vitoria - Desde hace cuatro temporadas, la Euroliga no acogía entre sus participantes a un equipo francés. El Limoges y el Estrasburgo tuvieron el honor de tomar parte por última vez en la máxima competición en la campaña 2015-16. Desde entonces existía un vacío que Jordi Bertomeu necesitaba cubrir.

El director ejecutivo de la Euroliga siempre arde en deseos de expandir, a poder ser, su negocio a todos los países europeos, incluso en aquellos donde no existe una gran tradición por el baloncesto. De ahí que no titubease lo más mínimo a la hora de conceder una wild card al próximo rival del Baskonia, cuyo particular galáctico no está sobre la cancha, sino en los despachos.

Y es que el hombre que se encuentra detrás del proyecto más sólido y del equipo más laureado en Francia con 19 entorchados no es otro que una leyenda de la canasta como Tony Parker. Retirado oficialmente este verano tras una meteórica carrera de 18 temporadas y cuatro anillos en la NBA, todos ellos conquistados con los Spurs más gloriosos de la historia, este fenómeno nacido en Brujas (Bélgica) pero criado en Francia es la cara visible de una entidad que ha venido a la Euroliga para quedarse.

Quien fuera uno de los mejores bases de la historia de este deporte, un tipo mediático dentro y fuera de las canchas, entró en 2009 en el accionariado del Asvel, presidido entonces por el extenista galo Gilles Moretton. No fue hasta cinco años más tarde cuando se hizo con el control entero de un club que por entonces no vivía precisamente su momento más boyante en la LNB gala. “Es un gran compromiso financiero y de trabajo para mí, pero es un proyecto de peso en mi corazón”, argumentaba por entonces Parker.

Su intención reside en hacer del Asvel una alternativa al poder de los grandes en la Euroliga y construir con el paso del tiempo un proyecto faraónico susceptible de pelear por todo, si bien todo ello lleva su debido tiempo y el presupuesto del conjunto francés para este curso apenas asciende a 10 millones de euros. Difícil sorprender así a rivales con una capacidad adquisitiva hasta cuatro veces superior.

rodeado de fieles Parker no ha invertido dinero en el Asvel para ser una simple comparsa en una competición plagada de tiburones. Aprovechando que tiene la presencia asegurada en la Euroliga para esta temporada y la siguiente, se ha rodeado de fieles colaboradores con los que aspira a dotar al club de unos sólidos cimientos. Su primera medida en 2014 fue nombrar director ejecutivo al exjugador Gaetan Muller, fundador de la agencia a través de la que realizó la compra del equipo. En 2017 designó director de operaciones a Nicolas Batum, con quien compartió infinidad de batallas en la selección bleu y coincidió en su último ejercicio en activo como jugador en los Hornets.

Si de algo no se le puede acusar es de quedarse con los brazos cruzados a la hora de tomar medidas que puedan convertir al Asvel en el futuro en un peso pesado. En 2016 puso en marcha una sección femenina al adquirir el equipo de mujeres de Lyon, ha conseguido el apoyo de multinacionales como Tissot, Iveco, McDonald’s o Allianz y mantiene el paragüas de un sponsor fiable como la informática LCLD

Sin embargo, nada comparable con el acuerdo de colaboración suscrito este mismo año con el Olympique de Lyon de fútbol -un asiduo de la Champions League todas las temporadas y principal alternativa a la tiranía del PSG en Francia- por el que el club presidido por el millonario Jean-Michel Aulas ha inyectado 3,4 millones de euros a cambio de una participación accionarial del 25% del capital del Asvel y de utilizar la imagen de Parker en sus campañas comerciales.

De momento, los partidos continentales del Asvel se disputan en el coqueto Astroballe con capacidad para tan solo 6.000 espectadores, pero antes de 2023 el adversario baskonista se trasladará a un nuevo recinto más vanguardista con el doble de aforo ubicado en el futuro OL Groupe Arena.