- El TD Systems Baskonia logró ayer una de esas victorias que dejan un buen sabor de boca a todos, tanto a los aficionados como al entrenador y a cada uno de los jugadores. El conjunto gasteiztarra parecía haber recuperado su esencia en los dos últimos partidos y ayer confirmó su despertar, volviendo a ser el equipo de las grandes citas que tumbó al CSKA y al propio Real Madrid anteriormente esta temporada. Ningún pero se le puede poner a los jugadores baskonistas ayer, cada uno aportó su grano de arena, y entre todos lograron enterrar a un Madrid desdibujado.

Pablo Laso decidió partir de inicio sin Tavares, desprotegiendo la pintura y asignando a Llull la tarea de defender a Sedekerskis, con la confianza de que el lituano no sería agresivo en ataque. Sin embargo, al canterano baskonista, cargado de confianza tras sus recientes actuaciones, no le tembló el pulso y castigó en el poste la imprudencia local. Jekiri, mientras tanto, se movía a su antojo por la zona, maltratando a Tyus e incluso anotando desde media distancia. Mientras, Giedraitis y Peters abrían el campo desde el triple, todo ello dirigido por Henry con mano de hierro.

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Real Madrid - TD Systems Baskonia

Así logró el Baskonia amasar su primera ventaja de 14 puntos, ventaja que perdería en un abrir y cerrar de ojos por una pequeña desconexión al final del segundo cuarto, que fue castigada por la calidad de los jugadores madridistas. Más de uno se acordaría tras el parcial de 11-0 de las dolorosas derrotas recientes contra el Asvel y el Valencia, en las que el Baskonia también dejó escapar una suculenta ventaja en el ecuador del choque para terminar luego regalando el partido.

Afortunadamente, esta vez el físico y la mente no les jugó una mala pasada a los azulgranas, que le recuperaron el pulso al choque al regreso de vestuarios. Tavares dificultó la labor de Jekiri y Diop y tuvo que ser el juego exterior baskonista el que decantara la balanza a favor del Baskonia. Mientras el Madrid se desesperaba por su falta de acierto -mención especial a los dos triples que Thompkins falló solo en la esquina-, Polonara daba un recital de lanzamiento y un inspiradísimo Vildoza hacía magia con triples imposibles y un globo de bellísima factura que bajó con nieve tras superar a Tavares.

El partidazo del Baskonia ayer no podía terminar de otra manera que con un último cuarto de ensueño. Ivanovic se arriesgó a jugar sin pívot para castigar a Tavares desde la línea de tres y su plan salió a la perfección gracias al acierto de Peters, infalible ayer desde la línea de 6,75 metros, y la contribución de un Polonara pletórico, que se permitió el lujo de machacar el aro ante la oposición del gigante pívot, en una imagen digna de póster. En resumidas cuentas, se hace difícil imaginar un escenario mejor a una semana de empezar la Copa del Rey.