- Conforme avanza la temporada, cualquier entrenador tiende a hacer un proceso de selección dentro de su plantilla y apuesta por rodearse de una reducida guardia pretoriana con la que ‘morir’ en los momentos calientes. Hay técnicos de clubes grandes que sufren por no saber implicar a todos sus jugadores en la consecución de un objetivo y otros como Dusko Ivanovic que trabajan con lo que tienen sin alzar la voz más de la cuenta y están acostumbrados a exprimir la naranja hasta que les resulta imposible extraer más jugo.

En este sentido, cualquier aficionado del TD Systems Baskonia ya tiene muy claro desde hace tiempo la identidad de los nueve elegidos con los que el balcánico tratará de volver a hacer historia al frente del club vitoriano. Por si existía alguna duda, lo ha dejado bien claro con su política de rotaciones y la gestión de los recursos humanos en las dos últimas victorias ante sendos rivales de tronío como el Iberostar Tenerife y el Armani Milán.

Ivanovic alineó a nueve jugadores frente a los chicharreros, mientras que tan solo ocho piezas dieron la réplica el miércoles al conjunto de Messina teniendo en cuenta que el tobillo de Polonara le borró en el último instante de la batalla continental en el Mediolanum Forum.

Está meridianamente claro que al barco azulgrana no se han subido tres integrantes que, por distintas razones, lo tendrán muy difícil, por no decir imposible, para gozar de la confianza del preparador montenegrino en las grandes refriegas a la vuelta de la esquina.

DIOP, APARTADO El ostracismo más sorprendente es el de Diop, un poste indispensable en la conquista del último título liguero en Valencia y renovado hasta 2023 pero al que la feroz competencia bajo los tableros con Jekiri y Fall le ha relegado a un tercer plano. Los canteranos Raieste, este sobre todo al inicio de la temporada, y Kurucs también han disfrutado de su espacio sin llegar a ofrecer el nivel exigible por un transatlántico como el Baskonia.

Salvo un improbable giro de tuerca de aquí en adelante o la cada vez más compleja posibilidad de que aterrice algún exterior para reforzar el perímetro, Ivanovic buscará la gloria con nueve piezas. En realidad, es algo que no sorprende en demasía, ya que el de Bijelo Polje siempre se ha sentido más cómodo en Vitoria con grupos cortos en los que cada pieza conoce al dedillo su rol y las jerarquías están muy definidas.

En su primera campaña como entrenador baskonista en el año 2000 casi siempre recurría a únicamente ocho jugadores (Bennett, Corchiani, Foirest, Timinskas, Stombergas, Scola, Oberto y Alexander). Eso sí, la exigencia física y mental en aquel momento no era equiparable a la de ahora con un calendario mucho menos cargado de compromisos. Hoy en día, por el contrario, sí se necesita un amplio fondo de armario para salir indemne de dos competiciones tan duras como la ACB y, sobre todo, la Euroliga.

Por tanto, tocará cruzar los dedos para que los cuatro polivalentes exteriores (Henry, Vildoza, Dragic y Giedraitis), los cuatro interiores (Peters, Polonara, Jekiri y Fall) y ese comodín llamado Sedekerskis, capaz de alternar los puestos de tres y cuatro, esquiven los problemas físicos de aquí en adelante. En caso contrario, los apuros para cumplir los objetivos de esta temporada irán in crescendo.

Si el Baskonia ya va justo de efectivos en la actualidad, cualquier lesión de algún primer espada que implique el paso a la enfermería durante algún tiempo puede suponer un jarro de agua fría de consecuencias imprevisibles. Es el riesgo de apostar por tan solo doce jugadores cuando la temporada tiene visos de irse tranquilamente por encima de los 80 partidos oficiales.

Diop, clave en la consecución del título liguero, ha pasado al ostracismo, mientras que Raieste y Kurucs no han aprovechado sus minutos

La lesión de una de las primeras espadas supondría un jarro de agua fría a las aspiraciones azulgranas en una temporada tan intensa