El impacto de Markus Howard durante su primera temporada en Europa está siendo brutal. Las alabanzas hacia el 'killer' del Baskonia llegan prácticamente a diario desde todos los rincones del planeta resaltando sus voraces exhibiciones ofensivas y su pasmosa facilidad para desarmar cualquiera entramado defensivo de los adversarios a golpe de talento cuando entra en trance. Algo que le permite disparar sus dígitos anotadores aun viéndose racionados en ocasiones sus minutos en pista.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce alrededor de la indiscutible estrella azulgrana, que básicamente sufre en el otro lado de la cancha. Mucho más a medida que transcurre la temporada y los rivales empiezan a cogerle la medida mediante un minucioso estudio de su juego. Para muchos era un desconocido cuando el Baskonia apostó con fuerza por sus servicios el pasado verano, pero a estas alturas sus virtudes y también defectos se conocen casi al dedillo.

La pizarra de los entrenadores que se miden al Baskonia persigue con ahínco una doble aspiración. Se trata ya no tanto de reducir su álgido manantial anotador en cada partido, algo que en ocasiones resulta literalmente imposible, como de buscarle las cosquillas incidiendo en su talón de Aquiles conocido ya por todo el mundo. Que la defensa no es el punto fuerte de Howard no es ya ningún secreto en los universos de la ACB y la Euroliga.

No es que el jugón de Nueva Jersey –como le sucede a otras estrellas de su estirpe– sea el clásico exterior que se abandona a la hora de seguir la marca de sus pares, sino un problema motivado por las limitaciones en cuanto a tamaño

No es que el jugón nacido en Nueva Jersey –como le sucede a otras estrellas de su estirpe con el aro entre ceja y ceja– sea el clásico exterior que se abandona a la hora de seguir la marca de sus pares, sino más bien un problema motivado por las evidentes limitaciones en cuanto a tamaño.

Si bien es un escolta rápido, con un aseado desplazamiento lateral y también un tren inferior susceptible de aguantar envites de ciertos jugadares, se ve penalizado en todo momento por la falta de centímetros. Por si ello no fuera poco, también es propenso a utilizar en exceso las manos, un hecho que le hacer ser blanco del celo arbitral en cada jornada.

30 minutos en dos partidos

Su eliminación en los dos recientes partidos ha dejado al Baskonia malherido en el tramo de la verdad. Ese es un lujo que el equipo vitoriano no puede seguir permitiéndose si quiere recuperar la excelente dinámica atistaba en el mes de diciembre. Frente al Joventut en la Copa del Rey quedó fuera de combate al inicio del último cuarto disputando menos de 19 minutos.

Howard recibe marcajes muy estrechos en cada partido Josu Chavarri Erralde

Pues bien, si no quieres taza, taza y media ya que ante la Virtus el problema se agravó. Y es que poco más de 11 minutos aguantó en pista ante los hombres de Scariolo, cuya pizarra le borró de la velada. El fornido Abass le cerró el camino del aro en ataque, mientras que los consumadores manejadores de balón en las filas italianas –léase Teodosic– percutieron sobre él de forma descarada con el fin de que acumulara progresivamente faltas.

“Los equipos le buscan. Deberíamos ser más inteligentes, pero me parece que es muy fácil pitarle faltas a Markus”, criticó Joan Peñarroya, quien quizá pueda variar su estrategia a partir de ahora excluyendo a Howard del cinco inicial

Ya fuera mediante aclarados en algún lugar de la pista o en situaciones de posteo cerca del aro obligándole a recular hacia atrás, lo cierto es que Howard revivió en Bolonia la pesadilla del Olímpico de Badalona. Apenas dispuso de continuidad sobre la cancha y su eliminación fue acogida con un indisimulado júbilo por parte de los tiffosis locales.

El respeto arbitral

Peñarroya, obligado a efectuar cambios de balonmano entre él y Marinkovic, volvió a quedarse sin su arma de destrucción masiva durante excesivos minutos y el Baskonia lo pagó muy caro con otra dolorosa derrota como visitante que cuestiona su pasaporte para el Top 8.

Howard persigue a Laprovittola Andreu Dalmau

El respeto arbitral también debe salir a colación. No hay duda de que los colegiados permiten más licencias a los perros de presa encargados de frenarle en seco en cada encuentro que lo que, en realidad, le consienten a él. Y ese hecho fue denunciado en público por Joan Peñarroya tras el nuevo disgusto vivido en Bolonia.

“Los equipos le buscan. Deberíamos ser más inteligentes, pero me parece que es muy fácil pitarle faltas a Markus”, criticó el entrenador catalán, quien quizá pueda variar su estrategia a partir de ahora excluyendo a Howard del cinco inicial y que entre con el duelo ya rodado. Lo único cierto es que la sombra de la eliminación no puede seguir acechando a Howard en cada partido.