Puede que Zoran Dragic no esté en la lista de grandes estrellas que han vestido la camiseta baskonista a lo largo de la historia del club, pero tampoco figura entre los jugadores que han pasado sin pena ni gloria por Vitoria. El esloveno aterrizó en el Baskonia en enero de 2020 y no solo consiguió convertirse en una parte importante de la rotación, sino que fue clave en la consecución del título de la ACB, especialmente por su gran semifinal contra el Valencia. Su buen rendimiento le valió seguir un año más en Vitoria, pero en verano el club decidió no renovarle para hacer hueco al discutido Marinkovic y no encontró equipo hasta finales de octubre. A un día de reencontrarse con su exequipo, Dragic conversa con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA sobre el encuentro de mañana, su pasado como azulgrana y su nueva vida.
¿Cómo le van las cosas en Kaunas?
-Solo llevo aquí tres semanas, pero de momento me encuentro bien. Cuando llegué el ambiente estaba enrarecido porque el equipo había perdido los siete partidos que había jugado en la Euroliga y pasaba por una situación difícil, pero ahora hemos conseguido un par de triunfos y estamos recuperando la confianza. La afición es fantástica, por lo que por esa parte ninguna pega.
¿Está encajando bien en Lituania?
-La cultura es algo diferente a la eslovena y a la española. Me encontraba más cómodo en Vitoria porque obviamente he pasado más tiempo jugando en la ACB y me gusta mucho la cultura de allí, pero me están tratando muy bien aquí también, no me quejo.
Ha sido un verano raro para usted. Lo hizo bien en los Juegos Olímpicos, pero luego le costó encontrar equipo. ¿Por qué tardó tanto?
-No lo sé, la verdad. Me llegaron ofertas de algunos equipos, pero ninguno me ofrecía lo que yo estaba buscando. Los clubes fueron formando sus plantillas y yo estuve entrenando por mi cuenta en casa hasta que llegó el Zalgiris.
¿Llegó a hablar con el Baskonia en verano?
-Sí, al acabar la temporada hablé con el director deportivo Félix Fernández y con Dusko Ivanovic y me dijeron que estaban contentos con mi trabajo y que contaban conmigo para la próxima temporada. Volví a casa con la idea de que hablaríamos más adelante, pero luego nunca me llegó ninguna oferta de contrato. Obviamente decidieron ir a por otro jugador.
¿Le sorprendió que nunca llegara esa llamada?
-Me sorprendió un poco, pero qué le voy a hacer, así son los negocios. Ellos decidieron que otra opción era mejor y yo lo acepto. Lo único que me molestó fue que no se me diera las gracias ni se publicara ningún mensaje en las redes sociales o en la web del club como sí hicieron por ejemplo con Polonara y con Henry. Yo di el 100% por la camiseta y por el club en el tiempo en el que estuve en Vitoria, pero así son las cosas. La vida sigue y yo todavía tengo un recuerdo fantástico del Baskonia, la ciudad y los aficionados.
Algunos seguidores le están echando en falta esta temporada. ¿Echa de menos usted también Vitoria y jugar en el Baskonia?
-Desde luego que lo echo en falta. Cuando juegas durante dos años en el mismo club, te adaptas al equipo, a la ciudad y yo me sentía muy a gusto. Fue una pena no poder hablar, pero, como le digo, así son los negocios. De todas formas, nunca se sabe lo que puede deparar el futuro. Granger se fue y luego volvió al Baskonia un año después, puede que yo también tenga la oportunidad de regresar algún día.
¿Con qué recuerdos se queda de su etapa como baskonista?
-Son muchos los momentos memorables que viví allí. Uno de ellos sin duda es la Liga ACB que conseguimos ganar, pero la pasada temporada también fue digna de recordar. A pesar de las bajas y los casos de covid-19, el equipo se mantuvo unido, peleó hasta el final y nos quedamos a un solo partido de entrar en el play off de la Euroliga. Sacamos ese carácter que caracteriza al club.
¿Influyó su hermano Goran en la decisión de firmar por el Baskonia cuando llegó en 2020?
-Esto es una anécdota graciosa. Cuando me llegó la oferta del Baskonia hablé con mi hermano para vacilarle, porque él firmó por tres años, se fue al Murcia y de allí directo a la NBA sin llegar a debutar. Luego volvió para dos semanas con el lockout y se volvió a ir a la NBA. “Espero hacerlo mejor que tú en el Baskonia”, le dije (risas).
¿Ha supuesto a lo largo de su carrera una presión añadida tener un hermano jugando al máximo nivel?
-Quizás sí que supuso algo de presión en mis inicios, pero creo que ha sido sobre todo una motivación para mí. Ver triunfar a mi hermano mayor tan joven me hizo querer seguir sus pasos y ser como él. Sin ello no habría llegado a donde he llegado. Al principio yo era el hermano de Dragic, pero he conseguido hacerme mi propio nombre en la Euroliga. Ahora somos los hermanos Dragic; como los Gasol, aunque a otro nivel, claro.
¿Va a ser especial para usted enfrentarse al Baskonia mañana?
-Sí, desde luego. Siempre es especial jugar contra tu exequipo. Es verdad que ahora tienen un entrenador diferente, el equipo ha cambiado y quedan pocos jugadores del año pasado, pero será bonito poder hablar con Giedraitis, Kurucs, Sedekerskis, Granger, los fisios, el cuerpo técnico y el personal.
¿Si ve a Félix Fernández le preguntará por qué no le llamó?
-Si lo veo hablaré con él, pero obviamente lo haré de la misma manera que con el resto, no tengo nada en su contra. Le preguntaré cómo le va y ese tipo de cosas, una conversación normal y corriente.
¿Qué clase de partido espera?
-Va a ser un choque duro, eso seguro. El Baskonia ha tenido una semana para trabajar con el nuevo entrenador y seguro que va a mejorar. Los dos equipos necesitan ganar y puede que nosotros tengamos una pequeña ventaja porque contamos con el empuje extra de la afición, que es nuestro sexto jugador.
¿Qué debe hacer el Zalgiris para llevarse la victoria?
-Tenemos que hacer de todo, dar nuestro 100%. Esto es la Euroliga y cualquier equipo puede ganar a cualquiera. Lo principal va a ser defender bien, mantener la concentración y prestar atención a los detalles. Tenemos que impedir que sus mejores jugadores se conecten.
¿Le ha dado algún consejo a sus compañeros sobre cómo defender a Granger, Tadas y Giedraitis?
-Creo que el equipo ya los conoce bien, especialmente a Tadas y a Rokas, que son lituanos. Sabemos cuáles son sus puntos fuertes e intentaremos frenarlos, pero tenemos que centrarnos en hacer nuestro juego y no tanto en el rival.
“Al acabar el curso me dijeron que contaban conmigo, pero nunca llegó la oferta”
“Echo en falta jugar en el Baskonia, me hice a la ciudad y al club y me encontraba cómodo allí”
“Al principio yo era el hermano de Goran, pero he conseguido hacerme mi propio nombre”
Jugador del Zalgiris