Han jugado la Copa del Rey después de 18 años de ausencia, se han colado en la Final Four de la Basketball Champions League y se están codeando con los mejores de la ACB, hasta el punto de que aún pelean por acabar la fase regular en la segunda plaza. Sí, estos logros mayúsculos son del BAXI Manresa, el equipo revelación de la ACB por méritos propios.

Y es que lo del conjunto del Bagés es loable. Muy loable. Más si se tiene en cuenta que son el presupuesto más bajo de la competición doméstica con 2,8 millones de euros. A su par tan solo se encuentra el Fuenlabrada (2,8), el Breogán (2,9), Obradoiro (3,2) y algo más lejos el Bilbao Basket (3,8) pero ya el resto está por encima. Muy por encima. De hecho, equipos como el Barça y el Real Madrid, del que se encuentra a tan solo a un triunfo en la ACB, se sitúan a años luz al superar ambos los 43,5 millones de presupuesto.

Es que el modesto conjunto catalán no se acerca ni por asomo a otros históricos de la ACB como Valencia (21,8), Unicaja (10) o el Baskonia, su rival esta mañana que superaba los 16 en el año de la pandemia. Pues bien, pese a todas esas limitaciones económicas, el BAXI Manresa, no solo es capaz de jugar de tú a tú con los mejores equipos de la Liga, sino que además está desplegando un juego espectacular que está enamorando allá por donde pasa.

El éxito de este irreductible Manresa, que no se acompleja ante nada y ante nadie reside en la confección de una plantilla de guerreros bien compenetrados. Jugadores con hambre que han explotado juntos y que en la cancha tienen una química increíble. Ahora bien, ¿quién está detrás de la configuración de este excelente grupo que dirige sabiamente el extécnico baskonista Pedro Martínez?

No se trata de un exjugador de renombre. Tampoco de un técnico con caché. Y es que detrás del éxito de la confección de la plantilla del Manresa no hay un nombre conocido para el gran público, sino que aparece un joven de 31 años: Xevi Pujol. Con esta edad no es de extrañar que sea el director deportivo más joven de la ACB.

Ha hecho de todo en el club

Eso sí, que sea joven no significa que no tenga experiencia y un gran bagaje en el mundo del baloncesto. De hecho, en el Manresa, el club de sus amores, ha hecho de todo. La historia de su pasión por el cuadro manresano se remonta al siglo pasado. En 1996 cuando el conjunto del Bagés ganó la Copa del Rey, Xevi Pujol no dudaría en teñirse su pelo de rojo para ir a recibir a los campeones a la Plaza del Ayuntamiento pese a tener solo seis años. Un niño.

Ya desde la infancia enamorado del rojo, color que identifica al Manresa. Su vida ha ido de la mano del club de baloncesto de su ciudad. Aficionado, jugador de baloncesto, como canterano llegó a disputar la Minicopa de 2004 que encumbraría a Ricky Rubio, delegado, técnico ayudante y desde 2020 director deportivo. Lo dicho, menos entrenador y presidente ha hecho casi de todo para los del Bagés.

Un cambio de objetivos para Xevi Pujol. De hecho, él ahora responsable de confeccionar la plantilla tenía enfocado su futuro hacia la parcela técnica. Le apasionaba ser entrenador y cuando le ofrecieron pasar de la cancha a los despachos le surgieron dudas. “Fue un dilema personal por los años que llevaba formándome como entrenador, pero me habría arrepentido más de no haberlo probado que de haberme equivocado”, asegura una vez asentado en un puesto en el que no ha notado que su juventud sea un handicap: “Ayuda conocer bien la casa y al entrenador”, asegura.

Así es. Ya con 13 años elaboraba listas de posibles refuerzos que se las pasaba a Ricard Casas y Toni Creus, entonces entrenador y director deportivo del Manresa, respectivamente. Su pasión por el Supermánager le llevó a contar con un amplio conocimiento de jugadores, que posteriormente trasladaría a cuerpo técnico y directivos.

Un inicio sin cobrar

Además, se trataba de una labor altruista. Y es que Xevi Pujol empezó sin cobrar pasándole informes a Jaume Ponsarnau y al cabo de tres temporadas fue contratado como técnico asistente del club. El ahora director deportivo ha sido la mano derecha de Ibon Navarro. De ahí, en 2020, justo en medio de la pandemia, dio el salto a la dirección deportiva.

Ahora es él quien diseña los equipos. El arquitecto de un Manresa en el que se deja notar su mano y su clara apuesta por jugadores jóvenes, emergentes, con hambre y que quieren crecer y evolucionar. “Tenemos que fijarnos en mercados como la segunda división de Francia o Alemania porque no están tan controlados y nosotros no tenemos grandes recursos, por lo que tenemos que anticiparnos. Con nuestro presupuesto no podemos tener una plantilla con 12 jugadores referentes, algunos serán jugadores con proyección, otros consolidados y otros veteranos con una gran trayectoria (como Rafa Martínez). Creo que esas son la claves del éxito”, comentó el director deportivo del Manresa en una entrevista a Mundo Deportivo

El pasado verano fichó a seis jugadores de ese perfil. Prácticamente desconocidos casi todos ellos -Sylvain Francisco, Chima Moneke, Joe Thomasson, Luke Maye, Elias Valtonen e Ismael Bako-. Tan solo este último contaba con cierto cartel tras su experiencia en Euroliga con el Asvel. Los demás no eran ni tan siquiera referentes en equipos de ligas de un segundo nivel como la de Francia, Alemania o Israel. Por eso, la gran mayoría no estaban en las agendas de los grandes clubes y es ahí donde debe moverse un Manresa con presupuesto reducido como explica el propio Xevi Pujol. “Con poco dinero, hay que ir a por jugadores más desconocidos. Están saliendo bien. Hemos conseguido un grupo competitivo, equilibrado y con hambre”, considera.

Un hambre voraz. De hecho, Moneke está devorando la competición doméstica. Sus números así lo atestiguan -14,1 puntos, 8,2 rebotes, 1,4 asistencias, 1,6 recuperaciones y 19,8 de valoración en la ACB-. Cifras que han sorprendido en parte a Xevi López. “No pensábamos qué números podía hacer, pero sí que tendría un impacto”. Y es que tras analizarle en Francia confiaban en su explosión en la liga española. “Encajaba en la idea de lo que quería: un jugador atlético, joven y con hambre. No jugaba muchos minutos, 23, pero mostraba energía y mucha actividad. Era como hiperactivo... Pensamos que podía estar preparado para el siguiente paso como era jugar en la ACB y en competición europea”.

Acertó de lleno. De hecho, su apuesta por este ala-pívot nigeriano que tan solo llevaba tres años de carrera, de ellos solo uno en la primera división francesa ha sido de un éxito de tal calibre, que este próximo verano su nombre ya va a estar en las agendas de buena parte de los principales clubes de Europa y habrá tortas por hacerse con sus servicios. Es el ojo de Xevi Pujol, el joven arquitecto de este espectacular Manresa.