- En ocasiones es necesario dar un paso atrás para poder dar dos adelante y eso es precisamente lo que ha hecho Ismael Bako esta temporada. Tras dos campañas compitiendo en Euroliga con el Asvel, el pívot belga recaló el pasado verano en el Baxi Manresa, rival mañana del Baskonia, en una sorprendente operación que ha resultado muy fructífera para ambas partes, ya que el club catalán se ha convertido en el equipo revelación de la ACB esta temporada y Bako está completando una campaña excepcional con 10,7 puntos y 5,8 rebotes por encuentro. El atlético interior de 2,08 metros atiende a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA antes de su visita al Buesa Arena, en la que será una de las principales amenazas para los gasteiztarras.

Plaza en el 'play off' de la ACB casi asegurada, semifinales de la Basketball Champions League... Menuda temporada, ¿no?

-Sí, está siendo una campaña prácticamente perfecta para nosotros de principio a fin. Comenzamos ganando la Copa de Cataluña y ahora estamos asentados en puestos de play off cuando nadie creía en nosotros a principio de curso. También conseguimos clasificarnos para la Copa del Rey, que fue un logro importante aunque los resultados no fueron los esperados. Además, seguimos vivos en la Champions League. En todas las competiciones en las que participamos llegamos lejos, y eso habla muy bien del nivel del equipo y del gran ambiente que hay en el grupo.

¿Por qué decidió cambiar un equipo de Euroliga como el Asvel por el Manresa?

-Fue una elección complicada, ya que no es algo que muchos jugadores harían. Yo le doy mucha importancia a tener un rol protagonista en el equipo y el Manresa me daba la opción de tener esa relevancia y competir en la mejor liga de Europa, que es la ACB, y también en la Champions League. Quería demostrar al mundo del baloncesto que podía ser un jugador importante en una liga tan exigente como la española para así poder en el futuro ser protagonista también en un equipo fuerte de la Euroliga. Fue una decisión arriesgada, porque si hacía una mala temporada mi caché iba a bajar, pero ha sido un acierto.

¿Es su objetivo regresar a la Euroliga la próxima temporada?

-Creo que a lo que aspira cualquier jugador es a tener un rol importante en las mejores ligas posibles, y la Euroliga es la máxima competición europea. Si llega una oferta para jugar en la Euroliga la veré con buenos ojos, seguro. Sin embargo, en estos momentos no me interesa tanto el competir en la Euroliga como hacerlo en un club en el que encaje bien. Soy un jugador que necesita estar en un equipo que tenga un buen base con el que jugar el pick & roll y ese fue uno de los aspectos en los que me fijé al fichar por el Baxi Manresa. Me cuesta anotar en jugadas individuales, necesito compañeros que me ayuden y me den pases de alley oop. Quiero estar en un ambiente en el que me sienta cómodo y pueda seguir creciendo y haciendo mi mejor baloncesto.

¿Fue el Baskonia una de las opciones que tuvo en verano?

-No puedo responder con detalles, porque es algo que está entre mi agente y yo. Sí que hubo conversaciones con el Baskonia, pero no llegó a haber nada concreto al 100%, ocurrió hace tiempo ya.

Ahora le toca visitar el Buesa Arena... Partido importante, ¿no?

-Desde luego. Hilándolo con la pregunta sobre los contactos que tuve con ellos, para mí cada vez que juego contra un equipo de Euroliga es una oportunidad para enviar un mensaje y demostrar que puedo competir contra ellos, hacerles daño y tener un papel importante en la máxima competición europea. El Baskonia es un gran equipo y después de que les ganáramos en el partido de ida en Manresa seguro que tienen ganas de revancha en su pabellón. Es una gran oportunidad para mí y para mis compañeros de demostrar nuestra valía y seguro que va a ser un partido vistoso.

¿Qué necesita hacer el Baxi Manresa para ganar el partido?

-Lo mismo que hemos hecho durante toda la temporada. Divertirnos y tener mucha energía. Tenemos que golpear primero y luego somos buenos en conseguir que el equipo rival se desespere, gritamos mucho y todo eso (risas).

Vitoria conoce bien a uno de los artífices del éxito del Baxi Manresa esta temporada. ¿Cómo es tener a Pedro Martínez de entrenador?

-Es un técnico único. Creo que no cualquier jugador de baloncesto podría soportar estar a sus órdenes, ya que es muy estricto y disciplinado, pero yo personalmente he conectado bien con él. Yo le comprendo como entrenador y él me entiende a mí como jugador, eso hace las cosas más fáciles. Sé que hay jugadores que han tenido problemas con él, pero en mi caso entendí bien su manera de trabajar y creo que he aprendido y crecido mucho con él. Habría sido estúpido no hacer caso a alguien con tanta experiencia.

Cada vez quedan menos pívots que no anoten de tres, ¿es un arma que le gustaría añadir a su arsenal?

-Creo que si trabajara en ello podría anotar desde el perímetro, pero me gusta más el concepto tradicional de pívot: poner bloqueos, pelear el rebote ofensivo, hacer mates, tapones... Cada año que pasa veo más cincos que abren la cancha y tiran desde fuera, pero en mi caso prefiero generar espacios para que sean mis compañeros los que anoten triples, y que ellos me den opciones a mí para anotar dentro. Lo mío es dar espectáculo con mates, y hasta ahora me ha ido bien. Si en alguna ocasión me piden lanzar de tres, trabajaré en ello, pero por ahora no es necesario.

Se están haciendo virales en redes sus celebraciones con Moneke, metiéndose en las gradas del Nou Congost junto a los aficionados. No es muy común ver esas imágenes en los pabellones...

-Sí, la conexión que hay entre el equipo y la hinchada en Manresa es muy especial, pero también lo era antes de que llegáramos Moneke y yo. Ya sabía que llegaba a un club con una afición increíble. Entre los dos pensamos que podíamos ofrecer algo de show extra al final de los partidos a los seguidores para que el dinero que pagan por su entrada merezca la pena. Para nosotros chocar la mano a los niños o quedarnos un par de minutos a hablar con los aficionados no supone ningún esfuerzo y para ellos es algo muy emocionante. Empezamos con pequeños detalles y poco a poco hemos cogido confianza y la afición se ha convertido en parte del equipo, siempre está involucrada, ganamos o perdamos. Empezamos chocando la mano, luego bailes, abrazos... Ahora ya directamente nos metemos en la grada, nos conocemos. Creo que todos salimos ganando con ese ambiente fantástico que se crea.