- Toko Shengelia tuvo ayer una despedida con todos los honores del Baskonia, un club del que se marcha por la puerta grande tras el glorioso título liguero conseguido hace unas semanas en Valencia. Todo hacía indicar que el georgiano consumiría su ciclo de seis años en Vitoria sin una alegría que llevarse a la boca, pero el pasado 30 de junio consiguió poner un broche de oro a su etapa como azulgrana izando un título que sirve para olvidar los muchos sinsabores vividos anteriormente en la capital alavesa entre sus lesiones y, sobre todo, los discretos resultados del equipo al que su entrega, raza y liderazgo estaban sirviendo de bien poco para romper la sequía en cuanto a títulos. Por todos es sabido que su siguiente parada para las tres próximas temporadas será un glamuroso CSKA donde se topará con una buena legión de exbaskonistas (James, Hilliard y Voigtmann) y no podrá jugarse tantos balones como en el Baskonia.
Shengelia se vio arropado por su mujer e hijo pequeño, Félix Fernández y Alfredo Salazar en una sala de prensa con la emoción a flor de piel. El georgiano estuvo a punto de derramar alguna lágrima con el emotivo vídeo que le preparó el club para condensar sus seis años en Vitoria, coronado con una última instantánea en la que el capitán levanta al cielo de Valencia la cuarta ACB del Baskonia de su historia. Un logro que le pone a la altura de los iconos más importantes en la historia del club de Zurbano y que le permitirá llevarse a Moscú un grato sabor de boca de su experiencia en tierras vascas.
El director deportivo tomó la palabra en primera instancia para recordar que Shengelia pudo haber recalado un año antes de 2014 en el Baskonia, pero su contrato en vigor en la NBA lo impidió y dilató el desembarco. "No ha sido una etapa fácil, pero dice mucho del jugador que tenemos aquí. Ha dado muchos pasos hacia adelante y el mayor fue el trofeo que conseguimos hace poco. Se ha convertido en un emblema en Vitoria y en nuestro capitán con todo lo que eso representa. Las cosas que este club transmite las ha demostrado en el campo, es una gran persona y ha transmitido a la perfección todos los valores del Baskonia. Ha acogido bien a los jóvenes. Le seguiremos disfrutando y sufriendo. Siempre tendrá las puertas del club abiertas y se ha ganado el respeto de todos. El club se lo ha dado todo y él ha correspondido. Todas las partes nos vamos contentas", analizó Félix Fernández.
A partir de ese instante, todo el protagonismo recayó en un Shengelia que, pese a sus consabidos problemas para explayarse en ocasiones en castellano, dejó bien claro el orgullo por haber lucido durante tanto tiempo una camiseta como la azulgrana. "Desde el día 1 hasta el final no fue fácil. Tuve muchos problemas de lesiones y no me encontraba a mí mismo en el sentido de jugar bien. Sufrí obstáculos a nivel físico y mental, pero he crecido como jugador y como persona en estos seis años. También como padre porque tuve un hijo aquí. Nunca olvidaré mi paso por Vitoria y esta etapa será una parte muy importante de mi vida. Es mi segunda casa. Vine con 23 años todavía como un chaval y me marcho como un hombre", subrayó el ala-pívot georgiano, cuya marcha del Baskonia estaba cantada desde hacía muchos meses pese a su contrato en vigor hasta 2022.
Y es que su astronómica ficha próxima a los 2 millones de euros estrangulaba la economía del club en estos tiempos de zozobra debido a la pandemia. La aparición de un gigante como el CSKA de Itoudis, empeñado en tirar la casa por la ventana para recuperar el cetro continental, dejó encarrilada su salida mucho antes de la reanudación de la temporada liguera. "No voy a mentir, tenía en mente desde hace meses la decisión, aunque no quería pensar mucho en ello porque teníamos la fase final de la ACB y solo quería estar concentrado en eso. Me llevo mucho cariño y el amor de esta gente. No habría podido pedir una despedida más perfecta", reconoció Toko, que incluso dejó abierta la puerta a un regreso cuando concluya su etapa en las gélidas tierras moscovitas. "Por ahora no cierro ninguna puerta. Vitoria es mi segunda casa y nunca se sabe qué pasara en el futuro, pero por mi parte no me negaré nunca a esta posibilidad", desveló.
Con 318 partidos a sus espaldas con el Baskonia, Shengelia se ha convertido ya por méritos propios en una de las grandes leyendas del club vitoriano. Casi a la misma altura de iconos como Elmer Bennett, Luis Scola, Andrés Nocioni o Tiago Splitter. El jugador sobre el que ha pivotado el club en unos últimos tiempos presididos por los discretos resultados. Más allá del billete para la final de la ACB en la campaña 2017-18 ante el Real Madrid o el pasaporte para la Final Four, evento que Shengelia se perdió por lesión, el georgiano recibió hasta la inesperada gloria de Valencia una escasa recompensa a su pundonor, calidad y liderazgo.
"Estoy orgulloso de muchas cosas de mi paso por el Baskonia. Fuera de la cancha, he crecido como persona y como mi padre. También de todos los compañeros, del club y la afición. Me llevo un título, niños y una experiencia que no tenía. Cuando estuve en Valencia, Bélgica y luego la NBA, siempre me movía de sitio cada dos años. Desde el primer día aquí, siempre tuve claro que Vitoria era el sitio donde quería crecer. Quería ser parte de la historia del Baskonia. Si no hubiera ganado este título, me habría ido con la conciencia tranquila. Sé que habría dado todo lo que he podido a este club y he recibido lo máximo del Baskonia", recordó.
Tras proclamar su deseo de que la entidad alavesa "esté al más alto nivel en el futuro" y que "intentaré ser yo mismo en el CSKA", Toko desveló la identidad de los jugadores que podrían tomarle el relevo como hombre influyente dentro del vestuario. "Ahora mismo Luca está en ese camino y también Ilimane", precisó el georgiano, un capitán con mayúsculas que dejará un vacío difícil de rellenar. "Siempre ha habido un líder en mí, solo necesitaba el tiempo para adaptarme, aunque no soy un líder dando consejos, sino dando ejemplo", finalizó.
Una pérdida dolorosa. El director deportivo valoró el adiós del georgiano. "Haremos el equipo de una forma distinta y con protagonistas diferentes. Veremos cómo queda el dibujo definitivo, pero la vida continúa. Se va un gran jugador, se han ido antes grandísimos jugadores de este club, pero el Baskonia continúa. Esa es la idea, seguir siendo competitivos e intentar estar en la pomada. Cada vez es más difícil, pero hay que seguir adelante con nuestras ideas y nuestros principios. Perdemos, eso sí, un jugador que entiende lo que este club quiere. Vendrán piezas con otras características y al final lo importante del baloncesto es el juego en equipo", remarcó.
"Esta etapa será una parte muy importante de mi vida, aquí está mi segunda casa"
"No voy a mentir; tenía decidido irme desde hace meses, pero no quería pensar en ello por la fase final de la ACB"
"Si no hubiese ganado el título, también me habría ido tranquilo por haberlo dejado todo"
Exjugador del Baskonia