La palabra rendición no existe en la mente de Ivanovic y sus creyentes guerreros, más cuando llega un tramo del calendario de lo más amable a la hora de evitar sobresaltos. Todavía sigue existiendo un mínimo resquicio para la esperanza, lo último que siempre debe perderse como bien dice un dicho popular aplicable ahora a la apurada situación del Baskonia en la Euroliga.
Mientras las matemáticas no digan lo contrario, eso sí, nadie debería minusvalorar la candidatura de un Baskonia que trata de agarrarse con uñas y dientes a la encarnizada pelea por el Top 8. El Estrella Roja salió trasquilado del Buesa Arena, testigo de un simulacro de partido entre una manada de lobos hambrientos y unos corderos indefensos.
Cuarta victoria consecutiva en la Euroliga para un maratoniano azulgrana empeñado en estirar hasta donde pueda sus opciones continentales pese a que la velocidad de crucero de sus rivales directos continúe poniendo excesivos palos en las ruedas de cara a la consecución de su meta final.
Si se trataba de ajustar cuentas con uno de sus verdugos en la primera vuelta y reivindicar una vez más que quiere morir matando en una competición donde todavía le separan dos triunfos de la ansiada octava plaza, el TD Systems satisfizo el doble objetivo. Tras el atronador éxito del Anadolu Efes en el clásico turco, la parte negativa es que la tropa alavesa ve cómo finalizará una nueva jornada sin recortar terreno respecto a la octava posición.
Presencia de canteranos
Incluso los canteranos podrían haber tenido una mayor presencia dada la extrema debilidad de un cándido visitante que ya está de vuelta fuera de sus fronteras. Tan solo se echaron de menos algunos minutos más del, por ejemplo, prácticamente inédito Kurucs o algo de pujanza anotadora en Dragic, un exterior completamente enemistado con el aro serbio.
Era un partido con apariencia de trámite antes del salto inicial y la tarde-noche se desarrolló bajo el guión esperado con dos protagonistas separados por un mundo en cuanto a ritmo, fortaleza física, ambición y juego coral. Mientras el TD Systems se resiste a decir adiós a la vitola de cuartofinalista continental, un Estrella Roja lastrado por sus ausencias y su propia consistencia ha exhibido desde hace muchas semanas la bandera blanca de la rendición.
La altanería azulgrana para equilibrar su balance de victorias-derrotas en la Euroliga presidió un partido muy desigual a todos los niveles. La cenicienta serbia llegó prácticamente entregada al santuario vitoriano con un terrorífico parte de guerra pero, más allá de sus sonadas ausencias, su lenguaje corporal fue el de un grupo con la guardia baja y deseoso de que llegara el pitido final. De ahí que recibiera constantes impactos en la mandíbula por parte de un Baskonia profesional a más no poder y dispuesto a darse un buen festín.
La consigna fue clara desde los primeros minutos: aprovechar la abrumadora ventaja en el juego interior. Simplemente surtiendo de balones a Fall consiguió el cuadro vitoriano abrir brecha en el marcador y dejar bien claras sus intenciones. El gigante senegalés, autor de unos números estruendosos, apenas tardó un minuto en sacar del partido a Kuzmic con su tempranera segunda falta y forrarse bajo los aros ante la escuálida batería de hombres altos del Estrella Roja.
Los bíceps de Jekiri también causaron estragos entre un visitante sin centímetros ni tampoco el tradicional ardor competitivo existente en los Balcanes. Se gustó Vildoza como en sus mejores días, Peters fue implacable desde la larga distancia, Polonara evidenció que nunca baja la guardia de cara a la consecución de un buen contrato para el futuro y el repertorio en transición ante el pésimo balance defensivo de los visitantes fue, del mismo modo, inagotable.
El espíritu guerrillero local se vio encarnado por Giedraitis, generoso en el esfuerzo a la hora de reducir a Loyd. El ex del Valencia Basket fue un anotador difuminado en el recinto de Zurbano y, con ello, las remotas posibilidades del Estrella Roja acabaron rápidamente en la papelera. En definitiva, un paseo militar que entraba en casi todos los pronósticos y ratifica el buen momento de un Baskonia que, quizás, haya llegado demasiado tarde a la pelea de gallos por el Top 8.
TD SYSTEMS BASKONIA: Vildoza (14), Giedraitis (14), Polonara (12), Peters (9) y Fall (20) --quinteto inicial--; Jekiri (8), Sedekerskis (2), Henry (3), Dragic (-), Raieste (5), Diop (-), Kurucs (-).
ESTRELLA ROJA: Uskokovic (8), Loyd (14), Lazic (-), Simonovic (3) y Kuzmic (9) --quinteto inicial--; Walden (10), Davidovac (8), Radanov (-), Dobric (9), Simanic (-), Jagodic-Kuridza (6).
PARCIALES: 21-16, 27-11, 18-21, 21-19.
ARBITROS: Ryzhyk, Paternico y Thepenier. Sin eliminados.
PABELLON: Buesa Arena.