Lima (Perú) - Los adultos mandan. Y enseñan. En el baloncesto de los Juegos Panamericanos, el adulto fue Argentina, que dio esta jornada una soberbia lección de cómo jugar a ese deporte a costa de los Estados Unidos para ganar su pase a la final por el oro, en la que se medirá a Puerto Rico. Los estadounidenses, siempre favoritos, y que en esta ocasión participan en los Panamericanos con un equipo formado por estudiantes, recibieron de primera mano una lección de cómo se ataca, cómo se defiende, cómo se presiona y cómo se rompe la moral de un equipo por parte de unos hombres moralmente liderados por Luis Scola.

Tras dos partidos dudosos, uno de ellos una derrota a manos de México en la fase de grupos, Argentina despertó cuando hacía falta y tuvo una noche perfecta en el Coliseo Dibós de Lima, lleno hasta la bandera de fanáticos argentinos que gozaron con la exhibición.

De hecho, a los argentinos les sobró un tiempo. Al intermedio se llegó con un 61-36 en el marcador que lo explicaba casi todo.

Argentina, con una media de edad de 26,5 frente a los 21,2 de sus rivales, corrió como no se había visto en mucho tiempo. Presionó, interceptó, acosó, bloqueó, asistió y anotó ante unos rivales que nunca pudieron hacer pie. Argentina siempre fue, no uno, sino dos o tres pasos por delante, y los defensores estadounidenses se la pasaron persiguiendo sombras y cayendo en trampas tendidas tanto por Facundo Campazzo como por Nicolás Laprovittola, una pesadilla para los bases rivales. Gabriel Deck anotó por dentro y por fuera. Patricio Garino tiró de tres y la volcó, como quiso, cuando quiso.

A favor de los jóvenes norteamericanos hay que decir que mantuvieron siempre el espíritu competitivo, siguieron corriendo, y tirando lo que pudieron tirar, ayudando al espectáculo. Y es que si ellos corrían, Argentina corría más, pasaba mas profundo y encontraba muchos mas espacios. Cuando el marcador llegó a los 40 puntos de ventaja para la albiceleste, Sergio Hernández dejó entrar su segunda unidad, pensando ya en la final contra Puerto Rico.

De ahí al final, pasaron los minutos, se marcaron muchos más puntos y se dieron hermosos pases y asistencias, ya en el entendido de que, como competencia deportiva, ya estaba todo dicho. Con este nivel no parece que nadie le pueda hacer sombra en el torneo a los maestros argentinos. - Efe