No arroja la toalla. Pese a que la situación es delicada, Ivanovic tiene claro que hay que seguir peleando. “No me rindo”, dejó claro el técnico. En opinión del preparador baskonista, es momento de que todos arrimen el hombro para evitar que la nave baskonista siga a la deriva. “Es el momento para estar todos juntos”.

Unidos ante la adversidad. De hecho, Ivanovic reconoció estar “muy preocupado” ya que no solo se enfrenta a su momento más delicado en el Baskonia, sino de toda su carrera.

Y es que su equipo sigue muy por debajo del nivel esperado, atascado en estático, sin correr y sin poder cerrar el rebote, donde sufre una auténtica sangría. “Necesitamos defender mejor para poder correr. Además, nos castigaron mucho con el rebote ofensivo y su juego interior ha sido dominante”, reconoció un Ivanovic, que también vio a su equipo “con ansiedad”. Al menos, ayer no echó de menos el carácter en su tropa. “Se estaba dando todo, pero no nos llegaba”. Ahora, confía en que un buen resultado sirva para cambiar esta mala dinámica. “Necesitamos ganar. Ganando un partido, todo puede cambiar y un día tiene que llegar”.