Vitoria - El derechazo directo a la mandíbula que el Tecnyconta Zaragoza le endosó el pasado jueves ha situado al Kirolbet Baskonia al borde de la derrota definitiva a las primeras de cambio, pero el equipo vitoriano tiene ante sí la oportunidad de redimirse de semejante fallo esta misma mañana. Es un vencer o morir, en todo caso, ya que todo lo que no sea victoria azulgrana supondrá para los de Velimir Perasovic finiquitar la temporada de forma prematura. Un cálculo que no entraba en los parámetros de nadie, pero que se ha convertido en una opción del todo real. Las malas sensaciones que el equipo venía arrastrando desde la eliminación de la Euroliga se concretaron de la peor de las maneras en el arranque de la serie contra el cuadro maño, que firmó un partido soberbio en el Buesa Arena para ponerse en ventaja en la serie, revertir el factor cancha y disfrutar de la oportunidad de matar la eliminatoria en el pabellón Príncipe Felipe esta misma mañana para acceder a unas semifinales con las que nadie ni siquiera soñaba en el club aragonés a pesar de su gran temporada.

El Baskonia se encuentra en un punto sin retorno del todo inesperado. Tras haber firmado una fase regular soberbia dentro de una temporada que en su balance global solo presentaba en borrón de la eliminación en cuartos de final de la Copa del Rey contra el Divina Seguros Joventut, nadie podía esperar una eliminación a las primeras de cambio en el play off liguero. El pase a las semifinales, con mayores o menores dificultades, se asumía como fácilmente alcanzable, pero el equipo evidenció el pasado jueves que no ha sido capaz de revertir su mala dinámica de juego de las últimas semanas y se vio atropellado por un Zaragoza imperial.

Ahora toca remar en contra de la corriente y habrá que ver si el equipo vitoriano está preparado para levantarse una vez más de la lona. Desde enero hasta abril, con la Euroliga en plena ebullición, el equipo se vio sometido a un sobreesfuerzo brutal, tanto en el apartado físico como en el mental, para compaginar las dos principales competiciones con muchas ausencias de jugadores importantes que estaban lesionados. La mayoría de los que entonces llevaron el peso del equipo acusan ahora semejante gasto y eso está redundando muy negativamente en el nivel de un equipo que se encuentra muy lejos de su máximo.

En el Buesa Arena, el Tecnyconta Zaragoza se mostró como un equipo mucho más fresco que el azulgrana, tanto en lo físico como en lo referido a las ideas sobre la cancha. Y es que Velimir Perasovic tampoco tuvo una de sus mejores noches en el estreno de la serie, siendo claramente superado por Porfi Fisac, quien está evidenciando, de nuevo, esta temporada que es un técnico llamado a retos mayores. Los aragoneses buscaron las mejores situaciones para encontrar tiros cómodos y disfrutaron de un elevado acierto, liderados por Stan Okoye. En el lado vitoriano, Vincent Poirier y Jayson Granger -llamativo que un jugador que llevaba sin jugar desde hacía prácticamente cinco meses fuera de lo mejor del equipo- fueron prácticamente los únicos que presentaron oposición evitando que la derrota fuese tan amplia como mereció el conjunto maño.

El Baskonia precisa de un giro completo a su última comparecencia si quiere aspirar a estirar la serie. Todo pasa por defender mejor y también por tener un criterio ofensivo más claro. Encima, tendrá en contra el ambiente de un pabellón Príncipe Felipe que recordará al de las grandes ocasiones, al estar el Zaragoza jugándose la clasificación. Vencer o morir.