El centro de refugiados de Arana tendrá finalmente 200 plazas como máximo y abrirá de manera progresiva, es decir, que no todas las personas llegarán nada más abrir sus puertas.

Asimismo, algunas de las dependencias del edificio podrán ser utilizadas por el vecindario, por ejemplo, bibliotecas o ludotecas si las hubiera, además de las instalaciones deportivas del exterior, lo que en palabras de la alcaldesa, Maider Etxebarria, favorece la integración.

El Gobierno central respalda así las peticiones hechas por la alcaldesa al Estado en septiembre para reducir de 350 a 200 las plazas del futuro centro de acogida y protección internacional de Vitoria que se va a abrir en la antigua residencia Arana.

Asimismo, Madrid se compromete a coordinarse con las instituciones vascas en todo lo que afecte a este centro.

Antigua residencia de Arana. Pilar Barco

Etxebarria también ha solicitado a  la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, que, en la medida de lo posible, las personas refugiadas que lleguen a Gasteiz sean en su mayoría familias, con atención especial a niños y niñas.

"El proyecto consiste en ofrecer techo, atención, ayuda y dignidad a solicitantes de asilo y refugiados; a personas que lo han perdido todo y se han visto obligadas a huir de sus países por guerras, persecuciones... "No podemos ponernos una venda en la cara", apela la alcaldesa.

Atención humanitaria

Satisfecha con el acercamiento al proyecto de EH Bildu y Sumar, Etxebarria entiende que el centro de Arana, lejos del discurso lanzado por la ultraderecha y comprado por el PP, no va a ser un lugar de delincuentes sino de atención humanitaria para personas y familias vulnerables.

Recuerda Etxebarria que Gasteiz siempre ha sabido estar a la altura de los valores de la solidaridad y la acogida. "Así lo hemos demostrado en nuestra historia reciente y este proyecto refuerza esa identidad”, indica la alcaldesa.