Vitoria - En muchas ocasiones ha repetido Dusko Ivanovic su máxima de que no le gustan las excusas, así que dicho argumento será con total seguridad el último al que recurra el preparador montenegrino a pesar de todos los males que padece su Kirolbet Baskonia. Un equipo tremendamente mermado de elementos desde hace tiempo que no hace más que sumar contratiempos. Además, en posiciones que ya de por sí se encontraban bastante limitadas de antemano. Si no fuese suficiente con haber perdido a Jayson Granger en el primer minuto de competición oficial, que Patricio Garino se vaya a perder toda la temporada o que Luca Vildoza lleve con problemas en un hombro desde el mes de octubre que ahora le mantienen en el dique, ahora el equipo se ve privado del tercero de sus bases. Pierria Henry pasará el miércoles por el quirófano para que le recompongan el pómulo que le rompieron en el duelo con el Khimki del pasado jueves y el cuadro azulgrana se queda con un único director de juego, un Sergi García que, por si fuera poco, no cuenta con la completa confianza de su entrenador. Para acompañarle, el club dio ayer de alta en la competición a Lautaro López, aunque no cabe esperar ningún protagonismo para el argentino. Por eso, el Kirolbet se enfrenta esta matinal a un rival de enjundia como ha demostrado ser el MoraBanc Andorra del vitoriano Ibon Navarro, pero también tiene que superar a las adversidades propias que tanto lastre han colocado en sus piernas.
Ivanovic ha conseguido revivir a un equipo que parecía un muerto andante que se desmoronaba al mínimo soplido en su contra, pero por el camino ya se ha fracasado en alguno de los objetivos mínimos de la temporada. La Copa del Rey la verá el conjunto vitoriano por televisión y la clasificación para la siguiente fase de la Euroliga está en serio riesgo. Pero, al menos, el Baskonia ha enderezado el rumbo de manera sustancial y vuelve a parecerse a ese púgil que siempre plantea combate aún en las condiciones más deplorables.
A esa imagen del luchador tenaz cabe aferrarse esta mañana ante el Andorra, pues las carencias con las que el equipo se presenta al partido son tremendas. Ninguno de los tres bases llamados a dirigir la nave azulgrana al principio del curso estará disponible para saltar al parqué. Un problema de difícil digestión y complicada resolución, pues el peso quedará en manos de Sergi García y de las soluciones que Dusko Ivanovic pueda inventarse. En ese sentido, el de Bijelo Polje ha apostado por Matt Janning cuando lo ha estimado necesario, pero seguramente tendrá que sacarse un nuevo conejo de la chistera para que el Baskonia sea capaz de imponerse al Andorra en su pelea contra la adversidad.