Alucinante, tremendo, espectacular... Se pueden poner todos los calificativos que se quieran para describir el triunfo del Baskonia en el Wizink Center ante el Real Madrid. Una victoria épica y que abre un nuevo horizonte para el Baskonia. Sí, este Baskonia puede soñar con todo.
Un sueño posible gracias a la aportación de todos, pero en especial de dos de ellos, en esta ocasión Darius Thompson y Matt Costello. La bella y la bestia. El director y el ejecutor de esta orquesta que maneja con precisión Peñarroya desde la banda.
Un encuentro soberbio el de ambos. El director de juego demostró que, si no es el mejor base de la Euroliga en estos momentos, está cerca de serlo. ¡Qué actuación ! Soberbio en todos los aspectos. Dirige, anota y se juega al ritmo que él quiere. Una batuta prodigiosa.
Su conexión con los pívots es asombrosa. En ocasiones recuerda a los inolvidables momentos vividos con Bennett y Scola. El pick&roll ha vuelto. Bloqueo y continuación con final feliz gracias a este base de dibujos animados que hace las delicias de todos los amantes del baloncesto.
La magia que desprenden sus manos está a la altura de unos pocos elegidos. Donde pone el ojo, lleva la bola
La magia que desprenden sus manos está a la altura de unos pocos elegidos. Donde pone el ojo, lleva la bola para que un compañero anote con facilidad. Kotsar, Enoch o Costello sacan provecho de una visión panorámica de otra galaxia. Y es que es un gusto para la vista verle desenvolverse sobre la cancha.
Hace fácil lo difícil
Aunque parece que va pausado, sabe cuándo meter ese acelerón para dejar sentado a su rival y anotar cerca del aro. Hace fácil lo difícil. Da la sensación de que es sencillo conseguir lo que consigue este estratosférico jugador sobre la cancha.
Un líder que no se arruga y que si hace falta echarse al equipo a la espalda en solitario lo hace. Buena prueba de ello es lo sucedido en la primera parte. Thompson había disputado 12:02 y el solo llevaba ya 19 puntos de valoración, los mismos que el resto de compañeros.
9 puntos con un 3/3 en tiros de 2, 1/2 en triples, 1 rebote, 2 robos, 3 faltas recibidas y ¡¡¡6 asistencias!!!, todas las que había dado el Baskonia en esa primera mitad. Ello permitió al base alcanzar esa impresionante valoración de 19 puntos.
Doble-doble digno de MVP
Números de estrella. Sensaciones sobre la cancha aún mejores incluso. Y es que el Baskonia con él en pista es otro. Buena prueba de ello es que en su ausencia el equipo abusa del bote y los ataques fueron menos fluidos hasta el punto de acabar buena parte de ellos con un tiro a la desesperada. Con Thompson eso no pasa. Es un director preciso. Un base que da pases milimétricos, que defiende, roba balones y que tiene garra hasta el punto de robar un rebote al mismísimo Tavares.
Hizo de todo y todo bien, lo que le permitió acabar el partido con un doble-doble 18 puntos y 14 asistencias (16 dio todo el equipo) y unas estadísticas dignas de MVP, ya que colaboró con 5 rebotes, 3 robos, 4 faltas recibidas, tan solo tuvo una pérdida y tuvo un 42,9% en tiros de 2 (3/7) y un 57,1% en triples (5/7), lo que le permitió acabar con 32 de valoración. Un lujo porque, además, estuvo bien secundado.
Esta vez cabe destacar el papel de Costello, quien firmó un último cuarto soberbio. El pívot que llevaba hasta entonces 6 puntos destapó el tarro de las esencias en esos 4:38 minutos que estuvo en pista en el periodo final.
El interior logró en ese tiempo 14 de valoración ya que cogería 2 rebotes, recibió una falta y anotaría 11 puntos, con un 66% tanto en tiros de dos como en triples (2/3), uno de ellos el de la victoria sobre la bocina. El premio a la constancia de un guerrero que no se arruga ante nadie y asumió el papel de ejecutor.