Finalizada una nueva edición liguera con el triunfo del Barcelona y con todos los equipos de vacaciones pero muy activos dentro del frenético mercado, en breve llega uno de los momentos más esperados por los aficionados. Y es que está a las puertas de abrirse oficialmente el periodo de contratación de jugadores de cara al nuevo curso deportivo, lo que tradicionalmente viene a denominarse como derecho de tanteo.
Se trata de un mecanismo introducido en su día por los rectores de la ACB con el fin de que los modestos puedan obtener un rendimiento económico por aquellos baloncestistas que concluyen su vinculación contractual. Eso sí, tan solo rige en el caso de que el jugador en cuestión decida permanecer en España y no emigrar al extranjero. Algunas voces críticas ya han comenzado a alzarse contra él y, de hecho, cuestionan su eficacia ya que ello implica la masiva fuga de talento con destino a otras ligas europeas.
En primera instancia, los clubes deben comunicar a la ACB la situación contractual de todos sus jugadores para la siguiente temporada. A renglón seguido, se abre un nuevo plazo en el que los equipos tendrán que acreditar ante la patronal las ofertas cualificadas presentadas a sus baloncestistas y posteriormente se hace pública la lista con los que están sujetos al derecho de tanteo.
A partir del 5 de julio, se abrirá otro plazo de 13 días para que un tercer equipo presente un documento de oferta sobre los jugadores sujetos al derecho de tanteo de su club de origen. Este dispondrá entonces de cinco días naturales para igualar la propuesta y quedarse con el jugador. Si finalmente no es así, el baloncestista en cuestión cambiará de aires.
En lo que atañe al Baskonia, hay tres jugadores que acaban contrato este viernes 30 de junio (Arturs Kurucs, Rokas Giedraitis y Steven Enoch). Por tanto, son susceptibles de poder entrar en dicha lista, aunque para ello resultará imprescindible que antes reciban una propuesta del club vitoriano que iguale los honorarios percibidos la pasada temporada. En el caso de Giedraitis, se antoja una quimera que el Baskonia le incluya en el tanteo ya que sus honorarios se han situado este curso en alrededor de 900.000 euros, una cifra que trató de rebajar sin éxito durante el pasado verano estirando a cambio los años de vinculación.
La lógica indica que Enoch tampoco aparecerá en dicha lista tras otro decepcionante curso en Vitoria. Su continuidad está completamente descartada y el club tiene incluso bien atado un sustituto en la figura de Khalifa Diop. El prometedor senegalés del Gran Canaria, que precisamente ha puesto su punto de mira en el poste nacionalizado armenio para reforzar su 'pintura', será azulgrana previo pago de su cláusula de rescisión estipulada en unos 700.000 euros.
Con Diop en nómina y la renovación de Dani Díez ya apalabrada, a los que hay que añadir a Tadas y Raieste, el Baskonia ya tiene cuatro cupos para cumplir la legislación vigente. Kurucs, que hasta ahora también gozaba de esta vitola de jugador de formación, queda en una situación muy delicada para seguir a las órdenes de Peñarroya. Su continuidad pende de un hilo pese a que el técnico catalán confió en él en muchos tramos del pasado ejercicio.
Experiencias de todo tipo
El Baskonia siempre ha sido uno de los grandes animadores del derecho de tanteo en años precedentes. En 2017, por ejemplo, igualó contra todo pronóstico las mareantes ofertas del Barcelona por dos de sus mejores jugadores como Hanga y Larkin.
El base norteamericano, ahora en el Efes, tenía un acuerdo por dos temporadas con el club catalán, pero finalmente terminó recalando en los Celtics de la NBA después de que ambos equipos no se pusieran de acuerdo por la compensación económicas para las arcas del Buesa Arena. Por Hanga, el Baskonia sí consiguió un jugoso traspaso que distintas fuentes situaron entonces en unos 500.000 euros.
El derecho de tanto, eso sí, también le ha jugado una mala pasada al club de Josean Querejeta. En el verano de 2015, el Baskonia se quedó sin Víctor Claver después de que el Valencia Basket igualara ante la ACB la oferta hecha al alero valenciano que acababa de despuntar en las filas del Lokomotiv Kuban ruso.