Los aficionados del Baskonia pueden estar tranquilos, ya que, salvo que llegue una oferta desorbitada de última hora de la NBA, Rokas Giedraitis continuará al menos una temporada más defendiendo la camiseta azulgrana. Si al principio del mercado estival el internacional lituano era uno de los jugadores de la plantilla con más posibilidades de dejar el club -el propio jugador expresó públicamente sus deseos de cruzar el charco-, finalmente será uno de los únicos cinco jugadores junto a Peters, Raieste, Kurucs y Sedekerskis que continúe a las órdenes de Dusko Ivanovic.
Al alero baskonista, que llegó el verano pasado a Vitoria procedente del Alba Berlín y se convirtió en uno de los líderes anotadores del Baskonia y la pieza más utilizada por Dusko Ivanovic, no le han faltado ofertas para dejar el club. De hecho, según ha indicado hoy el periodista lituano Donatas Urbonas, Giedraitis ha tenido la opción de marcharse a la NBA este mismo verano, pero ha decidido cumplir al menos el segundo de los tres años de contrato que firmó con el Baskonia.
Que Rokas haya decidido aplazar su sueño para más adelante se debe principalmente a un motivo económico. De acuerdo a esta misma fuente, la oferta que le llegó era de un salario bruto de 925.258 dólares, el mínimo permitido por la NBA para jugadores sin experiencia en la liga. Sin embargo, este año en el Baskonia va a percibir alrededor de 750.000 euros, unos 900.000 dólares al cambio, por lo que a Giedraitis le salía más rentable continuar jugando en la Euroliga que dar el salto a la liga norteamericana.
Por si fuera poco, cabe recordar que el alero de 29 años cuenta con una cláusula de rescisión de un millón de euros en caso de querer irse a la NBA y las franquicias solo tienen permitido por normativa de la liga pagar 750.000 euros, por lo que el jugador habría tenido que pagar al menos 250.000 euros al Baskonia para poder marcharse, haciendo así mucho menos rentable si cabe su viaje a Estados Unidos.
Anotador compulsivo
Esta decisión resulta una grata sorpresa para el Baskonia, que podrá retener a su máximo anotador de la pasada temporada en la Euroliga, con 12,7 puntos por encuentro. Sus sólidos porcentajes del 40,5% desde el perímetro y su capacidad para anotar en transición y penetrar a canasta se adaptaron a la perfección el curso pasado al juego propuesto por Dusko Ivanovic. Además, asumió galones en el vestuario desde el primer día y podría ayudar junto a Granger a acomodar a los recién llegados tras la marcha de pesos pesados de la plantilla como Luca Vildoza, Pierria Henry, Achille Polonara e Ilimane Diop.
Sin embargo, en cierto sentido su continuidad podría ser un contratiempo para la planificación de la plantilla del Baskonia, que quizá contaba con el millón de euros de su cláusula y que finalmente no podrá ingresar esa cantidad en sus arcas. Además, Giedraitis cuenta con uno de los salarios más importantes de la plantilla y eso limitará el margen de movimiento del club a la hora de acometer el fichaje de un interior, necesario tras la marcha de los tres pívots con los que contaba el equipo.
Por otro lado, también surgen dudas sobre cómo podrá Ivanovic gestionar una plantilla que cuenta con dos aleros de primerísimo nivel como Giedraitis y Simone Fontecchio. Ambos están llamados a ser piezas importantísimas para el Baskonia esta temporada y si quieren compartir minutos en pista uno de los dos deberá jugar en una posición en la que no está acostumbrado a hacerlo, ya sea el lituano en el puesto de escolta o el italiano en el de ala-pívot. En cualquier caso, siempre es buena noticia para un equipo mantener en la plantilla a sus jugadores más talentosos y Rokas Giedraitis sin duda es uno de ellos. Salvo sorpresa, la hinchada gasteiztarra podrá disfrutar, esta temporada sí, de sus carreras y su muñeca en el Buesa Arena.