- Se consumó ayer por fin uno de los grandes bombazos del actual mercado estival en la ACB. Alberto Abalde abonó la cláusula de rescisión que figuraba en su contrato para quedar liberado del año de compromiso que tenía con el Valencia Basket y recalar inmediatamente en el Real Madrid, con el que se ha comprometido por cinco años hasta la conclusión de la temporada 2024-25. Pese a no conseguir ampliar esa vinculación como era su deseo, el club taronja le ha agradecido el trabajo realizado y le ha deseado suerte en el futuro.
La cláusula de rescisión del pujante exterior gallego -representado por el agente vitoriano Igor Crespo- ascendía a 1,5 millones de euros, por lo que su marcha se convierte en uno de los mayores ingresos por un jugador que ha obtenido el Valencia en toda su historia. La entidad levantina ha tratado de renovar a Abalde durante estos últimos meses, pero desde hace semanas ya asumió que no podría retener a uno de los principales estiletes de Jaume Ponsarnau. En el caso de que Abalde hubiera cumplido este último año de contrato, el verano que viene el Valencia Basket habría podido igualar cualquier propuesta de la ACB que tuviera para retenerlo en el derecho de tanteo.
Abalde fichó por el conjunto de la capital del Turia, previa compensación al Joventut, en el verano de 2016, pero jugó una campaña más cedido en el club en el que había completado su formación. Finalmente, se incorporó a la primera plantilla taronja en 2017 y tras dos campañas irregulares en esta última se ha convertido en uno de los jugadores más importantes de la rotación de Jaume Ponsarnau.
Con el dinero de su venta, la entidad de Juan Roig ha afrontado este verano cuatro grandes fichajes (Martin Hermannsson, Klemen Prepelic, Derrick Williams y Nikola Kalinic) que tienen visos de garantizarle un salto de calidad en todos los frentes.