Gracias al notable trabajo de Himar Ojeda en los despachos, el rival azulgrana se ha convertido en la principal china en el zapato del Bayern en Alemania y sueña con recibir de la Euroliga una licencia A para seguir en la élite los próximos años.

El baloncesto español no solo exporta jugadores y técnicos al exterior, sino también directores deportivos. ¿Qué ha hallado en Berlín para llevar ya cinco años?

-He encontrado un escenario y un ambiente de trabajo muy positivo y acorde a las ideas que me gusta implantar. Entonces ha sido una buena unión entre las dos partes. Por un lado, las inmejorables posibilidades y el entorno que se me ha proporcionado aquí para desarrollar una filosofía en la que yo creo y el club también. Y, por otro, el indudable potencial del Alba como club.

Usted fue antes segundo entrenador y ejerció como scout de la NBA en los Hawks. Entonces no ha sido problemático el salto a los despachos, ¿verdad?

-No. Efectivamente empecé como entrenador ayudante en Las Palmas de Manolo Hussein, Pedro Martínez y Salva Maldonado. Luego pasé a ser director deportivo en Estudiantes, el tema de Atlanta... Digamos que todo el tema del mercado ya lo había trabajado, por lo que los deberes ya los tenía hechos y eso me ha ayudado.

Desde fuera se percibe que el proyecto del Alba es sólido y apunta grandes maneras. ¿Van creciendo al ritmo esperado?

-Sí, es un proyecto muy serio. El director general del club, Marco Baldi, es el mejor directivo con el que he trabajado nunca. Es un tío cabal, muy listo a la hora de tomar decisiones. Aquí ha intervenido siempre en el momento necesario hasta el punto de cambiar la filosofía que tenía el club cuando empezó con Pesic y Obradovic. Ha habido una especie de españolización en la entidad trayéndome a mí. No es casualidad el crecimiento. Él analiza las cosas, va viendo y adaptándose a las distintas situaciones. Además, es un club que depende de lo que genera en el mercado. A nosotros no nos mantiene por detrás ningún club de fútbol ni hay un dueño que ponga el dinero. Somos de los pocos equipos en Euroliga que no estamos entre ellos. Nos parecemos a lo que era en su día el Baskonia, que comenzó a crear un producto casi de la nada, o a lo que pueden ser ahora el Maccabi o el Zalgiris. Tenemos un plan de negocios y desarrollamos todo desde esta base. En estos últimos años estamos con la idea de obtener una licencia A. En la última Asamblea de la Euroliga en noviembre ya se nos propuso concedernos una B, como se ha hecho con el Bayern Munich y el Asvel, para luego el siguiente paso sea una A. Estamos en el buen camino.

¿Qué diferencias hay entre el baloncesto alemán y el español?

-Antes de venir, estudié bastante la estructura de los clubes alemanes y ahora la conozco mucho más. La ACB está todavía por encima de la BBL porque la calidad que posee, en cuanto a nivel, es superior. Básicamente porque el baloncesto español es de un primer nivel mundial y eso queda demostrado con todos los equipos, los jugadores y la propia selección. Hay un nivel alto de baloncesto y eso hace que la liga sea muy buena, ayudado por el hecho de que los presupuestos son mayores que en la liga alemana. Entonces hay muchos equipos de un nivel medio con un presupuesto alto. Lo que yo pensaba es que las estructuras en la ACB debían modernizarse para no depender tan solo de la calidad del juego. En Alemania hay factores en los que no están tan avanzados o incluso hay clubes que carecen de director deportivo y en los que los fichajes los hacen los entrenadores. Sin embargo, en todo lo demás las cosas están muy bien estructuradas. Todos tienen una oficinas modernas y bien preparadas, un departamento de marketing que trabaja bien, todos los pabellones están bien por muy pequeños que sean, todos cuentan con una zona VIP para cuidar a los patrocinadores... Digamos que el porcentaje de dinero que se dedica a la plantilla no es, como en España, del 80%, sino del 60% o incluso por debajo del 50% como en nuestro caso cuando yo llegué aquí.

En época de pandemia como ahora y con menos recursos para fichar, ¿le toca agudizar el ingenio?

-Efectivamente sí. La mala noticia de lo que he explicado es esto. El Armani no ha sufrido la crisis porque el dueño ha decidido que sigue poniendo el dinero igual. Pero nosotros estamos sin ticketing y tenemos patrocinadores con problemas. Eso nos penaliza pese a que llevábamos una trayectoria buena y la pasada temporada ganamos tanto la liga como la Copa en Alemania y competimos bien en la Euroliga siendo el presupuesto más bajo. En el verano perdimos a seis jugadores porque la gente interpreta que es un final de ciclo y entonces buscan otras situaciones profesionales para mejorar económicamente o en algunos casos mejorar su rol en el equipo. Por ejemplo, un joven como Makai Mason pagó su cláusula y se fue a Manresa en busca de más minutos.

Como sucede con Alfredo Salazar en el Baskonia, ¿también debe correr riesgos en ocasiones?

-Sí, hay que agudizar el ingenio y tratar de hacer apuestas diferentes. Por ejemplo, traje para ser el cinco titular en la Euroliga a Ben Lammers, que era el pívot suplente en la ACB en Bilbao. O para sustituir a Giedraitis me la tuve que jugar con Fontecchio, procedente de un equipo medio-bajo de Italia. Y otro tipo de apuesta fue Granger, un exterior que en otras circunstancias de no haber sufrido tantas lesiones en su carrera no habría venido aquí. Jayson apostó por nosotros para recuperar sensaciones como jugador y nosotros apostamos a que él esté bien físicamente para que podamos tirar con él un tiempo. Desde luego, esa combinación ha salido perfecta.

¿Puede decir algo diferente que no se sepa ya de Aíto García Reneses?

-Absolutamente es una garantía a todos los niveles. Yo tengo una filosofía de intentar ser competitivo y desarrollar jugadores que la implementé durante un año en el Gran Canaria. Esa temporada competimos al más alto nivel, jugamos la Copa y además hubo muchos canteranos como, por ejemplo, Granger siendo el base titular por primera vez, Jaime Fernández como segundo base, Edgar Vicedo, Brizuela, Hernangómez... Esa filosofía que yo tengo es perfecta con Aíto porque él la multiplica por diez. Es el paradigma de alguien que es capaz de competir al máximo con los recursos que tiene y eso lo ha demostrado en todos los lugares. A excepción del Barcelona y Cotonificio, creo que el Alba es el club en el que más temporadas ha estado y eso es algo reseñable.

¿Qué le está pareciendo el papel de Giedraitis en Vitoria?

-Le estoy viendo bien, aunque el único pero serían los muchos minutos que juega. Todos estamos de acuerdo, probablemente el Baskonia y el propio Ivanovic también, en que se le está usando demasiado. Entonces eso al final pasa factura porque el calendario es terrible. Siempre tiene que estar intentando producir y eso no es fácil, pero le estoy viendo bien. Si lo están utilizando tanto es porque tienen esa necesidad, pero también porque confían y están contentos con lo que está aportando. Si estás tanto tiempo en pista, es difícil mantener un nivel tan alto como si estuvieras un poco menos. Está demostrando todo lo que él sabe: tirar, compromiso, finalización del contragolpe, juego sin balón... En el Alba es más fácil crecer en un rol que ir al Baskonia a un ambiente claramente competitivo a un equipo que no solo pelea por la ACB sino también por cotas más elevadas en la Euroliga que las nuestras. El rango de competir del Alba era más bajo y eso él debe asumirlo, aunque creo que está dando sobradamente el nivel.

¿Ve al Baskonia en cuartos de final o cree que su plantilla es demasiado corta para semejante reto?

-Esa podría ser una limitación. Yo creo que el nivel competitivo que pueden alcanzar sí es de Top 8 porque juegan bien, tienen recursos de todo tipo o porque ya están siendo capaces de sacar rendimiento a un jugador tan grande como Fall. El ejemplo de Tavares explica a las claras los réditos que produce contar en el equipo con un hombre tan dominador. Aunque en el caso de Fall ha sido un jugador inconsistente hasta la fecha, están consiguiendo que produzca mucho más bajo los aros. Sus bases están dando un nivel muy alto con Henry robando balones y presionando en defensa. Su combinación con Vildoza es muy buena. Pero sí es verdad que la limitación de no tener una plantilla muy profunda o no hacerla tan larga, sea por lo que sea, puede dificultar especialmente esta campaña la consecución del objetivo. Este año puede pasar cualquier cosa con la cancelación de los partidos. Nosotros hemos jugado con hasta seis bajas tres encuentros consecutivos durante varias semanas, entonces esto te puede condicionar. A nosotros ya nos pasó. Estábamos cogiendo la forma y ganamos en Moscú al CSKA, pero volvimos con varios positivos y tuvimos que pasar los quince días de cuarentena. Nos llegó el Barcelona y nos pasó por encima porque solo habíamos hecho un entrenamiento de tiro en varios días. Por calidad y por armas en la plantilla, el Baskonia sí es un equipo de cuartos de final.

¿Se ve capacitado para volver a ganar mañana al TD Systems?

-La lógica dice que como hemos recuperado a varios jugadores respecto al partido de ida tenemos más opciones de ganar, pero en el deporte afectan otros factores. Los lesionados han conseguido entrar en la dinámica del grupo en los últimos días, pero tenemos un problema. No pueden entrenar para volver a ponerse bien y encontrar de nuevo su rol en el equipo y empezar a jugar. Directamente hay que ponerlos a jugar porque tenemos tres encuentros y todos los entrenamientos que hay son postpartido o pre-partido. Entonces debemos ir metiendo poco a poco a los jugadores y eso trastoca los roles. Los jugadores sanos que estaban con confianza porque sabían que jugarían muchos minutos ahora no poseen tanta, entonces no estamos tan bien como en la ida. Luego, hay otra cosa clara. Al faltarnos Aíto y varios jugadores, ellos afrontaron el partido con unas perspectivas diferentes y con un hambre y una concentración diferentes. Eso ya no va a pasar otra vez. Ganamos al Bayern y al Baskonia, pero a partir de ahí ya no cogimos por sorpresa ni al Maccabi ni a nadie porque eran conscientes de que podíamos ser competitivos con los jóvenes. El Baskonia estará mucho más preparado que en la ida, sabe lo que pasó y eso lo hará mucho más difícil todavía para nosotros.

“La pandemia nos penaliza porque no nos mantiene un club de fútbol ni hay un dueño que ponga el dinero”

“La ACB está por encima de la liga alemana, pero fuera de la pista todas las cosas están bien estructuradas aquí”

“Yo tengo una filosofía de ser competitivo y desarrollar jugadores que Aíto la multiplica por diez”

“Giedraitis está dando sobradamente el nivel en Vitoria; la pega es que se le está usando demasiado”