La final de la Euskal Kopa entre el Baskonia y el Surne Bilbao duró poco más de 15 minutos. Las malas condiciones del parque por culpa de la humedad provocaron numerosas caídas en el cuarto y medio que duró el partido hasta su suspensión definitiva.

Los colegiados, viendo que la integridad de los jugadores corría un serio riesgo, se acercaron a Luis Mari Sautu, presidente de la Federación Vasca, y Félix Fernández, director deportivo del Baskonia, que estaban viendo el partido desde uno de los fondos, para comunicarles el pésimo estado en el que se encontraba el parqué por culpa de la condensación.

“Era peligroso seguir jugando”, comentó Sautu. ¿Merecía la pena seguir en esas condiciones? La decisión fue rápida. No hubo dudas. No había necesidad de correr riesgo alguno y los dos equipos acordaron parar el partido mediado el segundo cuarto ante el serio peligro de sufrir una lesión tras varios resbalones cuando el marcador marcaba un 33-29 favorable para el Baskonia. Fin a una tarde aciaga.

Así fue. Y es que la misma comenzó cruzada desde antes de iniciar el viaje. De inicio Markus Howard se quedaba en Vitoria por culpa de una indisposición.

Tras dos amistosos de menor entidad ante un recién ascendido como el Palencia y un mermado Casademont Zaragoza, el compulsivo escolta norteamericano no podría ser de la partida en una verdadera prueba de fuego como era el duelo ante un Bilbao Basket invicto tras cuatro partidos de pretemporada en los que entre otros equipos había vencido al Real Madrid.

Un mal menor. Sin embargo, a medida que avanzaban las horas los infortunios se fueron sucediendo. Y es que de camino a Galdakao, el autobús que llevaba a la expedición baskonista a disputar la Euskal Kopa ante el Bilbao Basket quedó atrapado en un monumental atasco por culpa de un accidente entre dos turismos y un camión.

Al menos, pasadas las seis de la tarde la Ertzaintza consiguió abrir un carril de la circulación y el conjunto azulgrana pudo proseguir con su desplazamiento, aunque eso sí con una importante demora.

De hecho, la tropa de Joan Peñarroya llegó una hora tarde a la localidad vizcaína, lo que provocó que el encuentro se retrasase en principio 60 minutos. Finalmente, ambos equipos decidieron acortar algo el calentamiento y el choque dio inicio a las 20.15 horas, con un retraso de 45 minutos sobre el horario previsto.

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En imágenes: así han sido los 15 minutos del Baskonia en la Euskal Kopa Jose Mari Martínez

Trabajo extra de los moperos

Pues bien, las incidencias no acabaron ahí. Daba la sensación de que a la organización de esta Euskal Kopa le había mirado un tuerto. Infortunio a más no poder. Gafada. Y es que al calor, unido a la tromba de agua caída en Galdakao por la tarde, provocaron que el polideportivo de Landako se pareciera más a una sauna que a una pista en la que poder jugar en condiciones.

No era posible. El parqué estaba impracticable. La humedad convirtió la cancha del polideportivo vizcaíno en una pista de patinaje en algunas zonas. Los chicos de la mopa tuvieron un trabajo extra durante los escasos 15 minutos que duró el partido. 

Sin embargo, su denodado esfuerzo por secar la pista quedaría en nada minutos después. Los resbalones se siguieron produciendo. Era complicado mantenerse en pie. Los jugadores pedían secar diferentes zonas y el encuentro sufrió múltiples parones. No dieron abasto y el peligro de lesión era latente para los jugadores. En una de ellas, Dani Díez se hizo daño al golpearse contra el suelo. Susto. Saltaron las alarmas.

Inicio adormilado

Ahí acabó todo. Fin de la historia. Suspensión de un partido con poca historia. El Baskonia comenzó adormilado y en menos de tres minutos cometió cuatro pérdidas. Lo poco habitual del desarrollo de la tarde pasó factura a los jugadores baskonistas.

El Bilbao aprovechó los errores del conjunto gasteiztarra para tomar una ligera delantera (6-12). Al menos, el Baskonia despertó a tiempo de su letargo y con un parcial de 11-0, liderado por la picardía de Dani Díez, la capacidad reboteadora de Diop, un triple de Miller-McIntyre y la superioridad en la zona de Kotsar, consiguió ponerse por delante (17-12).

Desde ese momento, el Baskonia ya no perdería la delantera en el marcador. Dos fogonazos de Besson en el inicio del segundo cuarto, –una penetración de calidad y un triple liberado– permitieron al Baskonia disfrutar de su máxima ventaja (28-20).

El Bilbao Basket reaccionó, pero cuando llegó a acercarse a un punto en el marcador (30-29), llegaría a continuación un triple de Raieste que pondría el definitivo 33-29 con el que se suspendería el partido, que en lo deportivo no tuvo mucha historia. En lo extradeportivo sí.