El protagonismo de Maik Kotsar con Dusko Ivanovic ha ido creciendo en las recientes semanas, y uno de los responsables de esa mejoría del pívot estonio está siendo Codi Miller-McIntyre, con quien según avanza la temporada se va entendiendo mejor.
Con la llegada del técnico montenegrino, que piensa en Matt Costello más como en cinco abierto que como un cuatro, el minutaje de Kotsar descendió respecto al que tenía con Joan Peñarroya, pero con el paso de los partidos se ha ido ganando la confianza del balcánico con sus actuaciones ofensivas y defensivas.
En la temporada 2022-23, Kotsar, en su primera experiencia en la Euroliga y en la ACB, fue una de las gratas sorpresas del Baskonia al convertirse en su pívot más solvente y registrar unos fantásticos números de 9,3 puntos, 4,3 rebotes y 13,3 créditos de valoración en el torneo continental y 9,3 puntos, 5 rebotes y 13,9 créditos en la Liga Endesa.
El interior de Tallin formó una fructífera sociedad con Darius Thompson, un maestro en el arte del pick & roll que lo nutrió durante toda la temporada con envíos teledirigidos con los que pudo anotar muchas canastas con ventaja y castigar a sus rivales con sus potentes penetraciones.
El recurso de acudir a las jugadas de bloqueo y continuación entre ellos dos fue una de las principales herramientas ofensivas del equipo de Joan Peñarroya para los ataques en estático y sacó al Baskonia de muchos apuros la pasada campaña, pero la marcha del base norteamericano al Anadolu Efes dejó a la plantilla sin esa alternativa tan socorrida.
El gran perjudicado por la marcha de Darius Thompson fue Maik Kotsar, que en el comienzo de la actual campaña se encontró muchas más dificultades para anotar y tuvo que buscarse sus propias canastas en acciones individuales.
De hecho, no fue raro verlo salir hasta la línea de 6,75 metros para recibir el balón e intentar después superar al pívot rival en el uno contra uno con su potencia y velocidad en penetración, algo evidentemente más difícil que anotar tras recibir un pase adelantado cerca del aro con ventaja.
Con el paso de las jornadas, sin embargo, la química entre Codi Miller-McIntyre y Maik Kotsar ha ido poco a poco mejorando y en la última semana de triple jornada protagonizaron varias acciones que recordaron a la sociedad del curso pasado con Darius Thompson.
El base con pasaporte búlgaro, que no tuvo que asumir tanto peso en la dirección de juego de su equipo en campañas anteriores, cada vez está leyendo mejor esas situaciones de bloqueo y continuación con Kotsar y ha elevado notablemente sus guarismos en asistencias, convirtiéndose más en un facilitador que en un anotador. No en vano, actualmente es el segundo máximo asistente de la Euroliga con 6,2 pases de canasta de media, sólo por detrás de Facundo Campazzo, que promedia 7.
Camino a seguir
La pasada semana, en la que el Baskonia se enfrentó al Mónaco, el Olympiacos y el Baxi Manresa, fue un buen ejemplo de la mejoría en la conexión entre Miller-McIntyre y Maik Kotsar.
El base buscó esas jugadas de bloqueo directo en varias ocasiones y las completó con pases milimétricos que terminaron bien en canastas fáciles de su socio en el puesto de pívot o con viajes a la línea de personal.
De hecho, en esa serie de tres encuentros Kotsar volvió a sus promedios de la campaña pasada e incluso los mejoró con 9 puntos, 6,7 rebotes y 15,3 créditos de media, completando además uno de sus mejores partidos de la temporada contra el Olympiacos, en el que estuvo excelso en defensa con cinco robos.
Estos grandes números, además, los ha conseguido habiendo jugado únicamente 10 minutos en la visita al Manresa, en la que Ivanovic se decantó por la capacidad de abrir la cancha de un entonado Costello.
Miller-McIntyre, por su parte, tampoco se quedó atrás y demostró que su faceta de facilitador de juego en este momento de la temporada no tiene mucho que envidiar a la de Darius Thompson, ya que sumó 30 asistencias entre los tres encuentros (11 contra el Mónaco, 8 contra el Olympiacos y 11 contra el Manresa).
En las dos últimas citas demostró que puede ser clave para su equipo sin necesidad de anotar, ya que sólo tiró cinco veces a canasta en casi 60 minutos de juego y le bastó con anotar dos puntos para ser igualmente decisivo en los triunfos de su equipo.
Kotsar ha demostrado sobradamente que cuando los bases le buscan y le dan buenos balones, él es un gran finalizador y su incidencia en el juego cambia totalmente. Esto no implica que el Baskonia tenga que buscar continuamente esas jugadas de pick and roll entre él y Miller-McIntyre, pero si su química sigue mejorando es desde luego es un recurso más que suma a su ataque y que puede ayudar a desatascar partidos en momentos en los que el juego ofensivo no fluya y sea necesario recurrir a lo básico.