Joan Peñarroya explicó en la comparecencia de prensa previa a la visita del Zalgiris que la clave de la última racha se correspondía más a un “tema mental que físico”. Y esta teoría del técnico catalán se evidencio durante la segunda mitad del duelo ante los lituanos, cuando el Baskonia ofreció una de sus actuaciones más solventes en Euroliga después de ajustar las piezas en el entramado defensivo y secar el acierto rival.

El paso hacia el frente que dieron los pupilos de Peñarroya tras regresar del vestuario brindó aire fresco en ataque. El Baskonia creció sobre el parqué al mismo tiempo en el que se adueñó de los rebotes que durante la primera parte se tiñeron del color lituano. Tras bajar al barro y duplicar esfuerzos en el rebote, los azulgranas se permitieron el lujo de transitar y pegar zarpazos a través de varias piezas que, anoche, brillaron en el Buesa Arena. Es el caso de Costello, que aportó intangibles como el carácter y la garra en la pintura que contagiaron a los casi 8.000 espectadores que se congregaron en el coliseo azulgrana. Y a ese encomiable espíritu de equipo se le sumó el acierto en el aro rival, pues el pívot costamarfileño encestó tres de sus cuatro tiros desde la línea de 6,75 metros y, después, se adueñó de siete rebotes.

CLARIVIDENCIA EN EL UNO

Los dos mosqueteros que acompañaron a Costello no fueron otros que Henry y Thompson. Los directores de orquesta del Baskonia que, con el paso de las jornadas, están mostrando cada vez más química y entendimiento sobre el parqué. Anoche, los dos bases comandaron la reacción azulgrana a través del compromiso en defensa y de la excelsa lectura en el otro lado de la cancha.

El Baskonia mejoró de forma notable en su aspecto anímico. Fruto de este grado de concentración, la cifra de pérdidas cometidas ante el Zalgiris fueron inferiores a la de los últimos choques, en los que el Baskonia estuvo mermado a la hora de trenzar jugadas. Y es que el Baskonia tan solo tuvo ocho pérdidas y, además, provocó 15 en el conjunto lituano, de las cuales 11 fueron por robos azulgranas. Un nivel de atención imparable.

El conjunto gasteiztarra provocó una travesía en el desierto al Zalgiris durante la segunda mitad. Si bien es cierto que los lituanos llegaron al descanso con 44 puntos, tras la reanudación tan solo sumaron 29 a su granero. Los mismos que el Baskonia anotó en el último cuarto.

Tal y como subrayó Peñarroya en la comparecencia de prensa, la actuación del segundo tiempo señala el camino a seguir. La brillante actuación baskonista de los últimos 20 minutos es la garantía de que el Baskonia puede convertirse, por méritos propios, en un auténtico guerrero en la pugna por el Top 8.