Adam Hanga (Budapest, 1989) está viviendo a sus 36 años su segunda juventud en Badalona. El que fuera jugador del Baskonia entre 2013 y 2017 y uno de los héroes de la Final Four de la Euroliga alcanzada por el club en 2016 cerró el curso pasado su trayectoria en la máxima competición europea con el Estrella Roja y regresó a la ACB de la mano del Joventut de Badalona, donde vuelve a tener un rol importante. El experimentado alero, siempre sobresaliente en tareas defensivas, promedia 7,1 puntos, 4 rebotes y 2,2 asistencias en 23 minutos con el cuadro catalán y será este sábado uno de sus referentes en el choque contra su exequipo, vital en la pelea por estar en el play off.
¿Qué tal está yendo su nueva etapa en el Joventut?
Muy bien. Obviamente, estoy muy contento por volver a jugar al ACB, lo eché de menos el año pasado con el Estrella Roja, aunque también disfruté mucho con mi familia en Belgrado. Sin embargo, volver aquí a Barcelona para nosotros es como regresar a casa. Vivimos aquí cuatro años y mis hijas están de nuevo en el mismo colegio que durante mi etapa en el Barça, así que estamos muy contentos y acostumbrados ya a la vida aquí.
¿Y en lo deportivo?
Como equipo creo que en la ACB hemos hecho una temporada hasta ahora bastante sólida. Nos clasificamos para la Copa de Rey, que era uno de nuestros principales objetivos, y ahora estamos peleando por el play off. Eso sí, en la Eurocup se nos quedó un poco de mal sabor de boca. Es evidente que no conseguimos nuestros objetivos y fue una decepción quedarse fuera de las eliminatorias, aunque ya hemos pasado página y ahora nos van bien las cosas. Personalmente, yo también me siento en buena forma. Cuando estoy sano físicamente, las sensaciones son inmejorables.
¿Se toma las cosas con más calma ahora sin la locura del calendario de la Euroliga?
Sí, aunque ahora, por ejemplo, se hace un poco raro. Llevo tantos años sólo jugando partidos y sin apenas entrenar que ahora desde que nos quedamos fuera de la Eurocup el día a día es extraño para mí. Sólo un partido a la semana se hace un poco aburrido con tantos entrenamientos. Es verdad que puedes aprovechar para trabajar cosas con el equipo que normalmente cuando juegas muchos partidos no tienes tiempo para preparar, pero no estoy acostumbrado a ello. En los últimos 10 años para mí todo eran partidos, como mucho veíamos un vídeo y a preparar el siguiente encuentro.
“El Baskonia es un club distinto en la Euroliga, ficha a jugadores sin nombre y luego vende; así no es fácil mantener esa química que necesita Laso”
En el Joventut tiene casos similares al suyo como los de Ante Tomic y Pau Ribas, que llegaron tras mucho tiempo en la Euroliga y siguen compitiendo a sus 38 años. ¿Se ve alargando su carrera tanto como ellos?
Bueno, ya lo veremos. Cada situación es diferente. Ojalá que pueda alargarla y seguir jugando a este nivel. Es cierto que me siento bien, pero voy a ir año a año. De todas formas, no sólo depende de mí, también el club tiene que decidir si quiere seguir contando conmigo o no. De momento tengo contrato para el año que viene, así que al menos una temporada más voy a seguir aquí. Más allá, el tiempo dirá. Yo mientras pueda seguir ayudando al equipo en cualquier cosa estaría encantado de seguir en el Joventut.
¿Ha tenido que cambiar su mentalidad y su forma de trabajar con los años? Siempre ha sido un jugador muy físico y agresivo y no es fácil mantener el nivel con 36 años.
A estas alturas ya conozco bien mi cuerpo. Cuando estoy bien físicamente se nota. A principio de temporada tuve unos problemas con el tobillo y sufrí mucho. Obviamente, mi rendimiento cayó. Cuando me encuentro en forma siempre he sabido manejarme y encontrar la mejor manera de ayudar a mi equipo. Realmente no me siento peor que hace cuatro o cinco años. Por ejemplo, en los años de Baskonia, aunque era más joven, me sentí mucho peor que ahora porque tenía la rodilla destrozada. Ahora lo manejo mejor, conozco bien mi cuerpo y sé qué es lo que tengo que hacer para mantener mi tono físico y mi musculatura. Eso es algo que también te da la experiencia.
La filosofía de la plantilla del Joventut es opuesta a la del Baskonia, con jugadores veteranos de más de 30 acompañando a jóvenes de 20. ¿Cómo manejan esa mezcla?
Yo creo que esa es la mentalidad del equipo. El Joventut lleva muchos años juntando jugadores experimentados con la formación de talento joven, que es la forma de ser del Joventut. Queremos que los jóvenes que crezcan aquí, que vayan mejorando y nosotros, como veteranos, tenemos el trabajo de guiar y ayudar a estos chicos fuera y dentro de la pista, con palabras, pero sobre todo con nuestra actitud. Tenemos que ser un ejemplo cada día. Ellos se van a fijar en cómo trabajamos y cómo hemos mantenido durante tantos años este nivel alto deportivamente. Para mí todo esto es una experiencia nueva porque hasta ahora siempre he estado en equipos en los que lo más importante es tu rendimiento individual y ganar y ahora hay más cosas que tenemos que aportar.
“En mi salida, el Baskonia hizo el trabajo que tenía que hacer con el tanteo y mis agentes el suyo, son negocios y hay que entenderlo”
Pasando al partido del sábado, hay una sola victoria entre el Joventut y el Baskonia en esa pelea por el play off. ¿Es el encuentro más importante de lo que va de curso?
No sé si el más importante, pero seguro que uno de los tres más importantes. Llevamos toda la semana hablando de ello, sabemos que hay mucho en juego y que si ganamos, aunque no matemáticamente, sí que estaremos prácticamente clasificados para el play off, que ha sido nuestro único objetivo desde la Copa del Rey. Obviamente, vamos a tratar el partido de la misma manera que el resto, pero siendo conscientes de todo lo que hay en juego.
¿Qué espera del Baskonia?
Bueno, yo conozco bastante bien su situación. No es fácil jugar dos competiciones tan exigentes como la Euroliga y la ACB y el Baskonia ha tenido problemas y ha perdido muchos partidos durante el año que tenía que haber ganado. Ahora, sin embargo, sólo tienen que centrarse en la ACB. Se cambia el chip y creo que desde que se quedaron fuera de la Euroliga están compitiendo mejor y ganando muchos más partidos en la ACB. Es un equipo de Euroliga que vamos a respetar mucho, pero creo que este año hemos jugado buenos partidos contra los grandes como el Madrid, el Barcelona y el Baskonia, así que confiamos en nuestras opciones en casa. Espero un partido muy, muy duro y físico. Este año siempre hemos sufrido cuando el otro equipo juega físico, así que seguro que el Baskonia intentará elevar el tono físico y llevarnos al límite.
Enfrente tendrá a Pablo Laso, con quien coincidió en el Real Madrid. ¿Qué opina de él?
Tengo muy buenos recuerdos, siempre voy a estar muy agradecido con él. Llegué a Madrid después de mi etapa en el Barça y la verdad es disfruté un montón jugando para él. Jugamos todas las finales posibles ese año y ganamos la ACB, así que es un entrenador que siempre llevo muy cerca de mi corazón y al que siempre deseo lo mejor, excepto este sábado, claro (risas).
¿Esperaba más de él en el Baskonia?
Como decía, no es fácil jugando dos competiciones y también han tenido problemas con las lesiones. Además, el Baskonia es un equipo que compite un poco diferente al resto de los equipos en Euroliga porque no tiene el mismo presupuesto que ellos. El club intenta fichar jugadores que no tienen nombre, digamos, y cuando destacan intenta vender. Por ello, cada verano hay un cambio de jugadores en la plantilla, la química también es distinta cada año y Pablo necesita que exista esa buena química. En cualquier caso, creo que han competido bien y les ha castigado el calendario y las semanas de doble jornada. Ahora que sólo tienen que pensar en la ACB, son mucho más peligrosos.
De su etapa en Vitoria, sólo queda Sedekerskis en la plantilla. ¿Qué le parece su evolución?
El nivel que ha alcanzado habla de su dedicación, su forma de trabajar y de él como persona. Tadas ha trabajado mucho y siempre tenía esa paciencia incluso cuando no estaba jugando. Él sabía que con el trabajo su momento iba a llegar y en las últimas décadas no hay muchos jóvenes que hayan tenido tanta paciencia esperando su momento para demostrar, así que estoy muy orgulloso de él. Era muy joven cuando yo estuve en Vitoria, pero ya se notaba que tenía mucho talento y que con su forma de trabajar iba a llegar lejos. Ahora es el capitán de Baskonia y representa perfectamente ese carácter y los valores del club, así que es el capitán idóneo.
¿Sigue siendo un partido especial para usted medirse al Baskonia?
Bueno, cuando lanzan el balón al aire a mí me da igual contra quién estamos jugando, yo intento afrontar todos los partidos de la misma manera, pero yo tengo mucho cariño por el Baskonia y por Vitoria. Por ejemplo, el último Año Nuevo lo pasé en Vitoria. Tenía tres días libres y aprovechamos para visitar a nuestros amigos, prácticamente tenemos familia allí. Mis dos hijas nacieron en Vitoria, así que siempre voy a tener un cariño especial por la ciudad y por todo lo que viví allí. Yo llegué desde el Manresa y fue en el Baskonia donde transformé mi juego. Fueron cuatro años increíbles, llegamos a un Final Four y de verdad que guardo muy buenos recuerdos allí, así que fuera de la pista siempre pienso en Vitoria con mucho cariño. Otra cosa es cuando empieza el partido, ahí lo único que importa es ganar.
“Me encuentro mejor físicamente que cuando estaba en Vitoria, que tenía la rodilla destrozada; he aprendido a manejar mi cuerpo”
Vaya equipo tenían aquella temporada de la Final Four: Mike James, Darius Adams, Causeur, Davis Bertans, Shengelia, Bourousis...
Impone, desde luego, pero ahora es fácil decirlo. Cuando empezamos aquella temporada nadie pensaba que íbamos a llegar hasta ahí, se decía que uno no tenía experiencia en la Euroliga, que el otro no tenía nivel... Luego la química que tuvimos y la forma en la que jugamos fue fantástica, es sin duda uno de los años en los que más he disfrutado y llegar a la Final Four fue increíble. Fue una pena no ganar ningún título, pero yo aún me acuerdo de muchos de los grandes partidos que jugamos aquella campaña.
Su única mancha fue tal vez su salida y las críticas y pitos que recibió después. ¿Los entendió?
Bueno, esto forma parte de nuestro trabajo, al final, no sé si soy yo o ellos los que tienen que entender lo que pasó conmigo. Creo que hasta hace poco nadie sabía lo que pasó exactamente. Es pasado, obviamente, y yo también tenía otros objetivos. Yo quería ir a la NBA y no salió, después es todo cosa de los negocios, que eso ya no tiene que ver conmigo. El Baskonia hizo su trabajo y lo que tenía que hacer para ganar dinero en ese momento y mis representantes también, hicieron el suyo para conseguir el mejor contrato posible. Al final esto es la parte fea de nuestro trabajo, hay cosas que no puedo controlar y los aficionados tienen derecho a dar su opinión, yo no tengo nada en contra de eso. Yo hice lo que pensaba que era mejor para mí y para mi familia y nada más. No le tengo menos cariño o pienso peor de la afición del Baskonia por ello, mi opinión va a ser siempre la misma tanto si hay pitos como si no y si son cinco o cien personas a las que no le gustó mi decisión. Siempre va a haber gente a la que le gusten tus decisiones y gente a la que no.
¿Tiene buena relación con el club a pesar del tira y afloja de aquel tanteo?
Sí, yo siempre que veo a alguno de los trabajadores que coincidieron conmigo siempre les doy un abrazo. Como decía, no tengo nada que reprochar, ellos tenían su opción de pelear el tanteo y hay que entenderlo, son cosas que pasan. Pero no, yo tengo todo el cariño para la gente que hay ahí. El Baskonia me dio la oportunidad de competir en la ACB y en la Euroliga y yo voy a estarle siempre agradecido por ello.