones de la temporada con todos sus jugadores a su mejor nivel, con la que hicieron olvidar la baja de Chima Moneke y se impusieron con merecimiento a la Virtus Bolonia. Los italianos mostraron pundonor, pero se vieron reducidos por la intensa defensa local y su inspiración ofensiva.
El cuadro gasteiztarra, al contrario de lo que venía siendo tendencia en los últimos compromisos, tuvo un buen arranque de partido con la novedad de Rogkavopoulos en el quinteto inicial junto a Miller-McIntyre, Marinkovic, Sedekerskis y Kotsar. El Baskonia saltó a la cancha concentrado, agresivo en defensa e impulsado en ataque inesperadamente por un inmenso Sedekerskis, atinado desde el perímetro, vertical en las penetraciones y autor de 11 de los primeros 13 puntos locales.
Máxima igualdad hasta el ecuador
El lituano protagonizó un bonito duelo con Belinelli, que hizo lo propio anotando los 10 primeros tantos de la Virtus. El choque se mantuvo igualado hasta que, con la entrada de los hombres de banquillo, Howard logró distanciar a los locales con un triple para el 19-14. Pese a ello, los italianos terminaron mejor el primer cuarto al conseguir atacar la defensa del escolta norteamericano con la superioridad física de Abass y Cordinier para ponerse por delante en el electrónico (21-22).
En la reanudación fue Costello quien se encargó de asumir el papel protagonista de Sedekerskis al anotar los siete primeros puntos del Baskonia en el segundo cuarto mientras Lundberg respondía en el lado contrario de la cancha ante la escasa producción por dentro de Mickey y Polonara y las buenas acciones defensivas locales.
Rogkavopoulos, muy activo en defensa y en la pelea por el rebote, apareció entonces también en ataque con cinco puntos seguidos con los que los gasteiztarras recuperaron una pequeña ventaja de 33-29, que la Virtus logró neutralizar gracias de nuevo a la superioridad física por fuera, por lo que se llegó al descanso con un 41-41 que reflejaba la igualdad sobre el parqué.
Estocada determinante
Al regreso de vestuarios la primera canasta fue de Shengelia, pero respondió Miller-McIntyre, más agresivo y enérgico en transición que en su discreta primera parte, y junto a dos triples de Howard encadenó un parcial de 12-0 con el que el Baskonia logró su primera ventaja de dobles dígitos (53-43).
Fueron los mejores minutos de los gasteiztarras y también de los dos mencionados exteriores. Miller-McIntyre fue sumando asistencias con su conexión con Kotsar y mientras Rogkavopoulos recogía todos los balones divididos bajo el aro Howard anotó dos triples espectaculares para poner el 63-47 en el marcador y al Buesa Arena en pie. En los últimos minutos del tercer cuarto, Shengelia dio un paso al frente y se echó el ataque de la Virtus a su espalda, aunque el Baskonia se las ingenió para, tras una gran canasta de Miller-McIntyre en la última jugada, llegar al cuarto decisivo con un colchón de 15 puntos (72-57).
Pese a la importante ventaja azulgrana, la Virtus Bolonia mostró pundonor y siguió peleando el encuentro. Intentaron acercarse con los triples de Polonara, Mickey y Hackett, pero no lograron acompañar a su acierto exterior de buenas acciones defensivas, ya que siguieron sufriendo la inspiración de un Howard imparable, bien escudado por la aportación de otras piezas que ofrecieron también su mejor versión y que hicieron olvidar la ausencia de Moneke como Sedekerskis y Costello. De esta manera, a falta de cuatro minutos para el final la distancia en el marcador apenas se había movido con el 85-72.
Durante los últimos minutos, el conjunto gasteiztarra se atascó algo en ataque y cometió alguna pérdida, pero su gran trabajo defensivo, con buenos minutos también para Raieste, permitió al Baskonia ir consumiendo poco a poco los segundos de partido y vivir un final relativamente tranquilo con una gran fiesta en la grada del Buesa Arena. No es para menos con la sobresaliente temporada del equipo en Euroliga. El objetivo europeo está cumplido y espera el Real Madrid en una ilusionante eliminatoria, pero antes toca visitar Málaga.
