El equipo ucraniano de baloncesto, que está en Córdoba desde hace días para disputar las ventanas FIBA, sigue de primera mano todo lo que está sucediendo en su país, con el ataque de Rusia y la amenaza casi segura de una guerra. Sin embargo, la FIBA decidió mantener ayer el partido con unos jugadores que no tenían la cabeza precisamente en el baloncesto. Cuando salieron hacia el pabellón para competir ante España, jugadores y técnicos ucranianos recibieron los aplausos de muchos aficionados congregados en su hotel. Más tarde, la emoción también fue máxima cuando sonó el himno nacional de su país en los prolegómenos de un encuentro ganado por España (88-74).