Es muy difícil ganar a un rival tan poderoso y exuberante en el plano físico como el Maccabi cuando capturas 15 rebotes menos y permites que los pívots rivales anoten 66 puntos, casi todos en tramos decisivos de la velada.

El Baskonia defendió de forma notable a las dos grandes estrellas del cuadro israelí como los, esta vez, erráticos Baldwin –3 de 10 en tiros de campo– y Brown –en su caso 1 de 14 para -7 de valoración–, pero se vio sepultado bajo tierra por culpa de su tibieza bajo el aro.

Colson, Rivero, Webb III, Sorkin y, sobre todo, Nebo abrieron un socavón de dimensiones siderales en la sala Pionir de Belgrado, donde quedó comprobado lo mucho que Ivanovic está añorando a Costello.

Los interiores de Kattash, atléticos, veloces, intimidadores y corpulentos a partes iguales, disfrutaron de unas facilidades sorprendentes que no desaprovecharon. Su devastadora mordiente ofensiva desnudó la fragilidad de un Baskonia al que nuevamente le fallaron los pulmones en los últimos minutos. Tras ese esperanzador 81-79, los de Ivanovic encajaron ocho puntos seguidos que tiró por la borda su notable trabajo anterior.

No ayudó que Kotsar se cargara prematuramente de faltas y, pese a que el multiusos Sedekerskis se multiplicó para cerrar las vías de agua ejerciendo de fontanero y sacando una y otra vez el camión de la basura, las débiles costuras azulgranas quedaron, a la postre, al descubierto.

Diop, muy señalado otra vez

Es aquí ya cuando hay que dirigir las miradas a Khalifa Diop. El pívot senegalés, ya sin rastro aparente de sus problemas en la espalda que le han condicionado sus primeros pasos como baskonista, volvió a verse superado en otro partido de la máxima exigencia. Desde luego, la astronómica inversión que el club realizó por el pívot procedente del Gran Canaria sigue sin verse, de momento, recompensada.

Diop acabó con unos escuálidos 3 puntos y 2 rebotes en casi 10 minutos. Se le vieron las costuras en dos acciones donde evidenció una alarmante falta de recursos técnicos bajo el aro y eso es algo en lo que debe mejorar si quiere tener una aventura exitosa en Vitoria.

En primera instancia no supo traducir en canasta un balón servido al centro de la zona y a renglón seguido se le escurrieron otros dos puntos tras una colgada perfecta de Miller-McIntyre que no revestía excesiva dificultad hundir el balón hacia abajo.

Moneke también estuvo por debajo de sus prestaciones habituales. El nigeriano reúne características inmejorables para defender a jugadores atléticos como Colson o Webb III, pero esta vez dio muchas facilidades. Sin embargo, lo peor del repertorio del ex del Mónaco estuvo en ataque, ya que fue flotado de forma descarada y erró sus cuatro lanzamientos desde la línea del 6,75.