Vitoria - El Baskonia peleó de forma denodada durante años para hacer realidad su objetivo de disponer de un filial en categoría LEB. Como telón de fondo figuraba, en palabras textuales del club vitoriano, la necesidad de que “las jóvenes promesas que integran la cantera azulgrana acumulasen experiencia en una liga profesional y adquiriesen los conocimientos imprescindibles para convertirse en futuros jugadores de elite”. Para cargarse de más razones en esta apuesta, los rectores del club vitoriano también aludían a la necesidad de “disponer de jugadores que pudiesen nutrir al primer equipo durante la campaña”. Palabras bonitas que, a la hora de la verdad, se las está llevando el viento y están bastante lejos de hacerse realidad ante el enorme escalón existente entre la elite de la canasta y las categorías semiprofesionales.

Si la posibilidad de que este segundo equipo sirviese en algún momento como vivero del primero en momentos de apreturas, se trata de una idea que todavía necesita su punto de maduración y un periodo de cocción sensiblemente superior. Así lo pone de manifiesto la difícil realidad actual del Baskonia, un equipo cogido con alfileres desde hace semanas y al que nadie socorre. Al margen de la sorprendente inacción de las altas esferas para insuflarle algo de aliento, otra obviedad es que Perasovic apenas puede nutrirse -o, en su defecto, renuncia a ello- de la contribución de sus canteranos en un tramo crítico donde, a lo sumo, ocho efectivos sometidos a un desgaste sobrehumano están tirando del carro.

Transcurridos cerca de dos años desde la compra de una plaza para competir en la categoría de bronce, todavía asaltan ciertas dudas respecto a los réditos del generoso gasto económico que ha supuesto para la cúpula azulgrana el hecho de pasar de disponer de un filial en EBA a LEB Plata. Ante la falta de ayuda exterior en forma de fichajes o temporeros, algo que siempre había supuesto una constante en la historia reciente del club afincado en Zurbano, el rosario de desgracias que ha padecido el Kirolbet de un tiempo a esta parte podía invitar a que alguna joven promesa azulgrana aliviara la precariedad existente.

Sin embargo, un técnico firme en sus convicciones y seguro de lo que se trae entre manos como Velimir Perasovic, también consciente de las urgencias que implica dirigir un transatlántico como el Baskonia, se resiste de momento a hacer guiños a la plana mayor. Antes de intentar favorecer la evolución de las promesas, en su ideario únicamente prima la inmediatez y también la imperiosa obligatoriedad de ganar. En su tercera etapa en el banquillo azulgrana, Peras se juega demasiado a nivel personal, se halla obligado a subir su cotización en los banquillos y obviamente apuesta sobre seguro.

miguel gonzález, el único Ni el técnico croata está ahora mismo para hacer concesiones a la galería ni el Baskonia puede permitirse el lujo de experimentos con gaseosa que le permitan perder comba, sobre todo en la Euroliga, la gran prioridad de técnicos y jugadores en este instante ante lo desahogado de la situación y la debilidad de gran parte de los asociados en la ACB. Si bien no lo exterioriza públicamente, Peras ni siquiera titubea a la hora de exponer el rol secundario de los jóvenes del filial o Ajdin Penava, otro jugador muy verde para estos niveles. Desde su punto de vista, el empacho de minutos para las contadas piezas sanas del plantel está justificado y no queda otro remedio que exprimir a unos pocos antes que correr riesgos con promesas todavía sin hacer e incapacitadas para cubrir las graves contingencias como las que asolan actualmente al primer equipo.

Del grupo de canteranos que vienen llamando a la puerta del Baskonia, el único que ha protagonizado apariciones esporádicas es Miguel González, convertido en el recambio de Tadas Sedekerskis desde el arranque de temporada pero cuyo lugar en un principio debía ser el filial de LEB Plata. El exterior vallisoletano ha participado en ocho partidos, si bien su bagaje en cuanto a minutos resulta ciertamente escaso con 26. El base letón Arturs Kurucs y el ala-pívot estonio Sander Raieste, también integrantes del filial, han sido incluidos en varias convocatorias azulgranas sin llegar a salir a la cancha en algún momento. De cara al futuro, ni siquiera su condición de cupos les hace concebir esperanzas de ser alineados en el frente doméstico.