Howard estaba firmando otra de esas noches mágicas. Al descanso ya llevaba 20 puntos en los escasos 11:50 minutos que había permanecido en pista gracias a su letal acierto desde los 6,75 metros –6/9 (66%) y un pleno en tiros de dos. El killer de New Jersey era una auténtica pesadilla para el Breogán que no sabía cómo frenar el vendaval ofensivo.
Pues bien, pese a que el volcánico anotador azulgrana era el líder en ataque del Baskonia, Peñarroya decidió darle descanso en ese tercer cuarto y confiar en un bloque más rocoso para terminar de romper un partido muy incómodo.
Así fue. Un quinteto de cemento formado por Heidegger, Kurucs, Giedraitis, Costello y Kotsar fue el encargado de abrir la brecha definitiva tras el paso por el vestuario. Garra en defensa y lucidez en ataque para maniatar a un cuadro gallego muy pegajoso hasta el descanso y ponerle la puntilla con un juego muy vertical en ataque.
Ahogados desde una defensa intensa. Un bloque de cemento armado. Sin el brillo de Howard, pero con la efectividad de otros estiletes.
Queda claro que Peñarroya cuenta con todo un arsenal. Armas de destrucción masiva como Howard y otras de contención como Kurucs, Giedraitis, Costello y Kotsar –un tapón para el costamarfileño y dos para el estonio–. Unos auténticos perros de presa. ¡Qué gran trabajo en defensa de Kurucs! El de Heidegger también.
Notable el partido del base con pasaporte israelí, que logró 7 puntos de valoración en 7:06 minutos del tercer cuarto. Dos robos en esos momentos. Intensidad atrás y clarividencia en ataque.
Un jugador muy vertical, con buen tiro y una gran capacidad para romper la zona con su excelente dribling para anotar con bandejas cerca del aro o repartir juego. Seis asistencias dio el director de juego estadounidense, el mejor azulgrana en este aspecto ante el Breogán.
22-13 de parcial en el tercer cuarto
La aportación de todos ellos permitió al Baskonia dejar el duelo encarrilado gracias a un parcial de 22-13 tras el paso por el vestuario que dejó el marcador en un cómodo 67-50. Es lo que tiene disponer de fondo de armario enorme. Recursos inagotables.
Y es que este Baskonia demostró que sabe sobrevivir sin su estrella. Giedraitis fue otro de esos jugadores que firmó un encuentro notable. El lituano estuvo muy sólido en todo momento. Seis puntos en el primer cuarto, seis en el segundo y otros cuatro en el tercero.
Ya en el último y definitivo no salió. Ya había hecho su trabajo hasta ese momento. 16 puntos con un 3/4 en tiros de 2 y un pleno en triples (3/3) y en tiros libres (1/1), a lo que hay que añadir su aportación en el rebote, con seis capturas, el mejor baskonista junto a Costello, y una asistencia para 20 de valoración.
Por último, cabe destacar el trabajo sucio de Kotsar en ese momento clave del partido. El estonio, que tan solo había anotado dos puntos hasta el descanso en 9:41 minutos, fue todo un titán en ese tercer cuarto en el que en 8:09 anotó 5 puntos (2/2 en tiros de dos y 1/2 en libres), capturó cuatro de los cinco rebotes con los que acabó, dio dos de sus tres asistencias y alcanzó los 11 puntos de valoración, tan solo uno menos de los 12 con los que finalizó el partido.
Sobresalientes. Los escuderos del intratable Howard. Parte de esos recursos inagotables que maneja Peñarroya.