Ha sido una de las grandes apuestas del club de los últimos años. La inversión realizada así lo confirma. El Baskonia desembolsó el pasado verano la friolera de 700.000 euros para pagar al Gran Canaria la cláusula de Khalifa Diop y hacerse con los servicios del prometedor pívot senegalés.
Un mirlo blanco en el que se han depositado grandes esperanzas en el club y con el que se confía hacer caja en el futuro habida cuenta de sus cláusulas de salida y el hecho de que está drafteado por los Cavaliers de Cleveland. Sin embargo, hasta la fecha el exjugador del Gran Canaria no ha dado muestras de todo el potencial que atesora.
Unas molestias en la espalda le cortaron el ritmo al poco de arrancar la temporada y tras su regreso no ha encontrado su sitio.
Es más, Khalifa Diop no aparece en escena. El potente cinco por el que el Baskonia ha suspirado estos últimos años, ese gigante necesario para Euroliga con el que montar un muro de cemento armado en la pintura y capaz de jugar por encima del aro, sigue sin dar señales de vida en estos dos primeros meses de competición.
Pequeños destellos nada más, en una trayectoria menguada por una inoportuna lesión.
Y es que Khalifa Diop se ha perdido ya más de la mitad de los partidos disputados por el Baskonia en el presente curso. El de Dakar ha disputado tan solo 12 de los 23 compromisos del Baskonia y se ha quedado sin competir en seis de los 11 de Euroliga y seis de los 12 de la competición doméstica.
Gran inicio ante el Real Madrid
Demasiadas ausencias hasta la fecha para un jugador que empezó bien el curso. De hecho, su estreno en Euroliga ante el Real Madrid fue notable al firmar en los 23:56 minutos que jugó ante el cuadro blanco 8 puntos, 11 rebotes, 1 asistencia y dos robos para 15 créditos de valoración.
Sin embargo, a mediados de octubre una inoportuna lesión en la espalda le mantuvo casi un mes en el dique seco y ya desde entonces no ha vuelto a haber noticias de ese pívot que asombró en Gran Canaria.
Diop jugaría ante el Bayern el 17 de octubre y ya no volvería a escena hasta el 15 de noviembre cuando, ya con Dusko Ivanovic en el banquillo, disputó los 2:17 minutos finales de un partido ya decidido ante el Barça. Habían pasado 29 días y parecía que Diop ya estaba listo para unirse al grupo de guerreros de Ivanovic.
Pues no fue así. Su trayectoria en el Baskonia en este arranque de curso reúne similitudes con el Guadiana. Aparece y desaparece.
El senegalés no sería de la partida en el siguiente compromiso ante el Asvel en Euroliga, volvería a las convocatorias ante el Valencia Basket en el Buesa en un duelo de ACB en el que solo actuaría 2:29 minutos, y permanecería todo el partido en el banco frente al Mónaco en la competición continental y también contra el Manresa y Joventut en el torneo doméstico. Entre medias, tuvo un papel testimonial en La Fonteta en la competición continental tras tomar parte tan solo en los últimos 1:45 minutos del partido.
Último pívot para Dusko
Queda claro que es el último poste de la rotación para Ivanovic. De hecho, su presencia de minutos ha bajado, y mucho, desde la llegada del balcánico al banquillo azulgrana. Y es que Diop ha pasado de promediar 12:42 minutos con Peñarroya a tan solo 2:10 con el de Bjelo Polje.
Con Peñarroya promedió 12:42 minutos, mientras que con Ivanovic ha bajado a 2:10 en los tres partidos que ha jugado con el balcánico
Con el de Terrassa llegó a jugar casi 24 minutos en el duelo ante el Real Madrid en Euroliga, mientras que con el balcánico su mayor presencia en pista se produjo en el choque de ACB contra el Valencia en el que actuó 2:29 minutos.
Queda claro que el perfil de pívot que agrada a Ivanovic ha condenado hasta la fecha al ostracismo a un jugador como Diop, que ante la posible baja de Costello debería aparecer en escena.
El interior de Michigan acabó el partido ante el Joventut cojeando y con hielo en su tobillo derecho tras sufrir un esguince y todo apunta que podría perderse, al menos, los tres partidos de esta semana –Fenerbahce, Estrella Roja y Tenerife–, si no son más.
La ausencia del poste con pasaporte costamarfileño debería servir a Diop para mostrar al fin sus credenciales a Ivanovic. El senegalés tiene una dura tarea ante sí. Y es que echando la vista atrás y salvo honrosas excepciones, el preparador montenegrino nunca se ha sentido cómodo en Vitoria con los pívots de más de siete pies ni con aquellos que adolezcan de movilidad.
Pívots que tengan buena mano
Entre las misiones que les encomienda se encuentran la de abrir el campo –algo para lo que se precisa una buena mano– y por eso prefiere jugar con Costello de 5 en detrimento de Kotsar, salir a muchos metros del aro para defender el pick and roll rival o adaptarse a la defensa de cambios automáticos, algo que lógicamente jugadores pesados y de un gran tamaño son incapaces de conseguir.
Esta querencia de Ivanovic por los pívots móviles y con buena mano ha provocado que un buen número de interiores huérfanos de esas características no brillaran en el Baskonia. Ahí están los casos recientes de Ilimane Diop, Tonye Jekiri y Youssoupha Fall, pero hubo más en las anteriores etapas de Dusko en Vitoria.
La lista es larga y en ella aparecen ilustres como Richard Petruska, Rashard Griffith, Andrew Betts, Rubén Wolkowyski, Esteban Batista o el polémico Will McDonald, todos ellos incapaces de ser una referencia interior en el Baskonia sin que el culpable de los males fuese siempre Ivanovic.
Al menos, un 2,17 como Stanko Barac, en cambio, sí cuajó un último gran año en Vitoria antes de ser traspasado al Efes. Ahora le toca a Khalifa Diop seguir los pasos del poste croata si no quiere convertirse en un nuevo expediente X en la zona.
