El Baskonia ha sido históricamente cuna de grandes escoltas como Arvydas Macijauskas, Igor Rakocevic, Rodrigue Beaubois, Brad Oleson o, en última instancia, Markus Howard. No son pocos los doses que vistiendo la camiseta azulgrana se han ganado la idolatría de una buena parte del Buesa Arena gracias a sus exhibiciones anotadoras o a sus rachas de lanzamiento desde el perímetro, logrando además convertirse en una parte importante de los éxitos de la entidad.

Pese a ello, ese puesto en concreto ha sufrido muchos vaivenes en las últimas temporadas, en las que el Baskonia no ha conseguido encontrar una dupla de escoltas de plenas garantías y numerosos jugadores han ido desfilando por Vitoria sin conseguir asentarse en la plantilla. Sin embargo, tras varias campañas en las que la dirección deportiva ha tenido que estrujarse la cabeza en busca de doses que pudieran ofrecer un buen rendimiento y suceder a Beaubois, tal vez el último gran escolta que pasó por Vitoria, el club parece haber encontrado al fin una fórmula exitosa con el dúo formado por Markus Howard y Vanja Marinkovic.

De hecho, este verano, salvo sorpresa en forma de salida inesperada o lesión, va a ser el primero en ocho años en el que el Baskonia no introduzca cambios en el puesto de dos y apueste por las mismas piezas de la campaña anterior.

Howard fue sin duda uno de los grandes descubrimientos del curso 2022-23. El norteamericano deslumbró a toda Europa con su habilidad innata para protagonizar grandes exhibiciones anotadoras y su continuidad en Vitoria-Gasteiz ha sido toda una bendición para la dirección deportiva, Peñarroya y todos los seguidores azulgranas que se enamoraron de su baloncesto ofensivo.

Como contrapunto a su figura está Vanja Marinkovic, un perfil con más centímetros, más físico y comprometido en labores defensivas pero con una muñeca igualmente privilegiada desde los 6,75 metros. No tiene la misma capacidad para desatascar partidos él solo y necesita que los compañeros lo encuentren en buenas posiciones, pero también protagonizó noches mágicas como la de los 35 puntos anotados contra el Fenerbahce.

Tras estar en el alambre en el verano de 2022, en el que el Baskonia le buscó salida en el mercado, logró reivindicarse a las órdenes de Peñarroya y ha pasado de ser uno de los descartes a una pieza cuya continuidad no se ha discutido en ningún momento. Su gran año le ha servido para tener actualmente pie y medio en el Mundial con la selección de Serbia, a falta de conocer la lista definitiva de Pesic.

Numerosos experimentos

Hasta que el Baskonia ha encontrado una pareja de escoltas con la que sentirse satisfecho son muchos los experimentos que han fracasado en las últimas campañas. En la temporada 2021-22 Marinkovic estuvo solo en el puesto de escolta e Ivanovic apostó antes por juntar a Granger y a Baldwin y Spahija desplazó al puesto de dos a Giedraitis ante la falta de confianza en el serbio. En el curso 2020-21 la dupla iba a ser Dragic-Carrington, pero el segundo se cayó de la plantilla antes de iniciar el curso y fueron Vildoza y más tarde Massenat los que acompañaron al esloveno.

Entre 2017 y 2020 Matt Janning fue un fijo en el puesto de escolta tras cubrir la baja de Jordan McRae, aunque fue de más a menos y tuvo incontables compañeros en su puesto como Dragic, Stauskas, Hilliard, Beaubois o la alternativa de Vildoza, entre otros. 

En la 2016-17 Beaubois se alternó con varias alternativas como Ricky Ledo, Larkin o Laprovittola en el puesto y hay que retroceder hasta el verano de 2015 para ver algo parecido a lo ocurrido este año, ya que el buen rendimiento ofrecido por Causeur sumado a la opción de juntar a Darius Adams con Mike James hizo que se mantuvieran a los mismos nombres de una a otra temporada. La última pareja de escoltas realmente sólida, eso sí, fue la formada por Pau Ribas y Brad Oleson, intocable entre los años 2009 y 2012. Los contratos de Marinkovic y Howard, que expiran el verano de 2024, invitan a ser escéptico ante la posibilidad de que se repita un reinado tan duradero.