Han sido tantos desgraciadamente los fiascos protagonizados por el Kirolbet Baskonia en la presente temporada que no resulta exesivamente complicado encontrar errores repetidos en los orígenes de las derrotas. Pero sin duda uno de los más frecuentes es el que tiene al juego interior azulgrana como desgraciado protagonista. Y lo sucedido anoche en el pabellón de la Paz y la Amistad fue un evidente ejemplo de ello. Porque ante el Olympiacos el conjunto vitoriano exhibió su enésimo agujero negro en la zona. Un cráter de dimensiones descomunales que fue perfectamente aprovechado por los pívots locales para campar a sus anchas por ambas pinturas.
Ni uno solo de los tres cincos que tiene a su disposición Dusko Ivanovic fue capaz de completar una actuación que se acercara al aprobado. Cuando tocaba buscar el aro rival, tanto Eric como Fall e Ilimane fueron incapaces de ganar posiciones ventajosas y las pocas veces en las que lo hicieron tampoco sus compañeros llevaron el balón hasta sus manos. Por el contrario, en el momento en el que eran los interiores del Olympiacos quienes trataban de anotar, encontraban cómodas autopistas hacia un aro que ningún baskonista fue capaz de proteger en condiciones.
La demoledora estadística final no deja lugar a dudas respecto a la nula incidencia de los alaveses en la contienda y la trascedencia de la actuación de los pívots locales como uno de los cimientos de la victoria helena. Micheal Eric, con 23.32, fue el que más tiempo estuvo sobre el parqué para acabar con 5 puntos, 2 rebotes y 3 de valoración. Un pobre balance que, para colmo, fue aderezado con sensaciones aún peores.
Pero es que, desgraciadamente, los otros dos integrantes del trío de cincos azulgranas no se quedaron precisamente a la zaga en lo que a expediente negativo hace referencia. De esta manera en los algo menos de diez minutos que estuvo en pista Fall únicamente aportó 2 puntos y 5 rebotes para rubricar un escuálido 1 de valoración. Peores todavía son los números de Ilimane Diop, el que menos jugó de los tres y que finalizó con -2 tras estar únicamente cuatro minutos sobre el parqué.
Unos datos que reflejan la más que preocupante aportación del juego interior del Baskonia y que, evidentemente, se transformaron en una lujosa alfrombra roja hacia la victoria para un Olympiacos que no desaprovechó la oportunidad de hurfar en la herida.
De esta manera el recién incorporado Octavius Ellis se fue hasta los 20 de valoración (11 puntos y 7 rebotes) en menos de 20 minutos. Parecido balance al de Milutinov (10 puntos y 16 de valoración) y Rubit, el más determinante de los tres con 19 puntos, 7 rebotes y 23 de valoración. En definitiva, una nueva muestra de la enorme fragilidad del juego interior baskonista este curso. Una debilidad que está cobrándose un gran peaje y para la que, por el momento, no parece hallarse solución alguna. Y es que, una vez más, el capitán Shengelia fue el único que se salvó de la quema en la pintura azulgrana.