vitoria - Se confirmaron los peores presagios. Jayson Granger y, por ende, el Baskonia recibieron ayer la confirmación definitiva de un mazazo de consecuencias imprevisibles. Para un jugador tan golpeado por las lesiones en las dos últimas temporadas, ya flota en el ambiente la sensación de que tendrá serios problemas para reintegrarse al baloncesto del más alto nivel. En el caso del club, la pérdida de un cupo de formación a las primeras de cambio mina constituye un auténtico drama, golpea de forma cruel la línea de flotación y trastoca prácticamente el proyecto de la temporada.

Nada más abandonar la cancha en compañía del médico y del fisioterapeuta azulgranas sin poder apoyar el pie en el suelo izquierdo, la sensación de que la lesión era de una gravedad extrema se extendió como la pólvora en el Buesa Arena. Pues bien, las pruebas médicas a las que se sometió durante la pasada noche en un hospital gasteiztarra han confirmado esos negros augurios, ya que Granger padece la fractura completa del tendón de Aquiles.

En el comunicado ofrecido a los medios, el Baskonia subrayó que el charrúa causará baja “alrededor de seis meses” una vez pase por el quirófano. Explicado así y con la calculadora en la mano, se abre una pequeña rendija con el fin de que pueda reaparecer antes del final de la campaña, aunque la realidad es muy distinta teniendo en cuenta los precedentes de esta lesión. De hecho, los dos minutos ante el Estudiantes podrían haber sido ya los últimos de Granger como baskonista al acabar contrato el próximo 30 de junio.

Cualquier entendido en la materia es consciente de que el timonel azulgrana ha sufrido a sus 30 años de edad una de las lesiones más graves para un deportista de elite. La misma que, por ejemplo, sobrevino a Kevin Durant en las pasadas finales de la NBA ante los Raptors. En Estados Unidos se ha confirmado que el flamante fichaje de los Brooklyn Nets no se vestirá de corto durante la próxima temporada.

La rehabilitación ya es larga de por sí y a ello hay que sumar la complejidad que entrañará más tarde adquirir el tono físico ideal o recuperar las sensaciones imprescindibles que le permitan rendir de forma satisfactoria. Y todo ello sin obviar el perjuicio a nivel psicológico para un jugador maltratado de un tiempo a esta parte por toda clase de desgracias y que en sus tres años como baskonista jamás ha estado sano para jugar con una cierta continuidad.

En definitiva, la peor de las desgracias para un Granger cuyo desgarrador llanto en el banquillo conmovió a todos los presentes en la cancha de Zurbano. En una acción defensiva sobre Phil Pressey corriendo hacia atrás, el de Montevideo revivió las peores pesadillas de los últimos tiempos. Sin que entrara en contacto con el base del Estudiantes ni hubiera torsión alguna, quedó fuera de combate a los dos minutos de la temporada recién iniciada. Aunque todo hacía indicar en primera instancia que su magullado tobillo izquierdo podía haberse resentido, con el paso de los minutos se tuvo la certeza de que era el tendón de Aquiles lo que estaba hecho añicos.

¿y ahora qué? Es la pregunta del millón que se hacen todos los aficionados azulgranas en este instante. El Baskonia se halla ante un escenario de máxima complejidad en el que se ve obligado sí o sí a recomponer su maltrecha dirección de juego. A diferencia de lo sucedido la pasada temporada, donde la inacción de la directiva para suplir la plaga de lesionados clamó al cielo, Josean Querejeta y su dirección deportiva necesitan esta vez sacarse algún conejo de la chistera.

Y es que Perasovic se queda tan solo con dos bases sanos (Luca Vildoza y Pierria Henry) para afrontar una temporada con más de 70 encuentros oficiales entre Liga ACB y Euroliga, por lo que la lógica invita a acudir al mercado para intentar rellenar un agujero preocupante. La condición de Granger de cupo de formación, eso sí, reduce hasta límites insospechados el margen de actuación. No hay excesivas gangas y las contadísimas existentes en el mercado son casi imposibles de ser arrebatadas a sus equipos, que exigirían un generoso traspaso.

El bisoño argentino Lautaro López ha actuado en pretemporada a las órdenes del técnico croata, pero está demasiado verde y además no es cupo. Otra alternativa consistiría en recuperar al letón Arturs Kurucs, cedido esta campaña al Riga de su país natal, y apostar por un combo estadounidense, pero ello supondría tener dos plantillas muy distintas para las dos competiciones.

De momento, el Baskonia dispone en la actualidad de diez jugadores realmente útiles, más el canterano Miguel González, para encarar los próximos compromisos. Stauskas sigue fuera de combate debido a su misteriosa lesión de rodilla, aunque cabe recordar que su hipotética alta en la Liga ACB obligaría a prescindir de otro comunitario FIBA siendo Achille Polonara quien ostenta casi todas las papeletas para ser el sacrificado.