El Baskonia recibe mañana a uno de los equipos en mejor estado de forma de la Euroliga. El Barcelona de Roger Grimau, segundo en la clasificación después de despejar las dudas del arranque de temporada, ha confeccionado una plantilla dispuesta a luchar por todos los títulos.
Y un recién llegado a la Ciudad Condal que ha tomado las riendas del conjunto culé es Jabari Parker, el número dos del draft de la NBA del 2014. El ala-pívot norteamericano firmó por la entidad blaugrana durante el pasado mercado estival como el reemplazo de Nikola Mirotic en el cuatro y, hasta la fecha, ha suplido con garantías al nuevo jugador del Armani.
En cuestión de pocas semanas, Jabari Parker se ha convertido en una de las sensaciones más positivas de la Euroliga. En el reciente triunfo ante el Estrella Roja anotó 20 puntos, su cifra más alta en esta competición, y lideró la ofensiva blaugrana en los últimos compases del choque.
Su llegada a la Ciudad Condal fue una de las grandes sorpresas del mercado veraniego. Antes del inicio de su aventura en el viejo continente, Parker había vivido varios años en el ostracismo en la NBA, lastrado por unas lesiones que no le permitieron brillar como sí lo hizo anteriormente en su etapa universitaria.
Inicio fulgurante
El ala-pívot de Illinois, tras su estancia de una sola campaña en la prestigiosa universidad de Duke, fue considerado por Sports Illustrated como “el mejor jugador de instituto desde LeBron James”. Las expectativas en Jabari eran altísimas, pues en su primera y única temporada como universitario promedió 19 puntos y nueve rebotes por encuentro.
Sin embargo, en su primera temporada como rookie en las filas de los Milwaukee Bucks se convirtió en un continuo calvario. En diciembre del 2014, meses después de iniciar su sueño en la NBA, Parker se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda y estuvo casi un año de baja.
“Todavía puedo dar mucho más, aún estoy trabajando en ello. No estoy satisfecho. No pienso en el ayer, miro hacia adelante”
Esta grave lesión obligó a Parker a madurar en pasos agigantados. Un año después de su recuperación, el de Illinois alcanzó sus mejores registros con los Bucks con unos 20 puntos de media por encuentro. En ese momento llegó el segundo mazazo para Parker. Un desgarro en el ligamento cruzado anterior le volvió a dejar en el dique seco durante otros doce meses.
Tras superar esta lesión, el interior no pudo hacerse con un hueco en las filas de los Bucks e inició un letargo de cuatro años en los que llegó a formar parte de cinco equipos distintos. Esto mismo le llevó a un ostracismo inusitado, pero por fortuna para él ha visto el final del túnel con su llegada al Barça.
El de Illinois aterrizó en España en el mercado estival sin haber jugado un encuentro oficial desde el pasado 3 de enero. El Barcelona tomó riesgos en su contratación, pues su desempeño en las filas de Grimau era toda una incógnita debido a su historial con las lesiones y su adaptación al baloncesto español.
Pero Parker ha despejado todas las dudas generadas acerca de su fichaje. El interior norteamericano se ha topado con un contexto ideal para desarrollar su baloncesto y los números confirman su notable impacto. En las primeras siete jornadas de Euroliga promedia 19 minutos por partido, con una valoración de 11 puntos y una contribución anotadora de diez puntos por encuentro.
Jabari Parker afronta el choque ante el Baskonia en un dulce esta- do de forma tras otra brillante actuación individual en el triunfo liguero ante el Tenerife. Se fue hasta los 18 puntos y tuvo un acierto del 67% (4/6) en el lanzamiento desde el triple, unas cifras que ilusionan al Palau y que brindan al pro- pio jugador la confianza suficiente como para asumir más galones. “Todavía puedo dar mucho más, aún estoy trabajando en ello. No estoy satisfecho. No pienso en el ayer, miro hacia adelante”, dijo ayer.